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Frente a la contaminación acústica causada por las especulaciones sobre una moción de censura en la que estaría dispuesta a participar Junts en según qué circunstancias, el Govern de la Generalitat se mantiene firme en sus propósitos. La política de las cosas, prioridades, urgencias y agenda social. El cóctel del "illismo" es el retorno a la función social de las administraciones públicas por encima del ruido y de las peleas entre los culos de plomo que colonizan los parlamentos.

Salvador Illa está empeñado en sacar adelante su ambicioso plan de vivienda, esos cincuenta mil pisos sociales que prometió en el debate de política general y no se despista a pesar de la bronca desatada en torno al futuro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tras la última reunión del "Consell Executiu", el titular de La Vanguardia es que "El Govern prevé financiar 12.000 pisos con su plan de ayudas para los jóvenes". Es la noticia de fondo de un día de gran convulsión y en el que el independentismo se ha enterado de que le han vuelto a timar. Pero los lectores deberán llegar hasta el final para conocer esa novedad en el flanco del independentismo chiripitiflautico. Antes vienen las cosas serias, como el texto que acompaña ese titular de los pisos. Firma la información Maite Gutiérrez: "El Govern va desgranando el plan para construir 50.000 viviendas públicas hasta el 2030 que anunció el president Salvador Illa la semana pasada, para lo que movilizarán 4.400 millones de euros. Entre las novedades de esta estrategia para facilitar el acceso al mercado residencial, destaca la creación de una nueva tipología de vivienda protegida “de precio limitado” proveniente del mercado de segunda mano, avanzó la consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque, tras la reunión ayer del Consell Executiu. “Será similar a la vivienda de protección oficial”, describió la también portavoz del Govern. Se considerará vivienda de precio limitado aquella que se adquiera a través del Fondo Público de Emancipación que la Generalitat quiere activar en el 2025. Este Fondo estará dotado con 100 millones de euros anuales (500 millones en total) y está pensado para ayudar a los jóvenes a financiar la entrada de un piso, ya que muchos se encuentran en la situación de poder asumir el pago de una hipoteca, pero no cuentan con ahorros suficientes como para acceder al crédito dadas las condiciones de las entidades bancarias".

Sigue la pieza: "El nuevo plan de ayudas financiará hasta el 20% de la compra a personas de hasta 35 años a través del Institut Català de Finances (ICF), con una bonificación de dos puntos sobre los intereses. La vivienda deberá ser de segunda mano y no mayor de 90 m², y se establecerán criterios de renta para acceder al Fondo. Los intereses se deberán abonar de forma mensual, pero el beneficiario no tendrá que devolver el importe del préstamo público hasta que no haya pagado toda la hipoteca sustraída con el banco. El detalle de los requisitos se desarrollará más adelante".

Y: "En caso de que el propietario de la vivienda adquirida con la ayuda del Fondo quisiera vender el inmueble en un futuro, no podría hacerlo a precio de mercado. Es aquí donde entra la nueva figura de “precio limitado”. Así, solo tendría permitido aplicar la subida del IPC del período. Además, el propietario debería devolver la totalidad de la ayuda que recibió del Fondo. La Generalitat calcula que unos 12.000 jóvenes de hasta 35 años podrían beneficiarse de este plan, de manera que entren hasta 12.000 pisos más al parque de vivienda protegida".

Ahora, la política, ese baile de la yenka de Junts y Puigdemont sobre una moción de confianza. O de censura, según la hora del día. El runrún en Madrid es incesante. Los corrillos del foro se alimentan del rumor de que el PP y Junts estarían trabando una moción contra Sánchez. Ahí va ese titular/resumen de El Mundo. "Carles Puigdemont mantiene su amenaza sobre Pedro Sánchez: forzar una cuestión de confianza o apoyar una moción de censura si el PP no lo trata 'como a un terrorista'". Escribe Gerard Melgar: "Junts per Catalunya volvió a jugar ayer con la hipótesis de forzar la caída del Gobierno de Pedro Sánchez. Pese que su secretario general, Jordi Turull, trató por la tarde de enmendar la plana y alejar cualquier sospecha de pacto con el PP, las palabras que la presidenta, Laura Borràs, había pronunciado unas horas antes volvieron a poner sobre la mesa la posibilidad de que los populares cuenten con los mimbres necesarios para presentar una moción de censura. «Participar en una moción con el PP y Vox es una auténtica fantasía, pero nuestros votos no están al servicio de ninguna otra fuerza política, son únicamente para Cataluña», quiso zanjar Turull el revuelo mediático que habían originado las declaraciones de Borràs en el programa La mirada crítica de Telecinco, donde admitió que su partido «no descarta absolutamente nada» cuando fue interrogada, expresamente, acerca de este procedimiento parlamentario en el que, en caso de éxito, el jefe del Ejecutivo se vería forzado a dimitir".

