Junts y ERC se atrincheran en la mesa del Parlament
Pacto independentista para que el órgano rector de la cámara no se parezca en nada al reparto de escaños del 12M. Rull, presidente del Parlament, y Puigdemont pendiente de la amnistía y del Supremo
11 junio, 2024 07:57Noticias relacionadas
El día después de las elecciones europeas trae a los medios noticias de fuste y fundamento. He ahí la dimisión al frente de Sumar, que no del Gobierno, de Yolanda Díaz, la arquitecta del espacio de confluencia de todas las izquierdas desde Más Madrid a Izquierda Unida pasando por Més per Menorca, los Comuns de Colau y la Chunta Aragonesista. En suma, más partidos que diputados, lo que no puede salir bien de ninguna manera.
Grácil, elegante y con ese apresto de alegría adolescente que le caracteriza, Yolanda renuncia al cargo en la plataforma pero mantiene su puesto de vicepresidenta porque una cosa es reconocer los errores y facilitar la renovación y otra pegarse un tiro en el pie y renunciar a las regalías implícitas en el ejercicio de un puesto ministerial. Una pena, eso sí, que Yolanda Díaz ya no vaya a dar más lecciones morales desde el río hasta el mar.
La otra gran noticia del día fue la constitución de la mesa del Parlament y la designación de Josep Rull como presidente de la cámara. El independentismo, siempre adelante, vuelve al pasado y se instala en la casilla del instante previo al 1-O. Rull, un "desconocido", manejará las riendas de los debates. El independentismo, siempre tan desunido, ha sido capaz de ponerse de acuerdo para alterar, toquetear y manipular la voluntad popular. Y así es que la mesa del Parlament se parece a lo que salió de las urnas del 12M lo mismo que un huevo a una castaña.
En La Vanguardia, Iñaki Pardo Torregrosa y Àlex Tort cuentan la intrahistoria del pacto, un apaño cocido en Ginebra. "El teléfono rojo de Turull y Rovira, clave para el acuerdo de la Mesa del Parlament" se titula una pieza que arranca así: "Hay un teléfono rojo entre Junts y Esquerra que funciona siempre que hay asuntos capitales que negociar, aunque el resultado final no siempre es satisfactorio para todos. Es la relación entre sus secretarios generales, Jordi Turull y Marta Rovira. En la elección de Josep Rull como presidente del Parlament de Catalunya, igual que con el texto final de la ley de Amnistía, la relación entre ambos, que viene de años atrás, de los primeros compases del procés, fue clave. La semana pasada, en plena campaña electoral, hubo una reunión en Ginebra entre Turull y Rovira y aunque no se cerró ese día la entente, según fuentes consultadas, sí sentaron las bases para el acuerdo de ayer. A partir de ahí hubo contacto diario hasta llegar al pacto que trascendió poco antes del inicio del pleno. “Mucha discreción y sinceridad” ha sido la fórmula que ha permitido el pacto, señala una fuente consultada, conocedora de esas conversaciones. “Humildad y discreción”, apuntaba a su vez un dirigente de Junts en los pasillos de la Cámara".
Sigue la pieza: "En cualquier caso, los republicanos aseguran que tomaron la decisión ayer por la mañana en una reunión de la ejecutiva. Lo cierto es que la sesión constitutiva de ayer tuvo mucho de excepcional, sobre todo porque se celebró el día después de una cita electoral y las negociaciones estaban marcadas por el secretismo hasta el último instante. Tanto es así que la CUP, hasta el último momento no supo a ciencia cierta cuál sería la opción de Junts. Para más inri, una diputada de los posconvergentes, Glòria Freixa, y otro republicano, el exconseller Juli Fernández, no supieron hasta ayer que su nombre figuraba entre los escogidos para el órgano rector de la institución".
El apaño entre posconvergentes y republicanos está lejos de ser un hecho natural y fuera de la "lógica" política. De modo que es de difícil explicaciones. En El Español Alberto D. Prieto apunta una tesis. "'Lo más insoportable sería que nos llamen 'botiflers': por qué ERC deja tirado a Illa en contra de su interés" es el titular de la nota. El texto comienza así: "El resultado de las votaciones de este lunes en el Parlament influirá mucho más en la duración de la legislatura española que el resultado de las elecciones europeas del día anterior. El 9-J lo dejó todo en stand by, pero el 10-J ha puesto sobre la mesa que el procés sigue vivo. Y es que ERC, a pesar de su descalabro el pasado 12 de mayo, mantiene su ADN independentista. Tanto como para apostar al mayor riesgo, a favor de Carles Puigdemont, y en contra de su propia conveniencia (y de Salvador Illa). "Lo único insoportable sería que nos llamasen botiflers", explican varias fuentes de Esquerra, consultadas por este diario. Así explican que apoyaran a Josep Rull como presidente de la Cámara autonómica, un exconseller del Gobierno catalán que organizó el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y declaró la independencia".
