Acaba un puente de calma relativa. Se acentúa el declive vacacional. El verano del 24 comienza a ser historia. Salvador Illa es el nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont se ha vuelto a fugar, Oriol Junqueras está desaparecido y el próximo curso será muy diferente. De entrada, las conmemoraciones del 11-S y el 1-O no se prevén multitudinarias. Habrá que ver cómo encaja la Assemblea Nacional Catalana (ANC) de Lluís Llach la participación de ERC en la Diada. O si Junts y los republicanos recordarán conjuntamente el "éxito" del 1-O. Pero sea como fuere no se esperan grandes aglomeraciones, sino pequeñas verbenas de adiós al verano, el último verano del procés diez años después de la mamarrachada de Artur Mas en noviembre del 14.

Los cambios sobrevuelan el ambiente. "El independentismo se repiensa para volver a entenderse con su electorado", destaca en su portada La Vanguardia. La pieza es de Àlex Tort y Pedro Ruiz: "La unidad independentista es hoy tan inexistente como su mayoría. Constantemente entre reproches, Junts, ERC y CUP ya no suman lo suficiente como para imponerse en el Parlament, castigados en buena parte por un abstencionismo soberanista descontento con unos liderazgos que consideran amortizados, y con la deriva del proceso en defunción desde las elecciones catalanas del 12 de mayo y enterrado con la investidura del socialista Salvador Illa como president. La única posición de fuerza es de Junts y ERC, y en el Congreso. Son imprescindibles para Pedro Sánchez".

Sigue el texto: "Con la ultra Aliança Catalana sacando la cabeza, posconvergentes, republicanos y cuperos están inmersos en procesos de recomposición, renovación o refundación. Los otoños ya no son “calientes” por posibles movilizaciones en la calle de cariz independentista, sino por la serie de congresos y asambleas de los partidos. La CUP culmina su repensamiento el 21 de septiembre, Junts, el 27 de octubre, y el de ERC no finalizará hasta a principios del próximo año con la actualización de su hoja de ruta. Antes, eso sí, el 30 de noviembre está previsto que reformen toda su cúpula directiva. Con un PSC que ha recuperado el bastón de mando de la Generalitat tras 14 años con el sí de ERC y una etapa “represiva” que se acerca a su fin con la amnistía, la confrontación en el seno del independentismo ha aumentado. Junts ya no cuenta a los republicanos para el bloque soberanista y se esfuerza en aislarlos, y ERC busca reordenarse tras una crisis interna que ha deshilachado sus costuras".

Y: "Este clima de desencanto también se ha trasladado a las calles. El acto de recibimiento a Carles Puigdemont, al cual acudieron unas 4.500 personas, no logró el grado de movilización elevado que había caracterizado durante el procés el independentismo. Es un hecho que va acompañado del abismo entre entidades sociales y partidos, con el caso paradigmático de la ANC y ERC. Los próximos meses definirán el rumbo con que cada partido afrontará el cambio de rasante en Catalunya, pero se intuye que no habrá estrategia compartida".

El Diario también acoge un análisis político sustantivo. "La evolución política de ERC y el PSC propicia la ruptura de bloques en Catalunya" se titula la pieza. En el sumario se indica que "El viaje político de ambos partidos, desde el apoyo al 155 por parte del PSC y la declaración de independencia por parte de ERC hasta la cooperación y la colaboración en el Congreso y en el Parlament, cimenta el nuevo ciclo abierto en Catalunya frente al inmovilismo de las derechas catalana y española". Escribe José Enrique Monrosi: "2024 no se parece en nada a 2017. Es la obviedad que se revela hoy como la clave más importante para desentrañar la política catalana actual. El ejemplo más clarificador de todo lo que ha cambiado en este tiempo es lo que ocurrió el pasado 8 de agosto en el Parlament de Catalunya. Salvador Illa, el líder del PSC que hace siete años defendía la aplicación del artículo 155 de la Constitución para limitar el autogobierno catalán, se convirtió ese día en el 133º president de la Generalitat gracias a los votos de Esquerra Republicana, una de las formaciones que impulsó desde el Govern el referéndum del 1 de octubre y la posterior declaración unilateral de independencia".

Continúa el texto: "El viaje político de ambos partidos, desde las dos trincheras de una crisis territorial sin precedentes en cuarenta años hasta la cooperación y la colaboración en el Congreso y en el Parlament, cimenta el nuevo ciclo abierto en Catalunya. Una etapa en la que, por primera vez en cuatro décadas, no existe mayoría del independentismo o nacionalismo y que viene a sepultar definitivamente un procès sustentado en dos bloques graníticos, independentistas frente a constitucionalistas, que ya hoy no resultan operativos para entender ni para ejercer la gobernabilidad catalana".

