Si hay un monumento icónico en el mundo, referente cuando se habla de Estados Unidos, ese es la Estatua de la Libertad. Esa escultura de una mujer con el brazo en alto portando una antorcha que guía hacia ese deseo, en busca de ese derecho, es un símbolo a la altura de la Libertad guiando al pueblo de Delacroix.
Como bien se sabe, por eso, esta escultura no sólo se encuentra al otro lado del charco, hay otra cruzando los Pirineos, en París, bajo uno de los puentes del Sena. Lo que no todo el mundo conoce es que existe otra en Cataluña.
Dónde está
No está tan visible como en estas dos conocidas ciudades, es cierto, pero es exactamente igual a la original. Esta joya escondida se encuentra en Barcelona, pero dentro de un edificio, concretamente, de una vivienda reconvertida.
La Biblioteca Arús, un edificio cargado de historia, misterio y simbolismo masónico, situado en el número 26 del paseo de Sant Joan de Barcelona es el lugar que tiene a buen resguardo esta réplica que es única en el mundo. A pesar de lo que se pueda pensar, no es una de tantas reproducciones que hay por el mundo de la famosa Estatua de la Libertad.
La Estatua de la Libertad catalana es una de las tres únicas reproducciones que se hicieron a finales del siglo XIX. La primera y más grande (46 metros de altura) es la de Nueva York (1886), patrimonio de la humanidad y situada en Liberty Island; la segunda es la de París (1889), mucho más pequeña (11,5 metros) y ubicada en Lîle des Cygnes, y la tercera y más pequeña de todas, es esta que veis en la foto, que recibe al visitante como una perfecta anfitriona en la Biblioteca Arús (1894).
Esta particular réplica es obra del escultor Ll. Razzuoli tiene sus particularidades. Si bien, como las otras dos, porta una antorcha, en la izquierda porta un libro en el que puede leerse: “Alma libertas”. Eso sí, no alcanza los dos metros de altura. Pero la pregunta es: ¿cómo llegó hasta aquí?
Quién está detrás
Todo empezó a finales del siglo XIX. El filántropo Rossend Arús encargó al arquitecto Bonaventura Bassegoda reconvertir el edificio donde se encuentra la actual biblioteca y allí poder albergar sus colecciones de libros y arte.
Con el paso de los años, este inmueble se ha convertido en todo un referente de la masonería y la historia de España, que alberga una impresionante colección de más de 70.000 volúmenes que abarcan temas como la masonería, el anarquismo y otros movimientos sociales. Pero, claro, lo primero que llama la atención al cruzar las puertas de este santuario laico es la pequeña estatua de la libertad, que preside la entrada desde lo alto de la escalinata.
Otros secretos escondidos
Pero hay mucho más tras la estatua. La Biblioteca Arús fue por el citado burgués cuyo apellido da nombre al lugar. Rosend Arús era un reconocido masón comprometido con los ideales de libertad y progreso, y durante años acumuló libros e información sobre su culto y la política de Barcelona.
Gracias a su voluntad de conocimiento, la biblioteca se convirtió en el primer centro de documentación política de la capital catalana. Este lugar se erigió como un bastión de conocimiento y libertad, acogiendo un valioso fondo bibliográfico durante tiempos convulsos. A pesar de la persecución política, especialmente tras la Guerra Civil, cuando el régimen franquista cerró sus puertas y arrinconó la estatua durante más de veinte años, para impedir el acceso a la biblioteca y a los documentos masones, perseguidos por el régimen, el legado de este burgués y de su simbólica guardiana se mantuvo intacto.
Nuevas colecciones
Pero más allá de la Estatua de la Libertad, la colección de la Biblioteca Arús incluye una serie de elementos decorativos que evocan la búsqueda del conocimiento y la libertad. Desde la entrada, la escalinata inspirada en el Santuario de Atenea recuerda que este es en un lugar especial, dedicado al saber y al pensamiento libre.
La sala de lectura, que conserva su aspecto original, está decorada con plafones que representan bibliotecas de todo el mundo y nombres de figuras históricas que contribuyeron al avance del conocimiento, como Darwin o Servet. En 2011, la biblioteca también se convirtió en el hogar de la Colección Sherlock Holmes de Joan Proubasta, una de las más completas de Europa, con miles de piezas que homenajean al famoso detective británico.
En cualquier caso, la Biblioteca Arús se ha mantenido como un tesoro único en Cataluña, con una Estatua de la Libertad que pocos conocen, así como valiosas colecciones sobre política y masonería. Por suerte, tras el fin del franquismo, la institución volvió a abrir y organiza visitas guiadas para que el público pueda descubrir sus secretos y conocer la fascinante historia de este lugar.