Continúa la pieza: "Las bases de ERC deberán votar cualquier acuerdo al que llegue ahora la dirección, en manos de Marta Rovira. La secretaria general, huida también de la Justicia, maneja desde Suiza la negociación con Puigdemont, refugiado en Waterloo (Bélgica). Ella apartó de toda responsabilidad a Oriol Junqueras cuando todavía era "nominalmente" presidente del partido —lo dejó de ser este lunes, tras las europeas— y apostó por la "unidad de acción" que reclamaba Puigdemont. Primero, porque la militancia de ERC "es más radicalmente indepe que nosotros", admite un miembro de la dirección. Y segundo, porque "hacer president a un centrista españolista nos aseguraría que Junts nos desgastara cada semana llamándonos traidores". Es decir, botiflers".
Y: "El indultado exconseller Rull es ya el nuevo presidente de la Cámara autonómica. Y eso significa, según fuentes de los dos partidos separatistas, que el próximo 25 de junio, fecha fijada para el debate de investidura, el candidato que defenderá su nombramiento como president será Puigdemont. Si lograra la investidura, ERC tendría "tiempo para recomponerse en la oposición", manteniendo la fidelidad a su origen separatista. "Y que cumpla todo eso que prometió, lo de que él terminará la tarea de 2017", apunta con sorna otra fuente republicana. Y si no lo lograra, habría bloqueo y, probablemente, repetición electoral. A la que ERC iría sin líder, porque su congreso para recomponerse está convocado para noviembre. Y no daría tiempo a que Junqueras hubiera terminado su tour por las agrupaciones locales o para que un posible rival se presentara en su contra. Aun así, ERC "estaría regresando a sus esencias de los años 80", explica uno de estos líderes ya citados. "Independentismo irredento, y decisión de las bases" en una formación que mantiene una estructura muy asamblearia. "Nosotros nos suicidaríamos si hacemos president a Illa", continúa. "Pero es que a Sánchez tampoco le conviene que lo sea, al menos de momento", añade".
Le convenga o no, en El Nacional destacan que el PSC ofreció a ERC la presidencia de la cámara. "El PSC ve en la nueva Mesa del Parlament una 'minoría de bloqueo' y se centra en investir a Illa con ERC y Comuns", destaca un sumario de la información que signa Pedro Ruiz: "A pesar de ganar las elecciones del pasado 12 de mayo, el PSC no ha conseguido este lunes la presidencia del Parlament ni tampoco tiene mayoría en el nuevo órgano rector de la cámara catalana porque la suma de Junts y Esquerra Republicana (cuatro miembros) supera a los tres socialistas. Quien fuera portavoz del PSC en el Parlament la última legislatura, Alícia Romero, ha expresado en una rueda de prensa posterior al pleno de constitución de la 15.ª legislatura que el acuerdo independentista para la Mesa no es "ni una mayoría operativa ni tiene posibilidades de gobernar" porque "así lo decidieron los ciudadanos el 12 de mayo". En esta línea, Romero lo ha bautizado como una "minoría de bloqueo". A pesar de eso, los socialistas confían en que este acuerdo para el órgano rector no prefigure los pactos para la investidura y la número dos de Salvador Illa lo ha dejado bien claro: ahora, la única prioridad y apuesta es trabajar para investir al primer secretario del PSC de la mano de ERC y Comuns Sumar y formar una "mayoría progresista" con "generosidad". Una generosidad, de hecho, que sostienen que han tenido a lo largo de las negociaciones de estas semanas, donde Alícia Romero ha revelado que ofrecieron la presidencia de la cámara a los republicanos".
Sigue Ruiz: "Sobre la nueva Mesa, Alícia Romero ha querido recordar que el acuerdo Junts-ERC-CUP no es "operativo" porque es una "mayoría que fracasó durante la 14.ª legislatura", cuando tenían 74 diputados: Entonces sumaban y eso comportó elecciones anticipadas. Ahora no tiene apoyos suficientes para salir adelante la mayoría que le permitiría gobernar". Es en este contexto que la socialista ha señalado que "Catalunya no puede perder más el tiempo porque tiene muchos retos y oportunidades" y que la única respuesta a eso es "articular una mayoría progresista", que es lo que "dijeron los ciudadanos" el 12 de mayo".
Y: "Desde la perspectiva de entenderse con republicanos y Comuns, Romero ha expuesto que ofrecieron la presidencia del Parlament a los de Marta Rovira: "Nos parece que era una muestra de generosidad para poder formar esta mayoría progresista y ellos tendrán que explicar por qué no han aceptado esta propuesta mayoritaria de 68 diputados y han acabado haciendo otras apuestas. Espero que cada uno dé las explicaciones oportunas". En relación con las conversaciones para constituir la Mesa del Parlament, Alícia Romero ha destacado que han hablado con todos los grupos parlamentarios menos Vox y Aliança Catalana. Tampoco se han reunido con la CUP, ya que dicen que estos lo rechazaron".
