Cataluña es una de las zonas más diversas de toda España. Su riqueza patrimonial la catapulta como un destino ideal para conocer a fondo toda su historia. Ya sea en forma de playa o montaña: podemos disfrutar de un entorno natural, rico y diverso.
Muchas veces, existen escondites completamente desconocidos, incluso para los propios catalanes: es el caso de esta maravillosa cascada que encontramos en el pueblo de Rupit y que tiene 115 metros de caída en uno de los paisajes más increíbles de Barcelona.
Se trata del Salt de Sallent, que ofrece una ruta maravillosa y especialmente pensada para escapadas familiares: hablamos de un recorrido sencillo, cómodo y para nada exigente en lo que respecta al aspecto físico.
Así es la cascada más impresionante de Cataluña
La cascada es la gran joya de la corona de una ruta que podemos realizar desde Rupit: desde el pueblo hasta el salto no hay más de 1,5 kilómetros. Se trata de una excursión sencilla, sin grandes desniveles, perfecta para hacer en familia.
Si vienes en coche, debes saber que existe aparcamiento justo en el pueblo: podemos estacionar el vehículo por tres euros todo el día o buscar un poco más arriba en la carretera de forma gratuita.
Para comenzar la ruta, tenemos que dirigirnos a la iglesia, a través del puente colgante: el tiempo estimado para realizarla es de una hora y media, pero todo dependerá del ritmo y las paradas que se realice.
Los paisajes que se generan a lo largo de la ruta y el paseo por el pueblo son espectaculares y dignos de ver, por lo menos, una vez en la vida. Encontraremos el salto más grande de Cataluña con 115 metros de caída.
¿Cómo llegar al Salt de Sallent?
Como decíamos, el salto se sitúa en el pueblo de Rupit, en la comarca de Barcelona. Si vienes precisamente desde aquí, deberás tomar la C-17 y la C-153 en un recorrido que asciende a la hora y 45 minutos (108 km). Si, por el contrario, lo haces desde Girona, este recorrido es algo más corto a través de la C-25 y la C-153: 98,9 kilómetros (1 hora y 27 minutos).
Qué hacer y qué ver en Rupit
Rupit es uno de esos pueblos más curiosos de Barcelona y es casi un viaje en el tiempo: sus calles mantienen el estilo medieval de antaño. Esto es lo que no te puedes perder del pueblo:
Recorrer el puente colgante
En la entrada del pueblo encontramos un antiguo puente colgante que recibe a sus visitantes. Esta es la primera experiencia: es bastante estrecho y, mientras se cruza, se empieza a vislumbrar su peculiar estilo arquitectónico, dominado por las piedras y los tonos cálidos. Cruza, por supuesto, un pequeño riachuelo.
Entrar en la iglesia de San Miguel
Esta iglesia no encaja con el estilo del entorno. Frente a las viviendas medievales, el templo muestra unos tonos blancos impolutos propios del estilo contemporáneo. Su estructura, eso sí, guarda las características del Barroco.
Caminar por sus calles de piedra
Perderse entre sus calles empedradas y disfrutar de cada detalle en las viviendas es obligatorio en cualquier caso. Una parada casi obligatoria es la calle del Fossar, la vía principal de este municipio y la que conduce a sus vecinos a la iglesia.