Los planes de los Mossos para arrestar a Puigdemont
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Día grande del independentismo. Fiesta Mayor de Puigdemont. Pregón a las nueve, el gato y el ratón con los Mossos a las diez. Pasacalles en el Parlament durante todo el día y mambo, mucho mambo con alta probabilidad de bailes de bastones. Gran recibimiento "institucional" al expresidente prófugo. El hombre de Amer ha decidido regresar a España. Los Mossos lo tienen todo previsto para el arresto del último saltimbanqui de la política, el prestidigitador al que se le conocen ya todos los trucos menos el último, la aparición en el paseo Lluís Companys estilo Houdini.
🔴 Puigdemont regresa a Cataluña e investidura de Illa, en directo | Última hora en Arc de Triomf y el Parlament
El encargo de la policía autonómica no es fácil. Si acuden al agasajo todos los que viven del cuento independentista, aquello va a parecer el centro de las Ramblas en hora punta. Un gentío suficiente como para complicar la detención. La idea de la consejería de Interior es que Puigdemont no pueda acceder al Parlament, lo que de lograrse impedirá el cara a cara entre el expresidente de la Generalitat y sus amigos de ERC. Una pena.
En La Vanguardia es Mayka Navarro quien informa de que "Mossos de paisano de Información asumirán la detención de Carles Puigdemont". Se quiere evitar el espectáculo, la foto del Lute esposado entre dos guardias civiles. En el texto de Navarro se da cuenta de muchos e interesantes detalles. Ahí va un extracto: "Los Mossos d’Esquadra celebraron ayer la reunión en la que se ultimaron el dispositivo que hoy jueves garantizará la seguridad del pleno de investidura y proceder, si es identificado, a la detención del president de la Generalitat, Carles Puigdemont. La cita estuvo presidida por la comisaria Rosa Bosch, al frente de la policía catalana estos días, que dio el visto bueno al dispositivo en el que participarán más de 400 policías de distintas unidades. El plan contempla la activación en “máxima alerta” de la organización desde las siete de la mañana, hora en la que se pondrá en marcha el centro de coordinación, el Cecor de la comisaría de Sant Martí. Un Cecor en el que no se espera al director de la policía, Pere Ferrer, y que estará dirigido por la comisaría jefa de Barcelona, Montserrat Estruch. (...) El dispositivo no hace referencia a la detención de Puigdemont que está previsto que realicen mossos de paisano de la comisaría general de Información en cuanto se le identifique y compruebe que tiene una orden vigente de detención. La previsión es trasladarlo después a la Ciudad de la Justicia. Los policías actuarán, aseguran fuentes oficiales, buscando “el mejor momento para todos”, pero no se contempla que el político supere el control policial del parque de la Ciutadella, custodiado desde las siete de la mañana por unos 180 agentes de la Brigada Móvil".
Hay más aproximaciones al hecho policial. "El entorno de Puigdemont asegura que 'héroes anónimos' de los Mossos facilitarán su llegada al Parlament", titula Vozpópuli. En el sumario se explica que "Josep Lluís Alay, director de la oficina de Carles Puigdemont, asegura que algunos Mossos siguen 'a las órdenes' del expresidente catalán". Es la fiel infantería del "legítimo". La pieza viene con la firma de Gonzalo Araluce y arranca así: "El objetivo de Carles Puigdemont es claro: alterar la sesión de investidura de Salvador Illa con su reaparición en Cataluña, pese a que eso suponga su detención inmediata. Por ello pretende llegar hasta al Parlamento autonómico, en una jornada cargada de incertidumbres y que contará con un amplio dispositivo policial en las inmediaciones del hemiciclo a cargo de los Mossos d'Esquadra. Un escenario aún cargado de dudas, al que en las últimas horas se ha sumado el director de la oficina del expresidente catalán, Josep Lluís Alay, deslizando la posibilidad de contar con una hipotética colaboración policial para facilitar la llegada de Puigdemont al hemiciclo; extremo que desmienten de forma tajante las fuentes de seguridad consultadas por Vozpópuli".
Sigue la nota: "El epicentro se ubica en el paseo Lluís Companys, en las inmediaciones del Parque de la Ciudadela, donde se ubica el Parlamento catalán. Aquí está previsto el "recibimiento institucional" a Carles Puigdemont, al que también se ha sumado ERC. Se ha hecho un llamamiento a las masas para flanquear al expresidente catalán y dificultar así su detención. Los Mossos d'Esquadra han previsto un amplio dispositivo policial, con agentes de la BRIMO y de la ARRO, para blindar el Parlamento con un doble objetivo: detener a Carles Puigdemont en caso de aparecer en este lugar y evitar cualquier tipo de algarada en las inmediaciones, habida cuenta de la convocatoria popular para arropar al expresidente. Cabe recordar que asociaciones como ANC, Òmnium Cultural, la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) y el Consell per la República han hecho sus propios llamamientos".
