Illa, la bandera y el rey
El presidente de la Generalitat recupera la bandera de España y se reunirá con el Rey el jueves. Rull monta en cólera por el informe de los Mossos sobre la no detención de su líder
24 agosto, 2024 10:05Noticias relacionadas
Normalidad institucional y sintonía política en una plaza de Sant Jaume monocolor. La ex mano derecha del alcalde Jaume Collboni es ahora la mano derecha del presidente de la Generalitat, Salvador Illa. Se trata del joven Albert Dalmau, consejero de Presidencia y hombre fuerte en la sala de máquinas de la potente administración autonómica tras ejercer como gerente municipal en la capital catalana. En ese contexto y con esos mimbres, Illa y Collboni mantuvieron ayer un primer encuentro que incluyó el repaso a la agenda de las cuestiones pendientes. Son muchas, de la ampliación del Aeropuerto de El Prat a la vivienda social y las limitaciones a los pisos turísticos, entre otras.
"Las carpetas de Collboni ante un curso con Illa en la Generalitat: vivienda, aeropuerto o la entrada de ERC", titula al respecto El País. La nota es de Clara Blanchar, quien escribe que "por primera vez desde hace 13 años, el curso político arrancará con el mismo color político, el del PSC, en el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat. Sin esperar a septiembre, este viernes el president Salvador Illa recibió al alcalde Jaume Collboni en una inédita “reunión informal”. Con encajada de manos en la plaza de Sant Jaume para exhibir sintonía, fotos, pero sin comparecencias ni preguntas. Sí se dio el anuncio de que el encuentro institucional será el 4 de septiembre. El PSC gobierna la ciudad después de un mandato de la extinta Convergència (2011-2015, con Xavier Trias de alcalde) y dos de los comunes de Ada Colau (2015-2023). El alcalde Jaume Collboni recuperó la vara para los socialistas en 2023. El regreso de los socialistas al Govern de la mano de Illa llega 14 años después de la experiencia del Tripartito. La reunión entre Illa y Collboni permitió visualizar alguno de los cambios en la simbología del Palau de la Generalitat con la llegada del líder socialista. La bandera española se incorporó junto a la catalana, a diferencia de lo que ha pasado durante los años de ejecutivos independentistas".
Continúa el texto: En el Ayuntamiento, Collboni afronta un curso con carpetas de calado y un president en el otro lado de la plaza de Sant Jaume con el que habrá total sintonía política, porque además de Salvador Illa, el consejero de Presidencia es Albert Dalmau, hasta hace dos semanas mano derecha del alcalde. Pero la alianza también dificultará los reproches que la ciudad ha lanzado históricamente por incumplimientos del Gobierno autonómico".
En el listado de temas pendientes, Blanchar destaca "la promoción de vivienda pública, el gasto en guarderías, ambulatorios, servicios sociales o Mossos d’Esquadra. Por no hablar del transporte público, cuando este verano se ha conocido un nuevo retraso en la agónica L9. En el comunicado enviado el viernes después del encuentro informal, las dos administraciones fijaban como puntos clave a tratar el día 4 la vivienda, la seguridad, el transporte público y los barrios".
También se abordó la eventual entrada de ERC en el gobierno municipal, "el convenio de cesión de solares de la ciudad a la Generalitat para construir 1.700 pisos públicos", la ampliación del Aeropuerto, el cierre de los pisos turísticos y la regulación de los alquileres de temporada. Carpetas densas y que permanecían atascadas entre otras razones por el sesgo inflexible de las anteriores administraciones municipales.
Blanchar aludía en su crónica a la presencia de la bandera de España y la de Europa en la foto de la reunión entre alcalde y president, asunto que ha disparado las alarmas en el independentismo. En El Nacional, Nura Portella escribe que "la primera reunión entre Salvador Illa y Jaume Collboni como president de la Generalitat y alcalde de Barcelona ha revelado que dos semanas después de su llegada a Palau, la bandera española ya luce en la Sala dels Diputats del edificio, donde los presidentes se reúnen habitualmente con sus invitados. Durante la pasada legislatura, con Pere Aragonès, como president de la Generalitat, en este mismo espacio solo había la senyera y la bandera europea, tal como se puede comprobar, por ejemplo, en la reunión que mantuvieron al republicano y Josep Rull después de que este fuera investido president del Parlament en junio o más recientemente durante la reunión con el mismo Illa para hacer el traspaso. En cambio, durante la reunión que mantuvo Aragonès con Pedro Sánchez durante las negociaciones de ERC con el PSC para investir Illa, sí que había la bandera española. También era así durante los años de presidencia de Quim Torra, donde la bandera española solo estuvo en la Sala de los diputados con las reuniones con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno".
