Meritxell Hernández, CEO y fundadora de Roll'eat

Meritxell Hernández, CEO y fundadora de Roll'eat

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Meritxell Hernández, CEO y fundadora de Roll'eat, comprometidos con la sostenibilidad

En esta entrevista, Meritxell nos explica cómo el diseño responsable, la innovación y la responsabilidad ambiental son básicos para el éxito empresarial.

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En un momento en el que la sostenibilidad ha pasado de ser una opción para convertirse en una necesidad urgente, destacan aquellas empresas que no solo comercializan productos, sino que promueven un propósito. Roll’eat es un claro ejemplo: una marca pionera en envoltorios reutilizables, con más de 15 años de trayectoria y presencia en 25 mercados internacionales, incluidos Estados Unidos, Asia y Latinoamérica. Fundada por Meritxell Hernández, su CEO, Roll’eat nació de una inquietud personal por reducir el impacto ambiental desde los pequeños gestos del día a día. Desde su primer invento para el ahorro de agua hasta el diseño de productos icónicos como el Boc’n’Roll o la reciente colección Good’Buy, Meritxell ha sabido convertir su compromiso ecológico en una propuesta empresarial innovadora y con impacto global.

- En un mercado cada vez más consciente sobre sostenibilidad y diseño responsable, ¿cómo surge la necesidad que detectaste para crear Roll’eat y qué impacto esperabas generar tanto a nivel personal como global con esta iniciativa?

Siempre he estado muy sensibilizada con el impacto ambiental y la importancia de llevar una vida más sostenible. Hace ya 17 años, durante una época de sequía bastante preocupante, creé un reductor volumétrico para cisternas que permitía ahorrar hasta 4.000 litros de agua por persona al año. La acogida fue muy buena y eso me hizo darme cuenta de que cada vez había más interés por la sostenibilidad.

A partir de ahí, empecé a fijarme en otros problemas cotidianos, como la enorme cantidad de residuos que generamos a diario con envoltorios desechables: bolsas de plástico, papel de aluminio, envases... especialmente en el entorno escolar y laboral. Entonces decidí dar un paso más y nació Roll’eat, con la idea de ofrecer soluciones reutilizables, prácticas y con un diseño atractivo, que ayudaran a reducir esos residuos sin complicarnos la vida.

A nivel personal, quería que mi trabajo tuviera un propósito, que me permitiera aportar algo positivo y coherente con mis valores. Y a nivel global, el objetivo siempre ha sido contribuir a un cambio de hábitos más consciente, accesible y realista. No se trata solo de vender productos sostenibles, sino de inspirar a las personas a replantearse sus decisiones diarias, demostrando que consumir de forma responsable no tiene por qué ser complicado ni caro. Si conseguimos que más personas cambien un gesto cotidiano por una alternativa reutilizable, ya estamos generando un impacto enorme.

- Cuando comenzaste con Roll’eat, ¿qué visión tenías sobre el papel que podía jugar la marca en la transformación de hábitos cotidianos hacia un consumo más sostenible y consciente? ¿Cómo ha ido cambiando esa visión con la experiencia y el crecimiento?

Desde el inicio, mi visión con Roll’eat fue facilitar el cambio hacia un consumo más sostenible a través de pequeños gestos cotidianos. Pensaba que, si ofrecíamos productos reutilizables, prácticos y con un diseño atractivo, podíamos hacer que la sostenibilidad formara parte de la rutina sin que supusiera un esfuerzo. Siempre he pensado que cambiar un simple envoltorio ya es un paso importante si lo hacen muchas personas. Con el tiempo, esa visión ha crecido y se ha fortalecido; he aprendido que no basta con ofrecer un buen producto, sino que también es esencial inspirar, educar y construir una comunidad que comparta valores. Por eso Roll’eat no es solo una marca, sino una forma de promover un estilo de vida más consciente, accesible y comprometido con el planeta.

- En la intersección entre innovación, diseño y responsabilidad ambiental, ¿qué desafíos y oportunidades viste para crear una marca como Roll’eat que no solo ofreciera un producto, sino también un mensaje y un estilo de vida? ¿Cómo has logrado transmitir esa filosofía a tus clientes?

Uno de los grandes desafíos al crear Roll’eat fue encontrar el equilibrio entre innovación, diseño y sostenibilidad sin renunciar a la funcionalidad. Queríamos que nuestros productos fueran prácticos y duraderos, pero también atractivos y fáciles de usar en el día a día. El reto estaba en demostrar que lo reutilizable no tenía por qué ser aburrido o incómodo, sino todo lo contrario, podía ser una opción moderna, cómoda y con personalidad. Al mismo tiempo, sabíamos que no bastaba con vender un producto, queríamos transmitir un mensaje claro y promover un estilo de vida más consciente. Para lograrlo, apostamos por una comunicación cercana, coherente y positiva, que no culpabiliza, sino que inspira. A través del diseño, las redes, la educación y la comunidad que hemos creado, hemos conseguido que muchas personas se identifiquen con nuestra filosofía y adopten nuestros productos como una herramienta para el cambio.