Y: "A tal efecto, los Mossos d'Esquadra han previsto el cierre total del Parque de la Ciudadela, donde está el Parlamento catalán, con un único acceso disponible, el que da a la Avenida Marquès de l’Argentera. Es por este punto donde entrarán, bajo control policial, políticos, trabajadores y periodistas. Pero Puigdemont apunta más lejos. No sólo anuncia su presencia en Barcelona, sino que pretende llegar hasta el interior del Parlamento de Cataluña. Todo ello, con el objetivo de alterar la investidura de Salvador Illa, bien a través de una suspensión, bien mediante un aplazamiento. ¿Cómo podría llegar Carles Puigdemont al hemiciclo ante semejante despliegue policial? Josep Lluís Alay, director de la oficina del expresidente catalán, ha lamentado a través de sus redes sociales el blindaje en torno al Parlamento: "Contemplando el fin definitivo de los Mossos como policía catalana. De esta deriva he sido testigo directo en estos últimos 7 años". A renglón seguido, añade: "Existen honrosas excepciones entre los Mossos, héroes anónimos, que mañana seguirán a las órdenes del presidente de Cataluña, Carles Puigdemont", sugiriendo una supuesta colaboración policial para facilitar su llegada al Parlamento".
Otro atractivo para la fiesta, un enfrentamiento entre mossos buenos y mossos malos. Es la Cataluña de Puigdemont.
Además de las peripecias policiales, el retorno tiene una vis política obvia. En El País titulan en portada que "Cataluña inicia el cambio de rumbo condicionada por el retorno de Puigdemont". En La Vanguardia, que "Catalunya encara el cambio político con la tensión del regreso de Puigdemont". De modo que "el cambio" parece inevitable y todo lo más que puede hacer el expresidente de la Generalitat es retrasarlo. En el diario de Prisa es Miquel Noguer quien firma la crónica que arranca en portada, un resumen en formato entradilla: "Cataluña se aproxima a un cambio de rumbo político que acabará, previsiblemente, con el socialista Salvador Illa como president tras 14 años de gobiernos nacionalistas o independentistas. El Parlament alberga hoy el debate de investidura de Illa condicionado por el regreso del expresidente catalán Carles Puigdemont, huido de la justicia desde 2017. Ese es el último cartucho de Puigdemont para tratar de dinamitar la investidura y prolongar el Procés. La probable detención del dirigente de Junts tendrá como consecuencia el aplazamiento del pleno, aunque PSC y ERC han blindado el acuerdo que alcanzaron para hacer presidente a Illa. Socialistas y republicanos rubricaron ayer el pacto que garantiza a Cataluña una financiación singular que le permitirá recaudar el 100% de los impuestos. El futuro inmediato de Puigdemont está en manos del juez del Supremo Pablo Llarena, que ha rechazado aplicarle la ley de amnistía".
En El Mundo se ocupa del regreso Iñaki Ellakuría. La crónica principal lleva este titular: "Puigdemont fía su boicot a la agitación callejera amparado por el silencio del PSOE". Del texto de Ellakuría: "Después de siete años condicionando la política catalana y española desde su guarida belga, y sin otra opción ya que el regreso a Cataluña o la ignominia de incumplir la palabra dada durante las elecciones para alargar su incierta fuga, Carles Puigdemont fía las últimas opciones para sobrevivir políticamente a que su detención provoque un gran tsunami independentista. Una reacción popular parecida a la del otoño de 2017, alzamiento insurreccional, que paralice durante días la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat y que empuje a la dividida ERC a romper un pacto de gobernabilidad con el PSC que, entre otras medidas, aboga por la soberanía fiscal catalana. Esta campaña para agitar la calle, en las horas previas del desenlace del regreso de Puigdemont, no parece estar haciendo mella en los socialistas y republicanos, que ayer firmaron el acuerdo de investidura, en una escenificación delante de la Biblioteca de Cataluña que buscadamente recordaba a la rúbrica en 2003 del Pacto del Tinell. El acuerdo entre el PSC, ERC e ICV que propició el Gobierno tripartito de Pasqual Maragall y el inicio del proceso estatutario. Toda una declaración de intenciones que contrasta con el sorprendente silencio del Gobierno de Pedro Sánchez, hasta hace pocas semanas aliado de Puigdemont y al que presentaba como el ejemplo de reconciliación y diálogo".
Continúa el texto: "Entre numerosos y dispares rumores sobre su paradero y la forma en la que teóricamente reaparecerá en suelo catalán, Puigdemont y Junts intentan caldear el ambiente político con la esperanza de que se movilice un independentismo que ya les dio la espalda en las elecciones del 12 de mayo, optando por la abstención y propiciando que por primera vez en tres décadas el nacionalismo perdiera su mayoría absoluta en el Parlament. La principal razón por la que ERC se decidiera a acercarse al PSC para reeditar de facto -aunque por ahora sin integrarse en el próximo ejecutivo de Salvador Illa- aquel gobierno tripartito que en 2003 puso en marcha el proceso del Estatut. Los republicanos consideran que el procés ha llegado a su fin y empieza una nueva etapa política en Cataluña en la que se debe avanzar gradualmente y de la mano de Sánchez a nuevas cotas de soberanía, hasta desembocar en un referéndum pactado con el Estado".
