¡Ay, la playa! Siempre la playa, ese rincón donde el tiempo parece detenerse y la brisa marina acaricia el alma. Es un refugio donde los días se deslizan, suavemente, entre el sonido rítmico de las olas y la calidez de la arena bajo los pies. La playa más que un lugar; es una sensación, un estado de calma que invita a desconectar del mundo y conectar con la naturaleza y con uno mismo.
En un lugar así, el horizonte se convierte en un lienzo cambiante, pintado con los colores del amanecer o teñido de los tonos dorados del atardecer. Es un espacio donde las preocupaciones se desvanecen con la marea y el silencio solo es interrumpido por las risas de los niños jugando o el canto lejano de una gaviota. La playa, siempre la playa, nos recuerda la simplicidad de la felicidad, ese placer puro y sencillo de sentir el sol en la piel, el agua en los dedos y la libertad en el corazón.
La mejor cala de la Escala
La cala Montgó se encuentra escondida entre los límites de la Escala y Torroella de Montgrí, en la Costa Brava, y se encuentra al lado del Parque Natural del Montgrí.
Tiene una longitud de 600 metros y 80 metros de ancho y está limitada por la Punta Ventosa y la Punta del Milà, dando lugar a la bahía de Montgó. Por su situación geográfica se localiza resguardada de los vientos del norte y, es por eso, que en la época romana se utilizó como punto de desembarco.
Al ser profunda pero de aguas azules, cristalinas y tranquilas, es una playa muy concurrida en la época estival.
Cuenta con diversos servicios como bares y restaurantes, alquiler de sombrillas y hamacas, alquiler de patines, kayacs o windsurf. Incluso se puede hacer un club de submarinismo.
Vida marina
Galardonada con el distintivo de Bandera azul, esta preciosa cala es famosa entre los entusiastas del buceo por contar con un paraíso submarino. Su elevado número de cuevas como la Cova de la Sal o como el barco hundido 'El Marmoler' -que naufragó en 1971 a causa de condiciones climáticas adversas y que se puede encontrar a una profundidad de entre 38-44 metros-, nos ofrecen una fauna extraordinaria, abundante y de gran tamaño.
Es habitual cruzarse con peces luna, bogavantes y langostas y con bancos enormes de peces 'tres colas'. Los buceadores afirman que sus fondos son de enorme interés geológico y que, además, la idea popular de que la isla 'Meda pequeña' está sostenida por enormes columnas de granito, es absolutamente cierta.
Debido a que está llena de pinares y por su proximidad al Montgrí, podemos encontrar numerosas especies como el cormorán moñudo o el halcón peregrino.