Sigue Melgar: "Borràs, que comparte el liderazgo orgánico con Turull desde el año 2022, pero que con toda probabilidad se verá obligada a ceder la presidencia a Carles Puigdemont en el congreso extraordinario que JxCat celebrará a finales de la próxima semana, solo coincidió con el secretario general a la hora de advertir al Gobierno que «no dé por hechos» los votos de los siete representantes de Junts en el Congreso de los Diputados para aprobar sus iniciativas, con la senda de estabilidad todavía pendiente de ser votada nuevamente para poder tramitar los Presupuestos Generales del Estado".

Y: "La amenaza de los neoconvergentes a Sánchez no es nueva. De hecho, ha acompañado al presidente durante los 11 meses de su mandato. Pocos días después de la investidura, Puigdemont ya insinuó, en una conversación privada en Bruselas con líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, que Junts podría sumarse a una hipotética moción de censura liderada por el PP, a mitad de legislatura, si el Gobierno incumplía sus compromisos. En declaraciones posteriores a Politico, el ex presidente de la Generalitat marcó el camino: «Para eso, el PP debe dar un paso hacia nosotros, no pueden seguir tratándome como a un terrorista». Unas palabras que venían precedidas por los contactos secretos entre los populares y Junts tras las elecciones generales del 23-J y que resucitaron dos meses después, cuando el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en plena campaña de los comicios gallegos, llegó a mostrarse dispuesto a aceptar un indulto condicionado a Puigdemont en caso de que el dirigente independentista rinda cuentas ante la Justicia española".

De modo que Borràs dice que no se puede descartar ningún escenario para, poco después, descartar el de la moción de censura ante el revuelo causado por sus palabritas. Y dado que su rectificación no convence a nadie, sale Turull diciendo que eso de una moción al alimón con la fachosfera madrileña es una "fantasía". Pues claro, como casi todo en política.

Pero no sólo es que Junts no lo tenga claro. Es que ni siquiera el PP lo ve. "Génova acusa a Junts de 'usarles' para poner precio a los Presupuestos y agitar las aguas del PP" señala un titular de El Independiente. La información es de Cristina de la Hoz y arranca así: "De vez en cuando la formación capitaneada por Carles Puigdemont deja caer la insinuación de que su voto en el Congreso de los Diputados no es cautivo, por lo que podría cambiar de bando y apoyar una moción de censura contra Pedro Sánchez. Ayer lo hizo la líder, no por mucho tiempo, de este partido, Laura Borrás, y aunque es cierto que Junts se apresuró a matizar sus palabras, en otras ocasiones ha sido la portavoz parlamentaria en la Cámara Baja, Miriam Nogueras, la que ha alimentado esta tesis. En un momento de profunda crisis gubernamental, en que planea la moción de censura como uno de los instrumentos constitucionales de la oposición para intentar forzar un cambio de rumbo o poner de manifiesto las costuras del Gobierno, la estrategia de Junts se le antoja al PP un instrumento para "presionar a Pedro Sánchez y, ya de paso, agitar las aguas" populares. Fuentes del PP se lamentan de que "lo han hecho mil veces y no aprendemos: amenazan, encarecen el apoyo y, al final, Sánchez cede" con tal de sostenerse en el poder".

Continúa la crónica: "Apenas nadie da credibilidad a la posibilidad de que Junts apoyase una moción para desalojar al jefe del Ejecutivo, ni siquiera aunque no hubiera un pacto previo al respecto si Alberto Núñez Feijóo decidiera en algún momento de la legislatura echar mano de este mecanismo. "Sólo nos usan", denuncian. Es más, también están los que abominan de esa posibilidad; una cosa es coincidir en votaciones parlamentarias muy puntuales en temas como la ley de alquileres y otra romper la mayoría de investidura para hacer a Feijóo presidente del Gobierno con los votos de los de Puigdemont. Esa polémica ya se suscitó tras las elecciones del 23-J, hubo incluso contactos, algunos explicados, otros no muy aclarados del todo, y los populares se dejaron entonces pelos en la gatera. La posición de máximos la dejó muy clara ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al afirmar que, si bien "yo no tengo nada que decidir en ese aspecto", desde luego, agregó "con aquellos que desprecian España no iría a ningún lado porque no son de fiar". De la misma opinión es el líder de los populares catalanes, Alejandro Fernández, quien reaccionó reafirmándose en que "ni caso al juego de trileros de Junts y Sánchez. ¿Acaso alguien cree que Puigdemont impulsaría una moción de censura a cambio de de un centro cívico en Matafaluga?", escribió en su cuenta de Twitter".