En El Diario amplían el foco parlamentario y abarcan la espinosa cuestión de la aplicación de la amnistía. "Junts decidirá si Puigdemont pasa por delante de Illa en una investidura pendiente del Supremo". Escribe Oriol Solé Altimira: "La mayoría absoluta independentista pasó a la historia, pero el bloque de Junts, ERC y la CUP sigue valiendo para algo. Al menos, para conservar cuotas de poder institucional en Catalunya. Los independentistas han juntado sus votos para aupar al neoconvergente Josep Rull a la presidencia del Parlament. Junts retiene la segunda autoridad de Catalunya, lo que le da un papel protagonista en los primeros compases de la legislatura, pendientes de si el Tribunal Supremo aplica la amnistía a Carles Puigdemont. A la espera de los jueces, Junts controlará el cuándo y el quién del debate de investidura, es decir, la fecha y el nombre del candidato a buscar la mayoría de la Cámara. Un asunto relevante de entrada pero que cobra más importancia ante el escenario incierto de Puigdemont. Las dudas sobre si el expresident será amnistiado dificultan su vuelta a tiempo de someterse a la investidura en junio".
Continúa el texto: "Pasan los años, pero los jueces siguen allí. En 2018, el Supremo encarceló, en medio de su debate de investidura, a Jordi Turull, después de que la investidura a distancia de Puigdemont se constatara como ilegal. Más de un lustro después, el Alto Tribunal también está llamado a jugar un papel en la investidura catalana en función de cómo decida aplicar la ley de amnistía sobre Carles Puigdemont. El independentismo espera que, ya pasadas las europeas, este martes la ley de amnistía se publique por fin en el Boletín Oficial del Estado (BOE), lo que trasladará su aplicación a los jueces. Un calendario judicial que correrá en paralelo al político: Catalunya debe celebrar el primer debate de investidura, como tarde, el 25 de junio, una vez Rull lleve a cabo las rondas de consultas con los grupos y proponga a un candidato. Puigdemont entrará con celeridad en el Supremo los escritos reclamando que se le aplique la amnistía sin dilación. En especial, el artículo que obliga a los jueces a retirar las medidas cautelares contra los amnistiables (como la orden de prisión que Puigdemont tiene si pisa España) aunque recurran la norma ante el Constitucional o la Justicia europea, y que supone el pasaporte a medida del expresident para volver a España sin ser detenido".
Y: "En función de la rapidez del Supremo en aplicar la amnistía y retirar la orden de detención de Puigdemont, el expresident tendrá más números para poder estar en el Parlament el día 25. El Alto Tribunal, sin embargo, debe consultar a la Fiscalía y las acusaciones y defensas tanto de la causa del procés como del caso Tsunami (las dos causas en las que está investigado Puigdemont) antes de tomar una decisión. Además, el Supremo dispone de dos meses de plazo para aplicar la amnistía, como todos los jueces. Las dos semanas que quedan para el debate de investidura y los trámites previos a la decisión del Supremo dibujan que Puigdemont puede necesitar más días para volver en libertad que las dos semanas que dispone el reglamento del Parlament para celebrar el primer debate de investidura. En suma, el calendario de aplicación de la amnistía no garantiza que Puigdemont pueda regresar al Parlament. Ello conduce, en primer lugar, a una decisión personal del expresident sobre si cumplirá su promesa de volver para el pleno de investidura aunque ello suponga ser detenido, un riesgo que ha logrado esquivar con éxito durante seis años".
En El Mundo ya otean la investidura de Puigdemont a pesar de que el camino del prófugo es un campo de minas judicial. También anotan que el PSC no contempla al PP en ninguna ecuación. Según escribe Víctor Mondelo, "Carles Puigdemont tomó el lunes el control del Parlament para asegurarse su regreso a Cataluña como candidato a la presidencia de la Generalitat tras no haber intentado siquiera el PSC construir una mayoría constitucionalista alternativa a la independentista mediante un pacto con el PP. El neoconvergente Josep Rull fue elegido presidente del Parlament con los votos de ERC y la CUP -superando a la candidata del PSC, Sílvia Paneque, que sólo fue respaldada por su propia bancada- y será el encargado de designar al primer aspirante en optar a la investidura entre el fugado y el socialista Salvador Illa. Es potestad exclusiva del presidente de la Cámara catalana nombrar al aspirante a president tras realizar una ronda de consultas de diez días hábiles con los grupos parlamentarios para testar qué candidato parte con más apoyos. Y podría decirse que la decisión está prácticamente tomada de antemano, puesto que Junts lleva semanas alimentando el relato que esgrimirá Rull para designar a Puigdemont candidato en un pleno de investidura previsto para el 25 de junio. Ese argumentario dice que el cabeza de lista de Junts para las elecciones del 12-M cuenta con más apoyos que Illa, pues puede sumar hasta 59 diputados, con el respaldo de ERC y la CUP (en realidad podrían ser 61 con los dos votos de Aliança Catalana, pero se niegan a computar el eventual respaldo de la formación xenófoba), mientras que el líder del PSC sólo puede alcanzar los 48, con la ayuda de los comunes".
Así pues, Cataluña recupera sus constantes vitales: incertidumbre, inestabilidad y dudas, muchas dudas.
11 de junio, santoral: Bernabé apóstol, Alicia de Schaerbeek, Máximo de Nápoles, Paris de Treviso, Paula Frassinetti, Remberto de Bremen y Rosa Francisca María de los Dolores.