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En los últimos cinco años, Madrid ha incrementado su gasto sanitario en casi un 31%, alcanzando en 2023 un desembolso estimado de 10.850 millones de euros. Este aumento supera considerablemente la media del incremento nacional, que no excede del 20%, acreditando el compromiso y fortalecimiento de su sistema sanitario, según el Instituto Coordenadas.

Cataluña, por su parte, ha seguido un crecimiento algo inferior, del 25%, pasando de los 10.600 millones a los 13.300 millones de euros, con el foco puesto en la mejora de la atención primaria y las infraestructuras hospitalarias.

La evolución del gasto sanitario ha sido diversa entre las comunidades autónomas, sin embargo, todas enfrentan un reto común: el problema estructural de las listas de espera. Así se desprende del análisis realizado por el grupo de expertos del Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada (ICGEA), que ha estudiado el gasto sanitario ejecutado en los últimos años por las diferentes comunidades autónomas, evidenciando las grandes diferencias entre las necesidades y prioridades regionales.

Fluctuaciones por la pandemia

En un contexto de fluctuaciones económicas y desafíos pandémicos, el gasto sanitario ha tenido marcadas fluctuaciones en los últimos cinco años. Entre 2018 y 2020, se observó un incremento significativo, impulsado principalmente por la pandemia de covid-19, a partir de marzo de este último año, que llevó a un aumento en la demanda de servicios médicos, equipamiento y personal. Sin embargo, y a pesar de que el gasto sanitario nacional ha pasado de los 71.000 millones de euros en 2018 a 84.500 en 2023, la tendencia creciente da muestras de agotamiento, con una reducción del gasto de casi un 1% en 2022, según los informes más recientes, y una estimación similar en 2023, generando preocupación entre expertos y organizaciones sobre la sostenibilidad futura del sistema sanitario público. No todas las comunidades autónomas han seguido esta tendencia.

Según el Instituto Coordenadas, al desglosar estos datos por comunidades autónomas, los contrastes son notables. Dice que mientras algunas regiones han seguido la tendencia nacional de recorte, otras aumentan sus inversiones en salud, con Madrid a la cabeza, que ha experimentado un crecimiento en su gasto sanitario -desde 2018- de cerca de un 31%, con un gasto estimado en 2023 de 10.850 millones de euros, lo que representa más del 43% del presupuesto total de la comunidad y muy por encima del promedio nacional del 20%, posicionándose como la región con mayor compromiso en el fortalecimiento de su sistema sanitario.

Una operación en un hospital catalán Europa Press

“Aunque el gasto sanitario a nivel nacional ha mostrado fluctuaciones en los últimos cinco años, la Comunidad de Madrid ha seguido un patrón de crecimiento sostenido. El esfuerzo continuo de Madrid por reforzar su sistema de salud, reflejado en el reciente anuncio de un incremento récord en los presupuestos de 2025, posiciona a esta región como una de las más resilientes y mejor preparadas para afrontar los desafíos actuales y futuros del sistema de salud”, señala Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas.

Diferencia entre comunidades

Por su parte, indica que la Comunidad Valenciana ha pasado de 7.100 millones en 2018 a 9.200 millones en 2023, lo que representa un crecimiento del 29%, con unas inversiones dirigidas principalmente a reducir las listas de espera y modernizar las instalaciones hospitalarias. Andalucía ha registrado un incremento en el quinquenio de un 28%, alcanzando los 12.200 millones en 2023, con inversiones centradas en la mejora de la atención primaria y la contratación de personal sanitario.

País Vasco también han aumentado sus presupuestos en sanidad, aunque con un incremento más modesto de un 18%, desde los 3.900 millones de euros en 2018 a los 4.600 en 2023, siendo las principales áreas de inversión la atención primaria, la transformación digital y la mejora de las infraestructuras hospitalarias.

Listas de espera

Las listas de espera se han convertido en uno de los mayores retos estructurales del sistema sanitario español. A lo largo de los últimos años, el aumento de la demanda de servicios sanitarios, combinado con la escasez de medios y personal en ciertas áreas, ha generado tiempos de espera prolongados, tanto en la atención primaria como en la especializada. A pesar de los esfuerzos de las comunidades autónomas para abordar el problema, la disparidad regional y los efectos a largo plazo de la pandemia de COVID-19 han acentuado la situación, situando las listas de espera quirúrgicas en 121 días de media a nivel nacional, mientras que las listas de espera para consulta con el especialista alcanzan los 94 días, según los últimos datos disponibles del Ministerio a junio de 2024.

Durante los últimos años, buena parte de los esfuerzos de las comunidades autónomas han ido destinados a reducir las listas de espera, con Madrid, País Vasco y La Rioja las regiones que han hecho más evidente este compromiso, según el Instituto Coordenadas. En el caso concreto de Madrid, asegura que la puesta en marcha de un plan específico para el periodo 2022-24, con una inversión de 215 millones de euros, "le ha permitido consolidarse como la región con menos lista de espera quirúrgica, con una demora media de 47 días, 74 días menos que la media nacional, seguida de País Vasco, con 61, y La Rioja, con 64".

En el caso de las listas de espera para consulta con el especialista, País Vasco es, con 49 días, la comunidad con menos demora, 45 días menos que el conjunto de España, seguida de La Rioja, con 58, y Madrid, con 60 días de demora media, señaló.

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