Pues nada, a seguir barajando. Mientras tanto y en ERC sigue el despellejamiento público ritual de sus principales líderes. Ayer, con el caso de los carteles del alzhéimer contra los Maragall. "El fiasco de la investigación de ERC sobre los carteles de los Maragall abre un nuevo frente entre Rovira y Junqueras", apunta El País. El texto es de Camilo S. Baquero: "La pugna interna de Esquerra Republicana por hacerse con el liderato de la formación cuenta desde este martes con un nuevo frente de confrontación entre Oriol Junqueras y Marta Rovira. Hasta ahora, las acusaciones mutuas de consentir malas praxis y las dudas sobre el grado de conocimiento de ambos líderes sobre la existencia de campañas “b” como la de los carteles de los hermanos Maragall formaban parte de la munición en la carrera al Congreso de noviembre. Pero todo ha cambiado este martes, con la salida a la luz de parte de la investigación interna del partido sobre los hechos y que orgánicamente se había pactado, en julio pasado, mantener bajo secreto hasta que se resolvieran los expedientes disciplinarios. De momento, ya han comenzado los reproches cruzados sobre la instrumentalización de la polémica en el camino al cónclave. También está por verse el impacto que pueda tener dentro de la militancia el hecho de que la comisión de garantías haya dictaminado que no es posible determinar quién es el ideólogo tras los carteles".

Sigue Baquero: "La comisión de garantías entrevistó a como mínimo ocho militantes y cargos del partido -incluida Rovira- y a un número indeterminado de trabajadores del departamento de prensa. La información recogida por ese órgano, según ha adelantado RAC-1 y han reconfirmado a este diario otras dos fuentes de la Ejecutiva, no permite identificar al autor intelectual de la campaña de contraste que ironizaba con la enfermedad del expresident Pasqual Maragall y por cuya gestión errática el propio Ernest Maragall abandonó la militancia del partido. Pese a ello, sí hay testimonios que aseguran que el propio exdirector de comunicación del partido, Tolo Moya, verbalizó que la responsabilidad era suya y que la campaña de contraste “se le había ido de las manos”. La comisión entiende que Moya no hizo bien su trabajo al no gestionar adecuadamente los asuntos de su departamento. El exdirector de comunicación de los republicanos lleva meses denunciando que la investigación está viciada y desde un principio alertó que tenía pruebas que demostrarían que altos cargos de la cúpula republicana sabían del escándalo antes de que se hiciera público en los medios de comunicación. En verano, de hecho, trascendió un audio donde se debatía cómo gestionar a nivel mediático que fuera público que unos carteles que fueron rechazados de manera unánime por todas las fuerzas políticas habían salido de la propia ERC. Junqueras siempre ha insistido en que solo se ha enterado de la existencia de las campañas de contraste que el partido hacía a través de un tercero “por la prensa” pero el informe considera probado todo lo contrario, que sí tenía conocimiento de ello. Fuentes de la candidatura del que fuera exvicepresident lamentan que en las pesquisas no se le llamara a rendir testimonio y que sea la palabra de Rovira la que sustenta toda la tesis".

Las cuatro candidaturas que se disputarán el liderazgo de ERC en el congreso de finales de noviembre siguen a lo suyo, que es "competir en radicalismo", según Vozpópuli. Del texto de Óscar Benítez: "En los últimos días, el sector 'junquerista' y el 'rovirista' han seguido despellejándose ante la opinión pública. Aunque éste último se presente como una apuesta por "rostros nuevos", su refriega con los partidarios de Junqueras, lanzándose reproches por hechos acaecidos hace años, no ayuda a visualizarlo como un proyecto desligado del pasado. Sin olvidar que sus candidatos más conocidos están vinculados a las antiguas estructuras. Unas circunstancias que están siendo capitalizadas por las candidaturas del sector crítico -Foc Nou y Recuperem ERC-, en liza por presentarse a los militantes que votarán el congreso de noviembre como la de mayor pureza secesionista. Y, ciertamente, ambas destacan por su extremismo ideológico. En lo referente a Foc Nou, que propone como presidenta a la exportavoz en Cerdanyola Helena Solà y como secretario general al exdiputado Alfred Bosch, se reclama sin ambages como un "movimiento de liberación nacional" decidido a superar la "paralisis antirrepresiva". Para ello, han nutrido sus filas de "activistas" antifascistas dispuestos a "plantar cara al españolismo y a la derecha allá donde sea necesario" ¿Su hoja de ruta? Romper con la "subordinación al PSOE" y apostar por la celebración de un referéndum separatista "sin renunciar a la unilateralidad"".

