Rovira se prepara para la batalla final contra Junqueras
La pugna interna por el poder de ERC se intensifica ante un congreso que todavía no tiene fecha clara; estaba previsto para noviembre hasta que un tercio de miembros del consejo nacional ha reclamado el adelanto
24 agosto, 2024 00:00Noticias relacionadas
A pocas semanas de haber respaldado la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat, ERC ha pasado página y enfoca sus energías en el congreso del partido, previsto para los próximos meses. Este evento será clave para definir la nueva dirección de la formación en una etapa crucial y, en estos momentos, el sector de Marta Rovira se prepara para la batalla final contra Oriol Junqueras.
Aunque la fecha sigue siendo un misterio para propios y extraños, el riesgo de una repetición electoral en octubre llevó a la dirección del partido a planificar el congreso para noviembre. Sin embargo, tras la superación de este escenario, no deseado por casi nadie, los seguidores de Junqueras --quien aspira a ser reelegido como líder de ERC-- han presionado para adelantar la cita.
La mirada puesta en el congreso de Junts
Argumentan que los estatutos del partido establecen que, tras la dimisión de un presidente, el congreso debe convocarse dentro de los tres meses siguientes. El objetivo es impedir que los afines a Rovira sigan maniobrando para anclarse en el poder, con una mirada puesta en el congreso de Junts, que también será este otoño.
Hasta el momento, más de un centenar de miembros del consejo nacional han respaldado la petición, obligando a la ejecutiva nacional a convocar una reunión para abordar el asunto en un ambiente caldeado tras manifiestos cruzados y el escándalo de los carteles del Alzhéimer. Además, la dirección ha solicitado un informe jurídico para determinar la viabilidad de adelantar el congreso, por lo que la polémica está servida para las próximas semanas.
Fuentes internas del partido han expresado su descontento con Junqueras, acusándolo de actuar nuevamente a través de los medios de comunicación. Señalan que la fecha del congreso se fijó antes de su dimisión, el pasado 10 de junio, y esperaban que propiciara "un debate sereno" sin generar "nuevas tensiones" dentro de la formación. Tensiones que, además, se visibilizan ante el conjunto de la ciudadanía ante un mes de septiembre plagado de fechas románticas para el independentismo.
Los 'roviristas' no se resignan a que Junqueras gane
Las mismas fuentes critican que la petición de Junqueras parece dirigida a perjudicar a Marta Rovira, una de sus principales rivales a nivel interno. Aunque la política de Vic no planea postularse para repetir como secretaria general --más aún tras haber capitaneado las negociaciones para la investidura de Salvador Illa--, su entorno se moviliza para formalizar una candidatura alternativa.
Dirigentes cercanos a Laura Vilagrà o Raquel Sans --exvicepresidenta del Govern y portavoz, respectivamente-- afirman estar trabajando "intensamente" para presentar pronto al candidato que quieren que lidere ERC y encabece la lista en las próximas elecciones autonómicas. Es decir, que los roviristas no se resignan a que Junqueras tenga vía libre en su regreso al trono del partido.
El reto de enfrentarse a Junqueras
Aunque la identidad del próximo líder es incierta, aseguran que cuentan con “muchas personas preparadas” y capaces de redirigir la formación, que en los últimos años ha visto disminuir su influencia en diversas instituciones clave.
No obstante, fuentes de ambos sectores admiten que el futuro candidato “tiene trabajo” si quiere enfrentarse a Junqueras, una de las caras más visibles de la política catalana de los últimos años.
La posibilidad de un cónclave de unidad entre los afines a Rovira y Junqueras, que estuvo sobre la mesa fugazmente durante semanas anteriores, se aleja en el horizonte. Y todo apunta a un duelo que no solo marcará la estrategia del partido en una legislatura catalana difícil ante el auge del PSC y la supervivencia de Carles Puigdemont, sino también la relación con el Gobierno de Pedro Sánchez en Madrid, donde la gobernabilidad corre peligro si ERC y Junts compiten por ver quién aprieta más a los socialistas.