El PSOE advierte a ERC y JxCat sobre la repetición electoral
Los independentistas dicen que su propuesta en el Parlament sobre el referéndum no es para tanto y abogan por seguir negociando. Eduard Pujol, el diputado de Junts que votó "Sí" a Feijóo
30 septiembre, 2023 08:37Noticias relacionadas
Las "jugadas maestras" son una de las grandes especialidades del independentismo, cuyos dirigentes se creen los más hábiles, los más listos y los más pulcros estilistas de la política. Nunca se equivocan y todo es para bien de su causa, aunque la percepción del común revele que van de mal en peor y de victoria en victoria hasta la derrota final. La última "jugada maestra" es la propuesta de resolución sobre el compromiso refrendario que debe asumir Pedro Sánchez si quiere ser presidente del Gobierno. He ahí a los de Puigdemont y los de Junqueras en la escena del lavado del coche en Pulp Fiction con el señor Lobo a los mandos del operativo. El gran Batet por el lado posconvergente y el listísimo Jové de la república en acción creen tener al PSOE cogido por los dídimos aunque la realidad es que ambos interpretan el chiste del dentista con sus propias pelotas en un puño.
De modo y efecto que el independentismo super chulo acaba de apañar un texto en el Parlament que tiene menos valor que un euro de madera y la parte socialista se pregunta si lo que quieren estos chicos es que se repitan las elecciones. No se lo pueden creer en el PSOE, pero es que no se acuerdan de cuando Puigdemont pudo convocar elecciones autonómicas y optó por arruinarse la vida y arrojar la política catalana por el pedregal. Y todo ello con la inestimable ayuda de Oriol Junqueras, Marta Rovira y el noi del Twitter, Gabriel Rufián.
"Enfado en Moncloa por el órdago independentista cuando la negociación ya estaba 'encarrilada'", apunta El Mundo sobre el último episodio del pacto interminable. El texto es de Raúl Piña: "'Los que hablan no saben y los que saben no hablan'. Es el resumen que hace un miembro del equipo de Pedro Sánchez sobre todo lo que rodea la negociación para la investidura del líder del PSOE. Unos contactos que el jueves encontraron una mina en su camino con la iniciativa conjunta de ERC y Junts exigiendo al Gobierno 'trabajar' para un referéndum como condición para apoyar a Sánchez. Esta alianza sorprendió y molestó en La Moncloa porque introduce 'más ruido' en un diálogo ya de por sí complejo. 'Todos sabemos cuál es el perímetro de la negociación. Lo sabemos nosotros y lo saben ellos', exponen fuentes conocedoras de la misma. Eso sí, pese al enfado, en el PSOE consideran que 'no cambia nada' y siguen optimistas de cara a cerrar una mayoría en el Congreso. 'Las negociaciones van bien, están encarriladas'".
Sigue la nota: "La noche del 23 de julio hubo candados de puertas que saltaron por los aires en el PSOE. El de negociar con un prófugo como Carles Puigdemont; el de pasar de pedir su regreso a España para ser juzgado a hablar de la necesidad de una 'solución política'; o el de la amnistía. Pero los socialistas mantienen, al menos a día de hoy, con el candado echado la puerta del referéndum. En los contactos así se ha trasladado a los independentistas. Porque en La Moncloa se estipuló que la cesión sería sobre la amnistía. No sobre la consulta. 'Antes elecciones', es la máxima, como informó ya en agosto este diario. Por eso enfadó la iniciativa de ERC y Junts para que el Parlament catalán votase esa exigencia de avanzar hacia el referéndum. Se decidió emitir un comunicado conjunto del PSOE y PSC que rechazaba la consulta, aunque no mencionaba la palabra referéndum: 'Había que dejar las cosas claras', dicen desde la cúpula socialista. 'No era preciso poner la palabra referéndum porque todo el mundo entendía lo que se decía'. 'Si estás tomando una bebida no hay que mezclar'. Así resume un miembro del equipo de Sánchez la sensación en el Gobierno y el PSOE, en alusión a que se acepta hablar sobre la amnistía, no del referéndum".
Sí señor, sabio consejo. Y si bebes, no pactes.