Continúa Benítez: "Mientras, Recuperem ERC, nacido del colectivo crítico Primero de Octubre y con el economista Xavier Martínez Gil al frente, discurre por unos parámetros muy similares, abogando por refundar un frente separatista que recupere el "espíritu de 2017" -esto es, el choque contra el Estado-. En consecuencia, reniegan del secesionismo gradualista adoptado por la actual dirección republicana tras sus pactos con el socialismo -que llaman a disolver, tanto en el Congreso como en el Parlament-. Dadas estas concomitancias, ambas candidaturas están tratando de dejar en evidencia a la otra por su presunta falta de arrojo nacionalista. Por ejemplo, Solà, la aspirante de Foc Nou, proponía el viernes pasado en una entrevista en 'Ara' romper ataduras con Salvador Illa a través de una "consulta vinculante" que se celebre como mucho antes de un año. La proposición no tardó en ser rebasada por Recuperem ERC, cuyo líder publicó en X un día después: "Nosotros no esperaremos un año para ver qué hace Illa. Si gana nuestra candidatura, romperemos el pacto al día siguiente"".

La guinda del día está en La Vanguardia, que informa de que "Buscan por estafa al organizador de la gran fiesta del independentismo 'Som 1 d'octubre'". A perro flaco todo son pulgas. El independentismo, en horas muy bajas, tiene que soportar ahora el descrédito de un timo de baja estofa. Lo cuenta así Fede Cedó: "La que tenía que ser la gran fiesta del independentismo catalán, ‘Som 1 d’octubre’, ha acabado siendo una elaborada estafa denunciada por voluntarios, colaboradores y profesionales que actuaron en los espectáculos que el pasado 28 de septiembre llenaron Arenys de Mar, Arenys de Munt y Canet. ”Nadie ha cobrado un duro por el trabajo y el organizador ha desaparecido” resumen. Las colosales expectativas generadas por el principal impulsor del evento, Jordi Mateu, se empezaron a diluir días antes al no disponer de permisos para instalar el anunciado escenario en la playa del Cavaió, donde decía tener confirmado afamados grupos como Els Catarres o Brams. El grueso de las actividades del sábado se trasladó a la riera de Arenys de Mar y a otros locales públicos. Allí actuaron La Salseta del Poble Sec, Los Bazaga, Quico el Cèlio, Cesk Freixes, Les Violines o Jaume Arnella, entre otros, imponiendo un marcado tono reivindicativo para rememorar la jornada del Referèndum per la Independència del 2017. Todo ello complementado con una notable infraestructura de bares, puntos de donación y merchandising".

Sigue Cedó: "En Arenys se dieron cita grandes nombres del catalanismo, unos como ponentes y otros como invitados. Allí estuvieron Josep Rull, Jordi Turull, Laura Borràs, Joaquim Forn, Francesc Dalmases y Aurora Madaula, de Junts. Carles Puigdemont, Antoni Comín y Lluís Puig tampoco se lo perdieron y discursearon por videoconferencia. De la CUP acudieron Carles Riera y Dolors Sabater. Los republicanos de ERC desembarcaron con Eduard López, Tània Verge, Joan Queralt, Gemma Humet y Jordi Viñas, alcalde de Salt. Otros personajes como LLuís Llach, Benet Salellas, Jaume Roures, Vicent Partal y Julià de Jódar, contribuían al acto como conferenciantes. Decenas de entidades involucradas en la organización, ahora se desmarcan del evento, como la Assemblea Nacional Catalana, que firmaba como organizadora del acto. Otras como Omnium Cultural, CDR, AMI o el Consell per la República, también apoyaron la actividad".

Y: "El acto, aunque recortado por la falta de actuaciones estelares, tuvo éxito. Cientos de personas llenaron las actividades, pero pronto, colaboradores y empresas contratadas empezaron a sospechar de que algo iba mal. Relata una empresa de montaje de escenarios que “nos han quedado a deber 30.000 euros”. La voz empezó a correr y pronto todos percibieron que habían caído en la trampa de un organizador, con residencia en Arenys de Mar y que actualmente está en paradero desconocido. Los afectados se han organizado en una plataforma para denunciar los hechos y calculan que la cantidad estafada y no abonada puede superar los 100.000 euros. Nadie se explica cómo una sola persona pudo involucrar a tanto famoso de tal calibre. Entidades, artistas, técnicos y políticos, incluso a los alcaldes de los ayuntamientos de Canet de Mar, Arenys de Munt y Arenys de Mar, que apoyaron la iniciativa".

El 1 de Octubre es un reclamo sensacional. ¿Quién se puede negar a dar una conferencia por la causa? Pero 100.000 euros parecen poco. La estafa de hace siete años fue mayor.

16 de octubre, santoral: Eduvigis, Longinos, Gerardo Mayela, Margarita María de Alacoque, Anastasio de Pamiers, Beltrán de Comminges, Bonita de Brioude, Elifio de Toul, Galo de Arbona, Gauderico de Mirepoix, Lulo de Hersfeld, Mumolmno de Noyon, Rodolfo de Gubbio y Vidal de Retz.

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