En La Pobla de Lillet se encuentran dos de las obras menos conocidas del arquitecto de Reus: el Chalet de Catllaràs y los Jardins Artigas. Una obra surgió a raíz de la otra; y ambas están conectadas con otros trabajos del artista.
Esta es la gran obra de Antoni Gaudí
La familia Güell, mecenas de Gaudí, tenía una fábrica en La Pobla de Lillet, a los pies del Pirineo. En esa área había minas de carbón utilizadas en la fábrica de cemento Asland de Castellar de n’Hug, propiedad de la familia. Ellos encargaron a Gaudí un proyecto para alojar a los ingenieros que trabajaban en las minas.
Así fue como en 1902 comenzó la construcción del Chalet de Catllaràs, que con el tiempo perdió su función original. Su forma de parábola y sus curvas lo distinguen de otras obras del maestro del modernismo. El tejado, por ejemplo, es de pizarra, típico de montaña.
Durante su estancia en la región, Gaudí se alojó en la casa de la familia Artigas, a quienes obsequió con un jardín sorprendente como agradecimiento. Este jardín, influenciado por el Parc Güell, es el único jardín húmedo diseñado por el arquitecto. Con una estructura ingeniosa, aprovechó al máximo la naturaleza y utilizó los manantiales del río Llobregat para crear fuentes y otras estructuras, transformando el entorno en un oasis auténtico.
Sumergirse en los Jardins Artigas, especialmente en la Font de la Magnèsia, es como adentrarse en un rincón mágico preservado por la historia. Inspirado por el paisaje montañoso y salvaje, Gaudí, intérprete de la Creación, diseñó una gruta y dos puentes rústicos que cruzan el Llobregat. Estos bocetos, junto con gran parte de la fábrica Artigas, fueron destruidos durante la Guerra Civil.
Así es la Font de la Magnèsia: fuentes, animales y evangelistas
De vuelta en Barcelona, el arquitecto envió albañiles expertos del Parc Güell para materializar sus ideas en el jardín. La pieza central es un impresionante puente de arcos curvos construido con roca local. A esto se suma La Glorieta, un mirador que ofrece vistas panorámicas del entorno. Además, hay una cueva artificial, similar a las del Parc Güell, con bancos para contemplar el Llobregat, testimonio de la conexión entre la arquitectura y la naturaleza.
Pero lo que más destaca es la Font de la Magnèsia, un manantial de agua medicinal con los cuatro evangelistas representados por animales. El jardín se expande con una pérgola rústica, la fuente del Lleó y un bosquecito de pinos que protege la fuente del Bou. Cruzar el puente de la Magnèsia lleva a una escultura del Águila.
La esencia de Antoni Gaudí
Las tres esculturas del Buey, el León y el Águila, con alas desplegadas, se integran armoniosamente en el entorno, reflejando la filosofía de Gaudí de seguir las leyes naturales en la creación arquitectónica. La cascada, inicialmente diseñada con una cuarta escultura, el Ángel, simbolizaba los cuatro evangelios cristianos.
Aunque las obras se extendieron hasta 1910, el jardín de la Font de la Magnèsia está abierto al público. Sumido en la esencia de Gaudí y la naturaleza, este rincón olvidado invita a una escapada única, donde la arquitectura se fusiona con la belleza natural en un espectáculo que cautiva tanto los sentidos como la imaginación.
Cómo llegar a la Font de la Magnèsia
Desde Barcelona, si vas en transporte privado, toma la C-16 hacia el norte, pasando por Manresa y Berga. Continúa hasta Guardiola de Berguedà y luego sigue las indicaciones hacia La Pobla de Lillet. Desde allí, sigue las señales hacia los Jardins Artigas. Por otro lado, si vas en transporte público, existen líneas de autobús que conectan Barcelona con La Pobla de Lillet. La empresa ALSA ofrece servicios desde la Estación del Norte en Barcelona. Una vez en La Pobla de Lillet, se puede tomar un taxi o caminar hasta los Jardins Artigas. También puedes tomar la R3 de RENFE hacia Ripoll. En Ripoll, cambia al autobús que va hacia La Pobla de Lillet. Alternativamente, puedes tomar el tren turístico Tren del Ciment que conecta La Pobla de Lillet con los Jardins Artigas durante la temporada turística.