La cuestión es que el ordaguillo en el Parlament le ha sentado al PSOE como una colleja a destiempo en el pescuezo y "Sánchez amenaza con llevar su investidura a noviembre para presionar a Junts con una repetición electoral", asegura Vozpópuli. Escribe Javier Portillo: "Calma tensa en Moncloa. Fuentes gubernamentales señalan que Pedro Sánchez está dispuesto a llevar su investidura a noviembre pese a que su entorno ha repetido hasta la saciedad que la quiere 'cuanto antes', a ser posible en la segunda mitad de octubre. Pero la exigencia del independentismo al PSOE -iniciar el proceso que siente las bases de un futuro referéndum en Cataluña- a cambio de apoyar al presidente del Gobierno en funciones para que siga en Moncloa ha cambiado los planes. Ese es el motivo por el que ahora se alarga aún más la fecha, como una amenaza que persigue presionar a Junts con una repetición electoral. Cabe recordar que el 27 de noviembre termina el plazo legal para que se presente un candidato antes de que se disuelvan las Cortes automáticamente y se convoquen nuevos comicios que se celebrarían el domingo 14 de enero. Por el momento, el próximo lunes arranca la segunda ronda de consultas del Rey con los portavoces de los grupos parlamentarios. La previsión es que acudan los mismos que en la anterior. De manera que el martes por la tarde, Sánchez puede ser designado candidato si le dice al Rey que tiene o puede tener los apoyos necesarios. 'Le va a trasladar que tiene una negociación abierta y que tiene posibilidad', explican fuentes gubernamentales".
Y: "Moncloa ya advierte de que, a diferencia de lo que ocurrió con Alberto Núñez Feijóo, lo más probable es que se tarde en conocer la fecha en la que se celebrará el debate de investidura de Pedro Sánchez, entre otras cosas porque la decide el propio Sánchez: "No sabemos si salimos con fecha o no ese día [por el martes que viene]. Es una cosa un poco innecesaria ponerte un tope". Y es que, como afirma el núcleo duro del jefe del Ejecutivo en funciones, el PSOE tiene dos meses por delante. "No es una negociación fácil. Tenemos una negociación en marcha", zanjan personas de la confianza del líder socialista".
Y así, entre peticiones de última hora sobre negociar un referéndum ya metidos en harina y advertencias socialistas sobre una repetición electoral, es como discurre la vida política nacional. A estas alturas nadie teme un colapso. "El Gobierno y los independentistas tratan de rebajar la tensión y volver a la negociación", proclama El País. En el sumario se añade que "Pese al texto aprobado en el Parlament que condiciona la investidura a que Sánchez 'trabaje por el referéndum', las dos partes defienden que no se ha roto nada y seguirán hablando". La nota del diario de Prisa viene con las firmas de Carlos E. Cué, Camilo S. Baquero y José Marcos y arranca así: "Después de la tempestad, las olas empiezan a bajar. La palabra más repetida en los comentarios de pasillos en el Congreso e incluso en las declaraciones públicas este viernes, al día siguiente del momento de mayor tensión entre el Gobierno y los independentistas en la compleja negociación para la investidura de Pedro Sánchez, era 'responsabilidad'. La pedía Salvador Illa, líder del PSC y hombre de confianza de Pedro Sánchez para gestionar la política sobre Cataluña. La reclamaba Yolanda Díaz, vicepresidenta y líder de Sumar. Ambos, obviamente, se la exigían a los independentistas, después de que aprobaran en el Parlamento catalán una resolución en la que condicionan la investidura a que el Gobierno se comprometa a 'trabajar para crear las condiciones efectivas para la celebración de un referéndum'. Pero también la reclamaba Gabriel Rufián, portavoz de ERC, que trataba de ahuyentar el fantasma de la repetición electoral, que volvió a recorrer el Congreso y al que rápidamente se apuntó el popular Alberto Núñez Feijóo, el más interesado en una segunda oportunidad. 'Yo pediría a todo el mundo responsabilidad, calma y discreción. Hace cuatro años así fue y creo que es bueno menos comunicados y más negociar. Creo que sería enormemente irresponsable dar otra bala a la ultraderecha', remató Rufián, que pedía a los otros esa calma. También lo hizo el PNV. Incluso Bildu, que exigía 'responsabilidad' a todos para evitar una repetición electoral. 'Si tenemos que ir a elecciones, iremos, pero tenemos la obligación de evitarlo', resumía Illa en una entrevista a Cadena Ser".