Y: "Para impedir esa alianza y preparar el escenario insurreccional, en las últimas horas Puigdemont ha apelado al lado más sentimental del nacionalismo catalán con un vídeo anunciando el inicio de "su viaje de regreso del exilio, convencido de que no hay otro camino para la normalidad democrática". Y en el que, aparentemente tranquilo y seguro del pasado que va a dar, hace un somero repaso de todo el argumentario victimista sobre la "represión" con el que ha justificado durante siete años su estancia en Waterloo. Presentado a España como una "anomalía democrática" dentro de la UE, falseando los hechos de 2017 al asegurar que es perseguido por «"haber permitido a los catalanes votar" el 1-O, y acusando al Tribunal Supremo de actuar en rebeldía por no querer aplicar la ley de Amnistía en su caso. Puigdemont concluye su arenga digital llamando a "contrastar y confrontar este desafío" de los jueces españoles. Pero también es una amenaza velada a la estabilidad del Gobierno de Sánchez, al que Puigdemont ya amenazó con hacer caer si consuma su "traición"".
De vuelta a La Vanguardia, Enric Sierra apunta algunas de las claves, incluidas las personales, del regreso: "Diversos alcaldes, concejales, diputados y militantes de Junts que hoy recibirán a Puigdemont reconocen en privado que este retorno es poco útil e incoherente con el razonamiento que ha sostenido para refugiarse en Bélgica y que no era otro que evitar su detención para preservar la institución de la presidencia de la Generalitat. ¿Dónde queda ahora esa institución si él mismo facilita su captura? “Es como tirar a la papelera los últimos siete años de resistencia”, comentan. Las nuevas razones de Puigdemont consisten en evidenciar una archiconocida negativa de los jueces del Supremo a aplicar la ley de Amnistía que tardará en aclararse".
Y: "Por tanto, el retorno del expresident, más allá de presionar a la política y la justicia, esconde otra razón más personal de empezar a resolver su situación procesal. Mientras tanto, alcaldes y concejales de Junts preguntan discretamente cuándo se abordará el futuro del partido que vislumbran magro tras un ciclo político que les ha dejado fuera del gobierno de la Generalitat, de tres de las cuatro diputaciones, del Ayuntamiento de Barcelona y con el Ayuntamiento de Sant Cugat como máximo bastión institucional. Parece que se inicia una nueva travesía del desierto".
Salvador Illa guarda silencio. Según El Diario, se ha conjurado con sus socios "para que el boicot de Puigdemont a la investidura no retrase la votación más allá del lunes". Escribe Arturo Puente: "Salvador Illa y sus socios para la investidura, ERC y Comuns, no permitirán que la situación procesal de Carles Puigdemont aplace sine die y acabe hundiendo el debate del Parlament en el que debería votarse su presidencia. Según fuentes de los partidos implicados, todos están de acuerdo en que una detención del expresident supondrá dejar en suspenso el pleno, pero también que este aplazamiento no debería alargarse más allá del próximo lunes. Tras el anuncio de Carles Puigdemont de que ha emprendido su viaje de regreso, Salvador Illa da por hecho que, aunque su investidura está convocada para este jueves y que cuenta con la mayoría de los votos del Parlament, aún tardará un poco más en convertirse en president. Ahora bien, el deseo del PSC es que el pleno se retome “lo antes posible”, explican en el partido. Los socialistas han planteado a sus socios que, si bien el jueves podría acabar siendo día inhábil tras una detención de Puigdemont, la investidura podría retomarse el viernes o el sábado. Fechas que ERC y los Comuns no descartan de entrada, aunque ambas formaciones consideran que lo imperativo es que, bien en libertad o bien en prisión preventiva, que el pleno se reanude una vez la situación de Puigdemont sea estable".
Sigue Puente: "Hay varias razones por las que los socios, sobre todo Esquerra, insisten en esto. La primera es por la similitud con las investiduras de Quim Torra o de Pere Aragonès, ambas votadas con diputados en situación de prisión. Además, desean que el líder de Junts haya podido delegar su voto, en caso de desearlo, para lo que necesitan que tenga total libertad para comunicarse con su grupo. No menos importante para ERC es tratar de rebajar la presión de la calle y del conjunto del independentismo que apoya a Puigdemont, más aún cuando el expresident ya ha culpado anteriormente a los republicanos de cualquier consecuencia que pueda tener su retorno. Los socialistas, que han mantenido contactos durante todo el día con ERC y Comuns, comprenden las razones aducidas por sus socios y desean actuar con el máximo consenso posible dentro del Parlament. De hecho, la aspiración del PSC es que Junts y el presidente de la Cámara, Josep Rull, también acepte reanudar la investidura sin dilaciones, tras una primera suspensión el jueves".
8 de agosto, santoral: Domingo de Guzmán, Altmano de Passau, Emiliano de Cízico, Eusebio de Milán, Famiano de Galese, Marino de Anazarbe, Mummolo de Burdeos, Pablo Ke Tingzhu y Severo de Vienne.