La tediosa campaña electoral llega a su fin aliñada por la OPA hostil que el BBVA ha lanzado sobre el Banco Sabadell, una operación que transcurre como el rosario de la Aurora, es decir, con incidentes. La maniobra de la entidad financiera de origen vasco no ha sido bien recibida por casi nadie hasta el punto de que ha provocado una cierta unanimidad entre los partidos a pesar de la cercanía de las urnas. El mantra es que la concentración no es buena para el mercado y aún menos para los clientes, por lo que Gobierno, Govern y partidos han puesto pies en pared.
Al tiempo, "Banco Sabadell acusa a BBVA de ocultar información en la OPA hostil que ha anunciado", según advierte la apertura de Crónica Global. La pieza es de Raúl Pozo y arranca así: "La guerra parece haber estallado definitivamente entre BBVA y Banco Sabadell. A última hora de este jueves, la entidad vallesana ha denunciado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una vulneración de la normativa sobre OPA por parte del banco que preside Carlos Torres, que a primera hora de la mañana ha registrado el anuncio sobre una próxima oferta que lanzará por el 100% de su competidor. En concreto, el Sabadell acusa a BBVA de haber expuesto en una reunión que ha mantenido con analistas datos e informaciones que no están incluidos en el anuncio oficial. Además, el banco que preside Josep Oliu también estima que la documentación que BBVA ha compartido en esa reunión contiene "datos incompletos que pueden afectar al mercado"".
Guerra es la palabra que también utiliza El País para referirse a la oferta bursátil del BBVA para engullir al Sabadell. Del texto de Denisse López en el referido diario: "Guerra total entre el Sabadell y BBVA: en el mismo día que el banco presidido por Carlos Torres ha presentado una oferta pública de adquisición hostil para comprar al Banco Sabadell, este ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que los datos proporcionados por la entidad oferente vulneran el régimen de este tipo de operaciones e introduce documentación incompleta que puede afectar al mercado".
Y: "El texto presentado al supervisor de los mercados señala que la documentación que ha publicado BBVA no ha sido “incorporada al anuncio, así como la información proporcionada en la reunión vulneran el artículo 32.1 del Real Decreto 1066/2007, de 27 de julio, sobre el régimen de las ofertas públicas de adquisición de valores”. En general, añaden, “introducen datos incompletos que pueden afectar al mercado”. Esta circunstancia ha sido trasladada a la CNMV “en aras de que el mercado cuente con información completa y transparente y se garantice un proceso ordenado y correcto”, añade el comunicado. A lo que agrega: “BBVA ha publicado una presentación en inglés sobre la operación, una nota de prensa y ha convocado a analistas e inversores a una presentación que ha tenido lugar a las 9.30 de la mañana, en la que posteriormente se ha abierto un turno de preguntas”. Además, según apuntan diversas fuentes del sector, BBVA no habría respetado el deber de pasividad al entrar en contacto con inversores de la entidad que quiere adquirir, punto que niegan desde el banco presidido por Carlos Torres".
El impacto inicial de la OPA es que "El Sabadell sube en bolsa mientras el BBVA cae con fuerza tras la opa hostil", según anota La Vanguardia en un texto sin firma: "El BBVA ha lanzado este jueves una opa hostil sobre el Banc Sabadell. Rechazada la oferta por la cúpula de la entidad presidida por Josep Oliu, ahora la pelota está en el tejado de los accionistas, que tienen que decidir si aceptan o no la propuesta de canje de 4,83 acciones del banco catalán por una del BBVA. Conforme a la evolución actual bursátil, equivale a valorar en 2,12 euros el precio de la acción del Sabadell, o en 12.376 millones de euros el conjunto del capital. Las acciones del Sabadell han cerrado hoy con una subida del 3,17%, hasta los 1,86 euros el título. Por su parte, los títulos del BBVA se anotaron una fuerte caída del 6,7%, por debajo de los 10 euros (9,60 euros). Si todos los accionistas aceptan, tendrán el 16% del capital del BBVA. La opa hostil está condicionada a alcanzar un nivel de aceptación del capital del Sabadell del 50,01%, por lo que no es de exclusión. El BBVA mantiene el compromiso de que hay una doble sede operativa, en Madrid y en Sant Cugat, y de que la marca Sabadell se mantenga en algunos territorios".