Continúa la crónica: "Al margen de las declaraciones públicas, en privado, tanto en los pasillos del Congreso como entre los dirigentes independentistas consultados, se percibe una clara sensación de que lo del jueves, con la decisión de ERC y Junts de registrar esa resolución sobre el referéndum y la reacción del PSOE y el PSC de hacer un comunicado duro que dejaba claro que no por ahí no hay ningún espacio de negociación, ha sido un 'incidente', pero no se ha roto nada que impida que siga la negociación. Así lo califican desde el Ejecutivo y también los independentistas quieren reducir la importancia de las consecuencias prácticas de una resolución que, según señalan, no es muy diferente a otras aprobadas en Debates de Política General (y en muchísimas jamás ejecutadas) anteriormente. El problema es el momento en el que ha llegado, que ha hecho que PSOE y el PSC, que han estado en silencio todas estas semanas para evitar complicar la negociación, se vieran forzados a dejar claro que por el camino de la amnistía, el que se estaba negociando hasta ahora, sí hay espacio, pero por el del referéndum no hay agua".
Mientras tanto, a Óscar Puente le preguntan de malas maneras en el Ave por Puigdemont y el ínclito Eduard Pujol va y vota a favor de Feijóo en la postrera votación. Qué grande Pujol. Y aún se reía al sentarse en su escaño. Que tuvo un lapsus, dice. Con lo fácil que parece votar, ¿verdad? Al final, el voto de don Eduard se consideró nulo mientras el PP ponía el grito en el cielo porque cuando su diputado Casero votó a favor de la reforma laboral del Gobierno no le dejaron rectificar. Así lo cuenta Jaume Vich en El Nacional: "Primero fue el popular Alberto Casero, después el socialista Herminio Sancho y ahora el diputado de Junts Eduard Pujol. En la segunda votación que ha hecho fracasar la investidura de Alberto Núñez Feijóo ha vuelto a reinar la confusión porque el parlamentario independentista, al ser llamado por la Mesa, se ha levantado y ha dicho 'sí' a la candidatura del popular. Enseguida ha rectificado y ha gritado 'no' mientras se sentaba en su escaño, ante el jaleo que se ha generado en el Congreso. Al final y después de una discusión entre los miembros de la Mesa, la presidenta Francina Armengol ha considerado nulo el voto de Pujol. La votación se ha resuelto, pues, con 177 votos en contra, 172 a favor y el nulo del diputado de Junts".
Sigue Vich: "Desde Junts per Catalunya afirman que Pujol ha tenido un 'lapsus' al pronunciar el sentido del voto y aseguran que, después de rectificar desde el escaño, la secretaría de la Mesa no ha recogido la enmienda instantánea. Después de un intenso debate, en el que el PP defendía que no se tenía que recoger la rectificación, Armengol ha decidido que el voto se considerara un voto nulo. Durante los 15 minutos en que la Mesa debatía qué se tenía que hacer con el caso, la bancada del PP ha llamado 'vergüenza' por el desenlace final. ¿Por qué? Pues el PP recuerdan el caso de Alberto Casero, el diputado del PP que se equivocó en la votación de la reforma laboral y su error propició que se aprobara 'in extremis' aquella modificación de la legislación laboral. En aquella ocasión, recuerdan los populares, la Mesa del Congreso, presidida por Meritxell Batet, no dejó rectificar el sentido del voto a Casero, que había votado a distancia porque estaba enfermo".
Pues ya saben en Madrid quién es Eduard Pujol, el hombre al que el CNI seguía en patinete por las calles de Barcelona, según manifestó en su día el también periodista.
30 de septiembre, santoral: Sofía, Jerónimo, Amado de Nusco, Antonino de Piacenza, Eusebia de Marsella, Gregorio el Iluminador, Honorio de Cantorbery, Ismidón de Die y Simón de Crespy.