Y: "Enfrente, las derechas española y catalana se desempeñan por el momento como si en Catalunya se hubiera parado el reloj en 2017. Tras su aparición fugaz en Barcelona, Carles Puigdemont volvió a fugarse, a hablar de un “estado represor” y a prometer que “el procès no ha terminado”. Como hace siete años. Y mientras, el PP alerta de una “urgencia nacional” por la conformación del Govern “más independentista” de la historia. Como si nada hubiera pasado. Con el diagnóstico sobre el Govern “más independentista” de la historia no se refieren los populares al que le declaró la independencia al Gobierno de Mariano Rajoy, sino al nuevo Ejecutivo del socialista Salvador Illa, el primer president no independentista en catorce años. Por su parte, el “estado represor” al que se dirige Puigdemont ha indultado a todos los líderes independentistas condenados y ha aprobado una ley de amnistía ya en vigor de la que empiezan a beneficiarse decenas de catalanes con causas pendientes derivadas del procès. Si algo demuestran los resultados en las urnas del 12M y la posterior investidura del líder del PSC es que ni el tiempo ni la política están congelados en Catalunya. Y que los discursos encapsulados de Puigdemont y Feijóo se encuentran más entredicho que nunca a tenor de la opinión de los propios catalanes expresada en las urnas".

Ayer fue un día triste. Como cada 17 de agosto. Han pasado siete años desde los atentados islamistas de Barcelona y Cambrils. "Las víctimas piden no caer en el olvido en el séptimo aniversario de los atentados del 17-A", destaca El País. La pieza viene con la firma de Jesús García Bueno: "Las víctimas de los atentados yihadistas del 17-A, de los que este sábado se cumplen siete años, reivindican sus derechos y exigen que no se les deje caer en el olvido. El aniversario de la masacre, que dejó 16 muertos y 350 heridos reconocidos por los tribunales, se ha recordado con un acto sobrio en La Rambla de Barcelona. Pese a la austeridad de las manifestaciones públicas, el espíritu reivindicativo está más presente que nunca. Un centenar de afectados, en especial los que sufrieron secuelas psicológicas, aún no han recibido la indemnización que les corresponde. Otros, como Javier Martínez, padre del niño de tres años muerto en el atropello masivo, exigen aún saber “toda la verdad” ahora que la sentencia ya es firme y que el Tribunal Constitucional ha rechazado un recurso suyo para investigar la supuesta conexión del imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty —cerebro de los ataques— con los servicios de inteligencia".

Sigue la nota: "Al acto en La Rambla han asistido autoridades y familiares de las víctimas mortales y heridos; entre otras, la madre del niño australiano Julian Cadman, también atropellado, como Xavi, en el paseo barcelonés. El año pasado se dejaron seis minutos de silencio a petición de las víctimas, uno “por cada año de abandono” que han percibido de las instituciones. Este año no se ha repetido la fórmula, aunque la sensación de olvido es compartida. Con puntualidad, a las 10.00, los asistentes han depositado flores en recuerdo a sus seres queridos en el memorial Pla de l’Os, situado junto al mosaico de Joan Miró, el lugar donde se detuvo la furgoneta homicida conducida por Younes Abouyaaqoub. No ha acudido al acto el president Salvador Illa, pero sí lo han hecho dos de sus consejeros: Núria Parlon (Interior) y Ramon Espadaler (Justicia)".

Y: "Un grupo de personas ha exhibido, en silencio, pancartas acusando al Estado de connivencia con la masacre. “Exigimos responsabilidades”; “terrorismo de Estado”; “¿qué escondéis del 17-A?” Esas hipótesis, jaleadas por partidos como Junts, nunca han sido refrendadas ni por las investigaciones de los Mossos ni por las sentencias. Las especulaciones se basan en los contactos que, en años previos al 17-A, había mantenido el imán Es Satty con la Guardia Civil y con el CNI mientras cumplía condena en prisión por tráfico de drogas. Javier Martínez, padre de Xavi, es el que más ha peleado para que se conozca “toda la verdad” de los ataques y cree que debe seguir indagándose en esa línea. (...) En redes sociales, Martínez ha lamentado que el Constitucional haya “denegado el derecho a la verdad” y ha pedido para presentar una demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) a través de dos abogados especializados. “También esperamos la reactivación de la esperada comisión de investigación en el Congreso, el Gobierno de Pedro Sánchez debería comprometerse a desclasificar toda la documentación secreta sobre los atentados”, ha afirmado".

