La Costa Brava, conocida por su belleza natural y sus encantadoras calas, es un destino que nunca deja de sorprender. Entre sus joyas escondidas, configurada por una lista casi infinita, destaca Cala Tavallera, una playa que, con su forma particular, evoca la famosa playa de la Concha en San Sebastián.

Está situada en el municipio de Port de la Selva y está oculta al turismo masivo, lo que le otorga un aire de exclusividad y tranquilidad. La cala, que se encuentra dentro del Parque Natural de Cap de Creus.

Así es la cala más sorprendente de la Costa Brava 

La historia de Cala Tavallera está íntimamente ligada a la tradición pesquera de la región. Antiguamente, esta cala servía como refugio para los pescadores locales, quienes encontraban en sus aguas calmadas un lugar seguro para sus embarcaciones. A lo largo de los años, ha mantenido su esencia virgen, conservando la flora y fauna autóctonas que la rodean. Podría ser bautizada, sin duda, como la playa de la concha catalana. Es mucho más pequeña, sí, pero su ubicación, en medio de la naturaleza la hace casi virgen. Lugar de paz en medio de la Costa Brava.

Cala Tavallera Flickr

Es un pequeño rincón del paraíso de arena gruesa y grava, de 135 metros de largo y 20 metros de ancho. Los tonos oscuros de las piedras contrastan con las aguas cristalinas del Mediterráneo que llegan calmas hasta la orilla, ya que la bahía se encuentra entre dos cabos frondosos.

Cómo llegar a la Cala Tavallera 

La ruta más usada para acercarse hasta esta escondida cala de la Costa Brava es la ruta pirenaica, conocida como la GR11. Se trata de un trayecto que une el Cantábrico (desde el Cabo Higuer) con el Mediterráneo (en el Cap de Creus). Al llegar al Port de la Selva, una de las poblaciones más cercanas a la playa citada, uno puede recorrer los 7,5 km finales de este recorrido.

Todo está indicado y si se sigue el camino que va a San Baldiri, uno se encuentra con un edificio de estilo románico en ruinas, pero conserva casi todas sus paredes. Llegar hasta allí no es difícil, el camino está habilitado y no hay muchas pendientes. 

Coger el vehículo, por supuesto, es otra opción. El punto de partida puede ser Figueres, a la que se accede por la AP-7, tomar la N-260, camino de Roses y, antes de llegar, desviarse por la GI-614 dirección Cadaqués.

Una vez allí, hay dos opciones. O buscar aparcamiento y empezar la ruta a pie o continuar un poco más por el Camí de Portlligat y tomar la segunda bifurcación a la izquierda para tratar de buscar un lugar para estacionar.

Noticias relacionadas