Sigue el texto: "Dos días después de ser investido presidente de la Generalitat en el Parlamento en una jornada marcada por el breve retorno del presidente Puigdemont, Salvador Illa prometió el cargo en el Salón de Sant Jordi del Palau de la Generalitat. Y el socialista recibió críticas del españolismo por el hecho que detrás suyo solo había la senyera y no la bandera española. Desde la organización Impulso Ciudadano, su presidente José Domingo, denunció que con la ausencia de la bandera española, Illa traicionaba a su compromiso de gobernar por todos a los catalanes. Ahora, dos semanas después, la bandera española ya está en la Sala dels Diputats. Durante la primera reunión de su Consejo Ejecutivo, el martes 13 de agosto (esta semana no ha habido) en la Sala Tarradellas en el mismo Palau ante la obra de las Quatre Cróniques de Tapias solo había la senyera. También en la fotografía oficial del nuevo Govenr presidido por Illa, tomada en la Galería Gótica y en la sala de prensa durante la rueda de prensa de la nueva portavoz Sílvia Paneque. Habrá que ver si en los próximos días, la bandera española también aparece en estos espacios donde solo está la senyera".
A la espera de la comprobación, La Vanguardia informa sobre otro cambio sustantivo en el plano simbólico. "El Rey se verá con Illa, por primera vez, el jueves en Barcelona", se titula la pieza que cuenta que "El presidente de la Generalitat pondrá fin a la anomalía institucional después de años en los que sus antecesores no acudían a actos de la Casa Real". La nota viene con la firma de Mariángel Alcázar y arranca así: "El Rey y el presidente Salvador Illa se encontrarán por primera vez desde el cambio de titular en la Generalitat, el próximo jueves en Barcelona con motivo de la visita que el jefe del Estado realizará para asistir al acto de bienvenida oficial de la Copa del América. Con ese encuentro se recuperará la normalidad institucional entre la Corona y el Govern después de años en los que, desde Carles Puigdemont, los sucesivos titulares de la Generalitat han estado ausentes en la mayoría de las visitas del Rey a Catalunya. En los actos en los que sí han estado, como el Mobile World Congress, no han participado en el saludo de bienvenida".
Y: "Salvador Illa, que tiene pendiente aún la audiencia con el Rey en la Zarzuela como es habitual tras el nombramiento de los presidentes autonómicos, romperá con la anomalía y asistirá junto al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, al acto institucional que tendrá lugar en el Museo Marítim, ubicado en el edificio de las Drassanes, junto a los organizadores del evento deportivo y los patrocinadores. La visita del Rey, aficionado a la vela y participante en competiciones náuticas, tiene como objetivo apoyar la celebración de la Louis Vuitton 37ª America’s Cup, un evento deportivo de gran magnitud internacional que se celebra en el litoral barcelonés hasta mediados de octubre".
Frente a estos ejemplos de concordia, naturalidad y cortesía, el caso de Josep Rull, president del Parlament y ariete de Puigdemont en la cámara. Rull, acostumbrado desde la cuna a mandar y a que sus deseos sean siempre satisfechos (si los funcionarios del Gran Hotel Lledoners hablaran...) está que se sube por las paredes por el informe del jefe de los Mossos, Eduard Sallent, sobre la no detención del prófugo. "Rull sale en tromba contra los Mossos por el informe sobre Puigdemont y les acusa de mentir: 'Es inaceptable'" titula El Mundo. La pieza es de Cristina Rubio: "El presidente del Parlament, Josep Rull ha abandonado la neutralidad que se le presupone a su cargo y ha salido en tromba contra los Mossos d'Esquadra por el informe sobre Carles Puigdemont y su huida. El dirigente de Junts ha acusado al Cuerpo policial de mentir con su atestado -enviado al juez Pablo Llarena-, un documento que desvela que él mismo no colaboró e impidió que inspeccionaran la Cámara el día antes, el 7 de agosto. "No es aceptable que se entre a cuestionar la profesionalidad y el rigor de los trabajadores del Parlament de Cataluña. Es una línea roja que no estoy dispuesto a que se traspase. No es aceptable que se hagan valoraciones sobre su posición política o ideológica", ha clamado pocas horas después de conocerse el contenido del documento con los "errores" de los Mossos".