Sigue la pieza: "“Este movimiento era algo poco esperado por el mercado y que nos indica el convencimiento que tienen desde la directiva de BBVA por las sinergias que podrían generarse”, comenta Javier Cabrera, analista de XTB. “Desde nuestro punto de vista, los problemas residen en una mayor concentración de mercado y en el riesgo regulatorio de la operación. Por no decir que también tienen que llegar a una aceptación de un 50,01%. Por tanto, la operación aún no está cerrada”, añade. Por su parte, los expertos de Bankinter se muestran más contundentes y no creen que la operación salga adelante, ya que la opa presenta las mismas condiciones ya ofrecidas, en las mismas condiciones ya conocidas. La entidad se reafirma en que “es improbable que esta opa salga adelante en estos términos porque ofrece un simple canje de acciones que, con los cierres de cotización de ayer, implica una prima del 18,4%”".
Campaña electoral. Últimos coletazos mientras las encuestas andorranas predicen un empate entre PP y Vox por la parte media de la tabla y un supuesto empuje de la candidatura de Puigdemont, que dejaría muy atrás a ERC, aspirante a gran derrotada de la contienda. Illa sigue en cabeza. El candidato socialista contó ayer con el apoyo del presidente del Gobierno. "Sánchez ve indistinguible el PP de Feijóo de la ultraderecha y achaca a ERC y Junts poner Catalunya “a la cola” de España", destaca El Diario. La crónica viene con la firma de José Enrique Monrosi: "Pedro Sánchez desembarca en Catalunya para el último sprint de campaña en el que su partido y el gobierno que preside se juegan tantas cosas. El presidente ha acompañado este jueves al líder del PSC, Salvador Illa, en un acto multitudinario en Vilanova i la Geltrú en el que ha arremetido contra la estrategia del PP de copiar el discurso antiinmigración de la extrema derecha y en el que también se ha mostrado especialmente contundente hacia el independentismo catalán. “Durante estos últimos diez años el independentismo de ERC o Junts, con el respaldo de la CUP. ha llevado la educación en Catalunya de la cabeza a la cola de España. Y lo mismo en sequía, en sanidad o en el despliegue de energías renovables”, ha criticado".
Sigue el texto: "Pero la ofensiva dialéctica de Sánchez no ha acabado ahí. El presidente del Gobierno, que cuenta entre sus socios parlamentarios de legislatura a los independentistas de Junts tras acordar la ley de amnistía, ha señalado directamente a su líder, Carles Puigdemont, como corresponsable de la crisis territorial derivada del procès junto al presidente Mariano Rajoy, al que ha equiparado.
“Dos presidentes de derechas, uno en la Moncloa y otro en la Generalitat, llevaron a Catalunya y España a la mayor quiebra social y territorial de los últimos 45 años. Y eso no lo podemos olvidar”, ha recordado para pedir el voto este domingo por Salvador Illa. “Con un presidente socialista en la Moncloa y otro en la Generalitat, Catalunya y España van a ser imparables durante los próximos cuatro años”".
En cuanto a ERC, El Mundo aporta un texto de Cristina Rubio en el que se anticipan algunos escenarios si las encuestas aciertan con la debacle republicana: "En las elecciones de 2017, Esquerra se llevó una decepción importante al quedar un paso por detrás de Junts y Carles Puigdemont en las urnas (34 a 32). Un varapalo que sentó especialmente mal en las filas republicanas, con Oriol Junqueras ya en la cárcel y el neoconvergente celebrando su particular sorpasso delante de una pantalla de ordenador desde Waterloo. Fue entonces cuando Junqueras decretó un cambio de rumbo y apostó por intentar conquistar «el carril central» del soberanismo, «la vía amplia». «Ensanchar la base» con un discurso más social, acercarse al PSOE y crecer en lugares como Barcelona, un viraje que generó suspicacias a nivel interno. Siete años después, los republicanos de Pere Aragonès cotizan a la baja y se sitúan varios pasos por detrás de Puigdemont y Salvador Illa según las encuestas, con algunos trackings devolviendo al partido a épocas preprocés (21 escaños). De hecho, ERC se juega en las urnas el devenir de una formación con dos almas (en la memoria están las guerras fratricidas entre Carod-Rovira y Puigcercós)y una bicefalia de conveniencia (Junqueras-Aragonès) que puede verse sacudida dependiendo de su resultado".