- Good’Buy es vuestro nuevo producto que amplía la propuesta de Roll’Eat hacia soluciones sostenibles para el día a día. ¿Qué necesidades específicas buscabais cubrir con este lanzamiento y cómo refleja Good’Buy la evolución de la marca en términos de diseño y compromiso ambiental?

Con Good’Buy queríamos dar respuesta a una necesidad muy concreta: ofrecer una alternativa reutilizable y práctica para las bolsas de plástico de un solo uso, que todavía se siguen utilizando con demasiada frecuencia en el día a día. Observamos que, aunque cada vez hay más conciencia ambiental, muchas personas aún recurren a bolsas desechables por comodidad o falta de opciones funcionales. Así nació Good’Bag, una bolsa compacta, ligera y fácil de llevar siempre encima, pensada para facilitar ese cambio de hábito. Este lanzamiento representa un paso natural en la evolución de Roll’eat, porque mantiene nuestra esencia: productos útiles, sostenibles y con diseño, pero amplía nuestro alcance más allá del ámbito alimentario. Refleja nuestro compromiso por seguir desarrollando soluciones que hagan más fácil consumir de forma responsable, sin renunciar al estilo ni a la practicidad. Además, complementamos esta propuesta con Good’Wrap, un set de envoltorios reutilizables diseñados para conservar alimentos frescos sin plástico, ideales para reducir el uso de envoltorios desechables en la cocina y la compra diaria. Juntos, Good’Bag y Good’Wrap ofrecen un enfoque integral para minimizar residuos y fomentar hábitos sostenibles en todos los aspectos del día a día.

- El Good’Buy no es solo una bolsa reutilizable más. ¿Qué aspectos lo hacen diferente y especial frente a otras opciones en el mercado?

Good’Buy es una colección pensada para hacer el consumo sostenible más fácil y accesible. Se compone del Good’Bag, una bolsa 2 en 1 con compartimentos diferenciados y diseño plegable, y del Good’Wrap, un set de envoltorios reutilizables para conservar alimentos. Compactos, ligeros y hechos con materiales reciclados, ambos productos combinan funcionalidad, durabilidad y estilo. Pero más allá de su funcionalidad, en su conjunto, Good’Buy transmite un mensaje claro: apostar por opciones sostenibles puede ser cómodo, accesible y con estilo. Es una solución que facilita el cambio hacia un consumo responsable, demostrando que pequeños gestos pueden tener un gran impacto.

- En términos de materiales y diseño, ¿qué principios de sostenibilidad habéis seguido para crear el Good’Buy?

Para crear Good’Buy, hemos aplicado principios que buscan minimizar el impacto ambiental en todo el ciclo de vida del producto. A nivel de materiales, hemos optado por tejidos reciclados, resistentes y duraderos, reduciendo así la necesidad de producir nuevos recursos y alargando la vida útil de cada componente. En cuanto al diseño, priorizamos la multifuncionalidad, la reutilización frente al uso único, la facilidad de lavado para fomentar su uso continuado y su formato compacto para optimizar su transporte y almacenamiento. Todo ha sido pensado para facilitar un consumo más responsable sin renunciar a la estética ni a la funcionalidad.

- Para terminar, si el Good’Buy representa una nueva forma de consumir de manera responsable, ¿qué novedades o proyectos tenéis en mente para el futuro?

Nuestro objetivo es seguir liderando el cambio hacia un consumo más responsable a nivel global, y Good’Buy es solo el comienzo de esta nueva etapa. Estamos trabajando en la innovación con nuevos materiales sostenibles que nos permitan ampliar nuestra oferta y adaptarnos mejor a las necesidades de consumidores y comercios. Además, queremos expandir nuestra presencia en mercados estratégicos para llegar a más personas y generar un impacto real. También se está estudiando el desarrollo de productos en formatos diferentes para llevar la comida y complementar al Good’Wrap, como sobres de silicona, bolsas reutilizables y otras soluciones prácticas que amplíen las opciones sostenibles en el día a día.

Pero no solo se trata de productos: también seguimos comprometidos con la educación y la concienciación ambiental, colaborando con instituciones y empresas para impulsar un cambio real en la sociedad. En definitiva, aspiramos a que la reutilización deje de ser una excepción y se convierta en la norma, haciendo que nuestros productos sean cada vez más accesibles para todos.

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Contenido elaborado en colaboración con Roll’eat