Primeras planas

Sostres retrata a Roures y la heroína Boya

El magnate mediático se chotea de que la Benemérita le incluya en el comité director del 1-O. Un artículo de 'El País' reclama una reforma constitucional para suprimir la inmersión lingüística

15 febrero, 2018 09:35

Al gigante del balompié en televisión, Jaume Roures, le sorprende el "bajo nivel intelectual" de la Benemérita. Se ríe de los números que no saben escribir, a diferencia de sus guionistas, pero un informe de la Guardia Civil mecanografiado es todo lo que necesita un juez para poner en aprietos al más listo de los listos.

La derivada 1-O del caso Roures contempla lo sabido, que el productor es un ariete mediático de la república catalana vinculado al comité estratégico, el govern entre tinieblas que dictaba los pasos a dar en la última intentona secesionista. Nada nuevo. El mismo presunto implicado se reía incluso más que ahora de su audacia del "centro internacional de prensa" (y de pago) que le montó a la Generalitat para que Turull explicara el proceso. Only business. Todo por la patria y todo por la pasta. La coartada es que también se ofreció a Millo con la misma vaina para el 21-D.

En la portada del Abc sale un meditabundo Roures rascándose una ceja junto al titular "La Guardia Civil sitúa a Roures como 'elemento capital' del desafío separatista" y Sostres le zurra la badana en un artículo en el que subraya el móvil del resentimiento y explica cómo se las gasta su eminencia a la hora de pedir mesa.

Hay más de Roures en Crónica Global. Son varios los expedientes que afronta el magnate, al punto que es de interés hasta para el FBI, y el que sirve este diario lleva el siguiente título: "La mano derecha de Roures se libró de la detención gracias a Lamela".

Ayer depuso Mireia Boya en el Tribunal Supremo. Entró y salió igual, puño en alto. Manifestó ante el magistrado Llarena que la república no era "cosmética", digan lo que digan los presos. A esa misma hora entraba en el registro del Tribunal Constitucional un recurso de Oriol Junqueras que sostiene que la proclamación sólo tenía "valor político", no jurídico.

El independentismo ya tiene una nueva heroína. La joven Boya suscita un elogioso artículo de Salvador Cot en El món: "Calia un gest com el de Mireia Boya. L'exdiputada cupaire ha fet una defensa política de les mobilitzacions populars i ha reconegut, amb orgull, que ella també va passar-se unes quantes hores defensant el seu col·legi electoral l'1 d'octubre". 

Sí, una gran defensa, cosa épica según reportó Ok Diario en su día. Los Mossos cerraron el colegio electoral de Les y los vecinos sacaron las urnas por la puerta de atrás y se fueron a votar al hotel de Boya, donde fueron convidados a tomar té, chocolate y pastas en una fiestaza de la democracia que duró horas y horas mientras contemplaban las cargas por TV3 en medio de terribles sufrimientos telepáticos. Un Stalingrado.

Reseñable artículo del sociólogo José Luis Álvarez en El País. Propone una reforma constitucional para suprimir la inmersión lingüística y describe el sustento racial del proyecto soberanista: "En el designio pujolista, la oportunidad será en unos cinco años, cuando hayan fallecido la mayoría de los llegados a Cataluña en los 50 y 60. Entonces el independentismo superaría el 50% de los votos, incluso podría llegar al 60-65%. Si se han sentido tan amos como para montar un golpe con menos del 50% de la población, es imaginable lo que harán con más. (...) Pero el tic-tac demográfico continúa. La negligencia estratégica de décadas obliga al constitucionalismo a un arriesgado cambio de ritmo, a adelantar el conflicto. Existe una batalla que sorprenderá a los soberanistas, que piensan que el constitucionalismo no se atreverá a ello. Se aplica a su centro de gravedad. Es tan decisiva que los independentistas no tendrán más remedio que acudir al envite, emplear todos sus recursos, luchar hasta el final, unidos, contando con un PNV que se pondrá “estupendo”. Pueden ganar, pero si pierden agotarán su voluntad y recursos. Es la confrontación máxima, concentrada, final. Esta batalla es llevar una reforma constitucional que cancele la inmersión lingüística educativa en una sola lengua. Si el constitucionalismo no se atreve a plantearla, ahora, Cataluña será independiente, cuando “toque” que diría Pujol".

A todas estas, un tipo se ha tatuado el careto de Puigdemont en una nalga. El sujeto, que sostiene no ser independentista, asegura que el gesto es un homenaje a los huevos del fugitivo que se ríe de todo el mundo.

Madrid. A Rajoy no le importa gobernar con presupuestos prorrogados, según la crónica de apertura de La Razón: "Una de las posibilidades es que si llega finales de marzo y Cataluña sigue empantanada políticamente, y se mantiene el bloqueo presupuestario a nivel nacional, Hacienda podría empezar a trasladar «troceado» el proyecto presupuestario al Congreso, vía decreto ley, para ir aprobando partes del mismo, como puede ser la subida del salario público o las entregas a cuenta a las comunidades".

El ministro Montoro abre la portada de La Vanguardia con una trapacería. "Parte de la deuda autonómica podría convertirse en perpetua", titulan. En el texto se apunta que "técnicamente no es una quita formal, pero el Estado no cobrará". Primero rescataron a los bancos, ahora le toca a las autonomías. Barra libre que paga el pueblo.

El mal rollo es tendencia. El soberanismo se disgrega antes del acuerdo final y el Gobierno hace oposición a Ciudadanos.

15 de febrero, santoral: Decoroso, Quinidio y Sigfrido.