Continúa la nota: "«Pediremos reacciones a la altura de la magnitud de lo que ocurra. Ya reclamamos cambios tras las municipales y las generales», aseguran desde el Col·lectiu Primer d'Octubre -la agrupación crítica de los republicanos nacida a raíz del viraje de 2017- tras recordar la caída en las últimas contiendas por una estrategia que «no ha funcionado» . «Ha desgastado al partido». La paradoja es que ERC empezó a retroceder justo cuando rompió con Junts y se deshizo de la etiqueta de muleta del universo neoconvergente, un fantasma le que ha perseguido durante años. Tras el atribulado mandato de Quim Torra, Aragonès llegó al frente de la Generalitat y expulsó al partido de Puigdemont de la mesa de diálogo con el Gobierno. ERC se acercó entonces a Pedro Sánchez y logró importantes contrapartidas como los indultos o la reforma del Código Penal. Sin embargo, la crisis estalló en el Govern un año después: Junts salió dando un portazo y los republicanos se quedaron solos y al frente con una histórica minoría de 33 escaños. (...) Un declive que ya se vislumbró con un ciclo electoral para olvidar en 2023: en las municipales, se dejaron más de 300.000 votos; y en las generales, ERC perdió seis de sus 13 escaños y vio cómo Puigdemont, con sus mismos 7 diputados, se desmarcaba, acaparaba todo el foco e imponía sus condiciones a Sánchez".
En cuanto a Puigdemont, el expresidente prófugo asegura que va empatado con el PSC. El papel lo aguanta todo y más en campaña electoral. Luego ya si el domingo no se cumple el pronóstico la culpa será de las encuestas. Entrevistado en El Nacional por Jofre Llombart y Marta Lasalas, Puigdemont sostiene que "el empate con el PSC, la remontada que hemos hecho desde muy lejos, es ya una señal de victoria". El líder de Junts es un experto en manejar expectativas, ese "y si..." que es tan consistente como escribir sobre el agua. Ahí va una selección de las preguntas y respuestas más interesantes de la entrevista:
P: Los sondeos apuntan que Salvador Illa ganaría las elecciones y lo que no queda claro es si las formaciones independentistas sumarían los 68 escaños necesarios para tener una mayoría absoluta. ¿Qué opina?
R: Creo que nosotros estamos haciendo una cosa que es heroica otra vez. Fíjese, en las europeas no nos dejaban presentar y acabamos ganando. Con todo en contra, empezando por las encuestas. Ahora pasa un poco lo mismo. No es tan grave, porque no nos han impedido presentarnos, ya aprendieron la lección, pero es verdad que seguimos teniéndolo todo en contra. Este empate virtual, esta remontada que estamos haciendo desde una posición muy lejana, esto ya en sí es una señal de victoria; que podamos estar disputando el liderazgo, tener opciones reales de ser la primera fuerza parlamentaria, con quien hace tres años que está en campaña electoral y que lo tiene todo a favor es una proeza. Y creo que una parte de la movilización es por este sentimiento de estar protagonizando un episodio electoralmente histórico. Hay muchas posibilidades y muchas probabilidades de que haya una mayoría también independentista.
P: La campaña empezó con la irrupción de Pedro Sánchez y sus cinco días de reflexión. ¿Qué influencia ha tenido y cómo valora este protagonismo?