Más noticias sobre la no detención de Puigdemont porque llamarle a eso fuga comienza a ser una exageración. "Las cámaras de tráfico de Barcelona captaron el coche de la fuga de Puigdemont, pero Mossos las ignoró", señala un titular de Crónica Global. El texto es de David Expósito J. y arranca así: "El desastroso dispositivo de los Mossos d'Esquadra para detener a Carles Puigdemont suma una nueva evidencia. El líder del procés se zafó de la policía catalana en pleno centro de Barcelona a pesar de lo agresivo de la Operación Jaula, el operativo con el que revisó uno a uno y durante nueve horas los vehículos que abandonaban la Ciudad Condal. Pero el cuerpo autonómico llegó tarde a todos los movimientos del expresident de la Generalitat, que logró cruzar la frontera de vuelta a Bruselas y sumió a los agentes en una profunda crisis de credibilidad y confianza, que aún arrastra. Este sábado, ha trascendido una derivada de todo ello que deja aún en peor lugar a la dirección policial, que asumió la ejecución de la orden nacional de detención que mantiene el Tribunal Supremo. Las cámaras de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Barcelona, destinadas a controlar el tráfico de vehículos contaminantes sin permiso para la circulación, captaron el coche que Puigdemont utilizó para acometer la huida. Sin embargo, los Mossos no solicitaron el acceso a las imágenes para dar con su paradero; de hecho, el comisario jefe Eduard Sallent dijo un día después de la fuga que todavía no tenía ninguna evidencia de que el también líder de Junts hubiese salido de la ciudad".

Continúa el texto: "Ha sido Albert Batlle, teniente de alcaldía de Seguridad del Ayuntamiento que lidera el socialista Jaume Collboni, quien ha informado de esta nueva pifia este sábado, 17 de agosto. "Los vehículos fueron identificados por cámaras, que no eran de seguridad sino del control de la Zona de Bajas Emisiones, pero en todo caso los coches fueron detectados y quien hace el visionado de esas cámaras es la Guardia Urbana", ha explicado el responsable municipal en una entrevista a la Agència Catalana de Notícies (ACN). Así las cosas, Batlle ha añadido que el cuerpo catalán ignoró la opción de utilizar dichas imágenes para seguirle la pista al líder del procés y organizador del referéndum del 1 de octubre de 2017. "Nosotros estamos a requerimiento de atender las peticiones que se nos puedan hacer", ha apuntado, aclarando que dichas cámaras "estaban a disposición de hacer el seguimiento, llegado el caso". Es decir, la policía local hubiese permitido a la autonómica el visionado de las imágenes en diferido y en tiempo real para facilitar el arresto, ordenado por el juez instructor Pablo Llarena".

Más madera con la no detención. "Interior desoye al juez y no identifica a los responsables del operativo sobre Puigdemont", destaca El Confidencial en su apertura. Por Interior debe entenderse el Ministerio, no la Consejería. En el subtítulo se informa de que "El ministerio despachó sus explicaciones al Tribunal Supremo en cinco folios sin firma que no detallan quién dio la orden de activar sus unidades tras la fuga del expresidente". Así empieza el texto que firman Alejandro Requeijo y Beatriz Parera: "El Ministerio del Interior eludió identificar a los responsables del operativo sobre Carles Puigdemont, tal y como le pidió expresamente el Tribunal Supremo. El informe remitido esta semana al juez Pablo Llarena despacha en apenas cinco folios las explicaciones solicitadas por el magistrado en los que no se dice quién ordenó las actuaciones después de la fuga ni quién las aprobó. El documento elaborado por el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska ni siquiera lleva firma. Estos detalles no han pasado desapercibidos en el alto tribunal, según las fuentes consultadas por El Confidencial".

El proceso puede ser historia, pero hay personajes que no se apean del burro y amenazan con seguir ahí, como el monstruo en la habitación, por los siglos de los siglos. Es el caso de Lluís Llach, que proclama en Vilaweb que "Independentista no és qui se’n diu, sinó qui ho practica". Entrevistado por Txell Partal se refiere así a sus "amigos" de ERC: "Fins ara, no he dubtat que els seus dirigents, sobretot la Marta Rovira, i més gent que conec, siguin independentistes, però això que fan és un desgavell per a l’independentisme. En el moment que estem, l’independentista no és qui se’n defineix, sinó qui ho practica. En aquest moment de confusions absolutes, podem dir que ERC es defineix com independentista, però no ho practica. Han permès l’arribada del president més espanyolista que s’ha tingut mai a Catalunya, i de creença absolutament dretana. És un desgavell absolut i, perdona que em repeteixi, aquí els únics que no fallen és la gent al carrer. Els independentistes continuen essent independentistes, encara que hi hagi una abstenció enorme. Hi ha un desengany de la gent que abans votaven esquerres i ara ja no se sap què voten".

18 de agosto, santoral: Elena de Constantinopla, Agapito de Lacio, Alberto Hurtado, Eonio de Arlés, Fermín de Metz, Juana de Chantal, León de Licia y Macario de Bitinia.

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