Lo admitimos, las listas de pueblos bonitos de Cataluña se repiten. Al menos, los nombres que en ellas aparecen, pero claro, ¿qué vamos a hacer si su belleza es única? En cualquier caso, hay algunos que no aparecen tanto en los rankings y, cuando logran colarse, es mejor destacarlos.
Una vez más, National Geographic ha tirado de esto que tanto gusta y ha dictado sentencia. En su listado de los 100 pueblos más bonitos de España aparecen casi una decena de pueblos catalanes y hay una novedad y se sitúa en todo lo alto.
Estos son los pueblos más bonitos de Cataluña
Los clásicos no fallan. De la provincia de Lleida aparece Taüll, cuna del románico catalán, y por parte de Barcelona no fallan Rupit i Pruit y Cardona. La provincia de Tarragona se lleva la palma y coloca hasta cuatro municipios en el ranking: la picassiana Horta de Sant Joan, la recelosa Siurana, el Montblanc cisterciense y Miravet con sus casas sobre el Ebro.
Girona este 2024 se ha quedado solo con dos pueblos en la lista. No falla el daliniano Cadaqués y ¡oh, sorpresa! Cae Begur para dar la entrada a su pueblo vecino, Pals. Situado en el puesto número 13 a nivel español, es el primer pueblo catalán de la lista. Por tanto, el pueblo más bonito de Cataluña.
Así es el pueblo de Pals: belleza única
Este pintoresco pueblo medieval lleva años haciendo méritos propios para entrar en este tipo de listados. E incluso ha sido considerado en más de una ocasión por la prestigiosa publicación. El trazado de sus calles lejanas a la costa y sus playas de aguas turquesas que invitan a perderse por el camí de ronda en busca de nuevas calas ha enamorado a la revista como cada año lo hace con sus visitantes.
“Restos de muralla, torres vigía (Ramonet, Xinel·lo, Rom...), garitas, aspilleras y hasta dos sepulturas antropomorfas”, son algunos de los atractivos que tiene este municipio histórico que todavía respira a Edad Media. Algunas masías que se encuentran todavía dentro del municipio son originarias (aunque bien restauradas) de los siglos XVI y XVII. Inmuebles que no solo alojan tiendas y restaurantes, sino también sirve de viviendas actuales de algunos vecinos.
Qué ver y qué hacer en Pals
Pals es uno de los conjuntos medievales mejor conservados de toda la comunidad catalana, resguardado por una muralla que se levantó entre los siglos XII-XIV. Destacan en estas calles históricas la Torre del Homenaje, de estilo románico; su Plaza Mayor (con algunos detalles del gótico) y su iglesia de base románica, ábside y nave gótica y pórtico barroco.
Con un encanto completamente medieval, destaca Ca la Pruna, una imponente casa fortificada de estilo gótico y renacentista. A partir de ahí, se pueden observar los siguientes lugares, no exactamente en ese orden:
- Plaça Major: imponente casa fortificada de estilo gótico y renacentista situada fuera de las murallas.
- Torre de las Horas: edificio románico de 15 metros de altura que fue construida entre los siglos XI y XIII.
- Iglesia de Sant Pere: iglesia construida con las piedras del antiguo castillo con una fachada barroca con restos de un antiguo templo del siglo XII.
- Portal de la Vila: portal que da acceso al carrer Major, una de las calles más bonitas de Pals.
- Ermita de Pals: capilla ubicada en la Finca de Can Pi.
- Can Frailem: casa propiedad de la Fundació Vila Casas en la que hubo una antigua farmacia.
- Mirador de Josep Pla: situado en la parte más elevada del pueblo de Pals.
Así es playa con más encanto de Pals
Tras visitar con detenimiento el pueblo, otro de los reclamos de Pals es acercarse hasta su cercana playa y disfrutar de sus más de 2000 metros de longitud y fina arena de color dorado. Un espacio para residentes y turistas y donde conviven en armonía dos espacios: por un lado, un sector algo más urbanizado y donde se encuentran la mayor parte de los servicios de este arenal y, por otro, un rincón algo más virgen entre dunas y pinares y desde donde se pueden contemplar las Islas Medes.
Precisamente, estas últimas son la joya de la corona del entorno de l’Estartit. Un pequeño archipiélago, declarado Parque Natural Nacional Protegido y Reserva Marina, que es un destino privilegiado para aquellos que quieren practica buceo y admirar las maravillas que esconde este fondo marino repleto de un ecosistema natural de lo más variado y rico.
Las Basses d’en Coll: pura naturaleza
Si bello es Pals, también lo es todo el entorno natural sobre el que se asienta este pueblo medieval. Es la zona conocida como las Basses d'en Coll, un ecosistema en forma de dos balsas que se crean en la desembocadura del arroyo del Molino, adonde llegan las aguas de los arrozales que se cultivan en los alrededores de Pals. Un espacio natural que forma parte de la reserva natural parcial de los humedales del Baix Ter, en el Parque Natural de Montgrí, les Illes Medes y el Baix Ter.
Un rincón que seguro que no olvidarán tanto los amantes de la naturaleza, ya que en este enclave hay una amplia variedad de ejemplares vegetales como son la sauceda y olmeda, zarzas, cañaverales y carrizales; como los que prefieran hacer el avistamiento de aves. Las Basses d'en Coll es un punto importante para la cría de pájaros, así como para observar más especies en una fauna donde no faltan anfibios e invertebrados de todo tipo.
Esto es lo que puedes ver alrededor de Pals
Pero antes de volver al mundanal ruido o a la rutina de la oficina (si los días de vacaciones han llegado a su fin) todavía puede que haya tiempo para ver otro de los municipios más bonitos de la zona como es Peratallada; de obligado paso. Su principal atractivo reside en un patrimonio arquitectónico e histórico que todavía hoy se puede ver en un conjunto medieval declarado bien cultural de interés nacional y donde se conserva ese aire feudal en estrechas y tortuosas calles que encantarán al turista.
Peratallada fue una de las poblaciones de Cataluña mejor fortificadas en su época gracias a un recinto defensivo formado por tres recintos en forma de muralla (en el principal está el castillo) protegidos a su vez por un foso excavado en la zona. Precisamente, este hueco en la tierra en algunas zonas, que aún hoy se pueden ver, tiene una profundidad de unos 8 metros. Además de sus calles, el reclamo de este pequeño pueblo se concentra también en su torreo del Homenaje, su palacio (levantado entre los siglos XI-XIV) y la iglesia de Sant Esteve (románica de principios del siglo XIII).
¿Cómo llegar hasta Pals?
Desde Barcelona y en transporte privado, el pueblo se sitúa a tan solo una hora y media por la AP-7. Por proximidad, desde Girona, son solo 49 minutos y se llega a través de la C-66. Para estacionar hay muchas zonas libres de aparcamiento y no hay excesivos problemas para aparcar.
Como pasa con la mayoría de municipios de la Costa Brava, el acceso con transporte público es complicado. No llega el tren, la única vía es en autobús.