R: Es evidente que la campaña del candidato Illa empezó en Madrid y probablemente también acabe en Madrid, porque tengo entendido que Pedro Sánchez vuelve a venir por aquí. No es ninguna novedad en la trayectoria del PSC, ha sido siempre un partido de obediencia española, que ha primado siempre los intereses más del PSOE que del PSC. Ninguna sorpresa en este sentido. Lo que ha sido sorprendente es que, después de tantos años de intentar marcar un perfil bajo, neutro, de orden, justamente la campaña la arranquen con una sorpresa que crea una gran inestabilidad política, un desconcierto, en Europa también, porque es un hecho insólito; y que, además, acaba siendo muy poco serio, porque al final se descubre que la intención real de esta maniobra era irrumpir en unas elecciones catalanas para contrastar un partido que iba tercero y en estos momentos está en posición de disputar el liderazgo. Creo que el efecto ha sido contrario al deseado. Ha tenido ocasiones bastante más evidentes para indignarse y preocuparse por la salud democrática española que una querella de feria que presenta este ectoplasma que se llama Manos Limpias, y que no tiene ningún recorrido. Por lo tanto, todo ello hace que mucha gente haya podido sentirse, incluso, manipulada emocionalmente, porque había una intencionalidad claramente electoral.
P: ¿Qué motivos tiene para votarlo una persona independentista enfadada con cómo han ido los últimos años?
R: Justamente porque si se quiere empezar a desenfadar, y reanudar las cosas allí donde las dejamos, a recuperar la autoestima, que es un elemento indispensable para plantearnos cualquier reto de futuro, ahora es la oportunidad de hacerlo. No tenemos el reto solo de la movilización, que lo es, tenemos el reto también de la concentración de voto al máximo en la única fuerza política independentista que puede ganar estas elecciones, y que puede presidir la Generalitat, y que está en condiciones de apretar más que nunca al Estado español. Esta oportunidad la ve mucha gente e, incluso, yendo con dudas o yendo todavía enfadada, creo que hay muchos motivos para que se vaya a votar. Las alternativas a no hacerlo consolidan mucho a las opciones de Illa y eso es una noticia muy mala, porque no creo que contente al independentista enfadado lo que pueda pasar con la lengua catalana, con los servicios públicos infrafinanciados, con el reto generacional... Ya sabemos cómo gestiona España todo eso. Por lo tanto, si lo que buscamos es motivos para desenfadarnos todos, y compartiendo muchas de las razones que puede tener, creo que la mejor vía para empezar a desenfadarse es ir a votar y votar a la única candidatura que puede ganar las elecciones, que somos nosotros.
P: Usted está explicando cuándo y cómo volverá. ¿Teme alguna sorpresa?
R: Más de una vez he dicho que tratándose de la judicatura española todo es posible, ya nos lo han demostrado todos estos años. Ahora bien, con la aprobación de la ley de amnistía se cierra un periodo de represión que ha llevado a gente a la prisión, al exilio o los tribunales. Y eso no tiene vuelta de hoja. Si hay jueces que quieren desobedecer, el margen ahora es más pequeño. La ley es muy explícita sobre cuáles son los hechos que quedan amnistiados. Si aun así desobedecen y se declaran en rebeldía, allá ellos. Pero eso tiene un recorrido muy corto, también. Y ahora ya, gracias a la ley de amnistía, no podrán impedir lo que impidieron en enero del 2018, lo que impidieron también con el encarcelamiento de Jordi Turull, que es que el Parlament de Catalunya tome libremente su decisión de quien tiene que ser el president del Govern de Catalunya.
La campaña se acaba. Pero los aficionados están de enhorabuena. Tras las catalanas llegan las europeas con más madera.
10 de mayo, santoral: Damián de Molokai, el santo de los leprosos, el patriarca Job, Antonino de Florencia, Blanda mártir, Calepodio presbítero, Cataldo de Irlanda, Comgall, Dioscórides de Mira, Epímaco mártir, Gordiano de Roma, Guillermo de Pontoise, Juan de Ávila y Solangia.