
Imagen d la Torre Eiffel PEXELS
Todo lo que necesitas saber para visitar la Torre Eiffel
Desde su inauguración en la Exposición Universal de 1889, este documento ha recibido la visita de millones de personas procedentes de todo el mundo
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Según datos de Campus France, en 2024, nada menos que seis millones de personas subieron a la Torre Eiffel para disfrutar de sus extraordinarias vistas. Una cifra que no para de crecer. Y es que, ¿Quién no ha soñado alguna vez con ver de cerca la icónica silueta de la Torre Eiffel? Ese emblema parisino que se alza elegante sobre el Sena, entre luces y suspiros. Visitarla no es únicamente tachar un ítem de la lista de deseos, más bien es vivir una experiencia que combina historia, vistas inolvidables y esa chispa única que solo París sabe ofrecer.
Pero claro, también es una visita que conviene planear un poco, para evitar colas infinitas o no perdernos los mejores rincones. En este artículo te contamos, cómo hacer de tu visita algo tan memorable como sencillo.
Un gigante de hierro que empezó como una idea loca
Aunque la Torre Eiffel no necesita presentación, vale la pena recordar que todo comenzó a finales del siglo XIX, cuando París se preparaba para ser la sede de la Exposición Universal de 1889. La ciudad quería sorprender al mundo con algo grande, innovador y moderno. Y fue entonces cuando apareció Gustave Eiffel, con un proyecto que muchos consideraron una locura: una torre de hierro de más de 300 metros de altura.
La construcción se inició en 1887 y llevó solo dos años, dos meses y cinco días verla terminada. Para un proyecto tan ambicioso, fue rapidísimo. Más de 300 obreros trabajaron en ensamblar unas 18.000 piezas de hierro con 2,5 millones de remaches.
Y así, contra todo pronóstico, la Torre Eiffel fue inaugurada el 31 de marzo de 1889. Gustave Eiffel subió hasta la cima y plantó una bandera francesa con todo el orgullo del mundo. De esta manera, lo que debía ser una estructura temporal (pensaban desmontarla después de 20 años) se convirtió en el símbolo más representativo de París. En la actualidad, más de un siglo después, es difícil imaginar París sin ella. Con sus 330 metros de altura, tres niveles accesibles y una vista de 360 grados sobre la ciudad, se trata de una parada más que obligatoria.
Eso sí, uno de los consejos más útiles para disfrutar sin contratiempos de ella es comprar entradas para la Torre Eiffel con antelación. Puedes elegir entre entradas con acceso al segundo piso (por ascensor o escaleras) o llegar hasta la cima. Créeme, ver París desde lo alto con un croissant en la mano, es algo que no se olvida.
¿Cuándo es mejor visitarla?
Una de las preguntas que más hacen los viajeros que se dignan a pasar por allí es: “¿a qué hora voy para evitar multitudes?” Pues bien, te diremos que o temprano por la mañana, o justo al atardecer. Si consigues subir cuando comienza a caer el sol, tendrás el privilegio de ver cómo París se tiñe de naranja, rosa y dorado, y si te quedas un poco más, disfrutarás del espectáculo de luces que ilumina la torre cada hora en punto durante la noche.
Por otra parte, debes saber que los días laborables suelen ser más tranquilos, especialmente fuera de la temporada alta (de noviembre a marzo). Y una recomendación extra: si te animas a subir por las escaleras hasta el segundo piso, aparte de ahorrarte algo de espera, disfrutarás del ascenso con unas vistas espectaculares que muchos se pierden.

Vista de la Torre Eiffel desde el rio Sena PEXELS
Qué llevar y qué esperar
La Torre Eiffel es bastante accesible, pero aún así conviene llevar calzado cómodo, especialmente si planeas caminar hasta el segundo piso. Si subes hasta la cima en ascensor, prepárate para una pequeña espera y algunos controles de seguridad (como en un aeropuerto, pero más simpático).
En cuanto a lo que encontrarás dentro: en los diferentes niveles hay tiendas de souvenirs, cafeterías e incluso un restaurante con estrella Michelin, el famoso Le Jules Verne. Aunque, para ser sinceros, un bocadillo en el segundo piso con vistas a Montmartre también tiene su encanto.
No olvides llevar tu cámara o asegurarte de que tienes espacio libre en el móvil. Querrás hacer muchas fotos. Desde lo alto verás lugares como el Arco del Triunfo, el Louvre, Notre Dame y, si el día está claro, hasta La Défense.
Un paseo inolvidable a los pies de la torre
Una vez que bajes (o antes de subir, según cómo te organices), desde aquí te aconsejamos que des una vuelta por los Campos de Marte, ese amplio jardín que se extiende justo al pie de la torre. Es perfecto para hacer un picnic, tomar un helado o simplemente sentarte a mirar cómo la torre cambia de color con la luz del día.
Si te interesa seguir explorando, cerca de ahí tienes el Trocadéro, uno de los mejores miradores para fotografiar la Torre Eiffel. El contraste entre la arquitectura clásica del palacio y la estructura metálica es indescriptible.
Curiosidades que alegran la visita
A continuación, te mostramos algunos datos simpáticos que puedes compartir mientras haces la cola (o para romper el hielo con otros viajeros):
- La Torre Eiffel pesa unas 10.000 toneladas, pero aun así se mueve ligeramente con el viento.
- Tiene 1.665 escalones, aunque por suerte, no necesitas subirlos todos a pie (a menos que te lo propongas).
- Durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, se cortaron los cables de los ascensores para que Hitler no pudiera subir fácilmente.
Como puedes observar, estas pequeñas anécdotas hacen que la visita cobre aún más vidilla.
Consejos para una experiencia redonda
1. Compra tus entradas con antelación y evita sorpresas de última hora. Puedes hacerlo fácilmente desde Paris City Vision, una plataforma segura y confiable que cuenta con una amplia trayectoria en el sector. En ella, encontrarás las opciones disponibles según la temporada y tu preferencia de acceso.
2. Lleva algo de abrigo, incluso en verano. Arriba suele soplar el viento y refresca más de lo que piensas.
3. Sé paciente, especialmente si vas en temporada alta. Y no te preocupes, la esperala verás recompensada con creces.
4. Disfruta del momento. No todo tiene que estar documentado. A veces, mirar con los ojos en vez de con la cámara hace que el recuerdo sea aún más profundo.
Y, para terminar
Solo resta recordarte que visitar la Torre Eiffel es algo más que subir a un monumento. Es formar parte de una historia que se ha tejido durante más de un siglo. Es ver París desde un punto de vista privilegiado y sentirse parte de una postal viva. Bien sea que vayas solo, en pareja, con amigos o en familia, te garantizamos que será uno de esos recuerdos que guardarás toda tu vida con una sonrisa.
Así que ya sabes, prepara tu cámara, tus zapatos cómodos y tus ganas de dejarte sorprender. París te espera, y la Torre Eiffel también.
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