Sigue la información: "Sobre lo que ocurrió en las horas previas a la llegada de Puigdemont a Barcelona, Rull ha explicado su versión de los hechos: "Hasta que no nos dijeron cuál era el objetivo de estas inspecciones no se les dejó entrar. Finalmente nos dicen que el objetivo es poder registrar el conjunto del Parlament para ver si había algún artefacto explosivo. Es absolutamente lógico, es adecuado y, por lo tanto, si este era el objetivo, se dio la autorización a las seis, solo con este objetivo", ha relatado. De hecho, ha confirmado que no dio autorización para registrar la Cámara con el fin de detener a Puigdemont: "Si hay que registrar para detener a alguien, este era un margen que yo no estaba dispuesto a aceptar"".
Claro, claro. Porque a Rull no le sale del níspero y antes es preferible que el Parlament se convierta en un casal de los CDR que en un parlamento normal.
De vuelta a los socialistas, si todo fluye más o menos en el PSC no pasa lo mismo en el PSOE. "Borrell replica a Montero por la financiación de Cataluña: 'Es un concierto'", destaca La Razón. Escribe Javier Gallego: "Las aguas bajan cada vez más revueltas en el PSOE por culpa de la cesión de la soberanía fiscal a Cataluña. Josep Borrell, una figura de mucho peso dentro del partido y una voz reconocida y autorizada en la lucha contra el relato independentista del déficit fiscal y del "España nos roba" (ha escrito un libro muy destacado en esta materia), ha replicado a María Jesús Montero y ha asegurado que el pacto fiscal firmado entre PSC y ERC es un "concierto" ya que supone que la Generalitat va a gestionar y recaudar todos los impuestos. La vicepresidenta rechazó el pasado miércoles que sea un "concierto", para evitar equipararlo al sistema que tiene el País Vasco, algo que genera mucho desgaste dentro del PSOE. En este sentido, Borrell, que todavía sigue siendo el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha contestado a Montero, quien ha achacado las críticas del exministro socialista al pacto fiscal entre ERC y PSC a la "la relación peculiar" que tiene con Cataluña. (...) Borrell, quien ha atendido a los medios de comunicación con motivo del cierre del curso sobre geopolítica que ha dirigido en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha llamado a "no tenerle miedo a las palabras". A juicio de Borrell, el pacto fiscal entre PSC y Esquerra supone "asumir el relato del procés" porque supone asumir el "España nos roba". "No tengo ningún interés en alimentar debates públicos, pero tampoco quiero quedar como mentiroso. Creo que las palabras tienen un significado, tenemos que utilizar los términos de acuerdo con la manera con la que se utilizan habitualmente", ha señalado el exministro socialista, quien ha formado parte de los gobiernos de Felipe González y Pedro Sánchez".
Y: "Según Borrell, un modelo en el que una comunidad autónoma "tiene la capacidad de recaudar todos los impuestos, quedárselos y dar una parte a la Administración General del Estado, en términos técnicos se llama un concierto". "Eso, yo lo siento, pero se llama sistema de concierto", ha abundado, aludiendo a que "es lo que los manuales de Hacienda Pública dicen". "¿Por qué vamos a negar que es un sistema de concierto y refugiarnos en que es una cosa singular? El concepto singular no se sabe muy bien lo que quiere decir. ¿Qué quiere decir singular? Yo he dicho que es un sistema de concierto y me reafirmo en ello, que no pasa nada", ha añadido".
Decíamos unas líneas antes que todo fluye más o menos en el PSC y es que ya se ha registrado la primera baja en el Govern. "Alfons Jiménez renuncia como jefe de gabinete de su pareja, la 'consellera' Sílvia Paneque, en el Departamento de Territorio", indica Crónica Global. El texto es de Gerard Mateo: "El jefe de gabinete del Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Alfons Jiménez Cortacans, ha renunciado al cargo ante la polvareda que ha levantado su nombramiento, pues se trata, además, de la pareja de la consellera de esta consejería así como portavoz del Govern, Sílvia Paneque Sureda. Fuentes de Territori han detallado que Jiménez ha notificado su renuncia al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, mediante una carta, en la que ha defendido su trayectoria profesional para llegar al cargo. Se va, asimismo, para evitar que este asunto perjudique a Paneque. En la carta, de hecho, ha criticado que los ataques que ha recibido solo tienen la voluntad de dañar al Govern y ha explicado que ha decidido dimitir para no perjudicar ni al Ejecutivo ni a la consellera. Y es que, tras conocerse el vínculo sentimental entre Jiménez y Paneque, son varias las críticas que ha recibido desde la oposición. Sin ir más lejos, Junts había registrado una petición de comparecencia del presidente de Illa, al entender que los primeros nombramientos que había hecho tras acceder al cargo son unos "casos claros de nepotismo" y "mal gobierno"".
24 de agosto, santoral: Bartolomé apóstol, Audeno de Rouen, Emilia de Vialar, Jorge Limniota, Juana Antida Thouret y Tación de Claudiópolis.