Candidatos procesistas que no hablan del 'procés'

Las temperaturas nocturnas no bajan de 25 grados en Barcelona mientras se anuncia una nueva ola de calor que propiciará termómetros saharianos de día y algo más que tropicales por la noche. Invasión de medusas en las playas de la capital, todas con bandera amarilla. Y en medio del agobio bajo el sol implacable, la política sigue impasible con la mirada puesta en el próximo domingo, cita con las elecciones generales. 

Los candidatos se pasean por el solar ibérico frescos y crujientes como la variedad iceberg de las lechugas, la que menos sabor tiene pero también la que se conserva mejor. A los aspirantes no les afecta el calor, salvo en los mítines, donde sudan la gota gorda los militantes que nutren con aplausos el ego de los políticos. 

En La Vanguardia, Isabel Garcia Pagan constata que el final de campaña empieza con el proceso independentista en el cajón de los sueños rotos: "En el sprint final de una campaña, el voto útil tiene tantos colores como candidatos pero objetivos antitéticos. Alberto Nuñez Feijóo, instalado en la victoria que adelantan las últimas encuestas, lo reclama para gobernar en solitario; y Pedro Sánchez, en busca de un revulsivo que desmienta los pronósticos. El sprint arranca en Catalunya. Ayer Sánchez intentó que la cantada victoria del PSC se contagie al resto del socialismo; y hoy, Feijóo hará del constitucionalismo su bandera en Barcelona. El procés ha sido el gran ausente de la campaña. El candidato socialista no reivindica ni los indultos ni la mesa de diálogo, simplemente se aferra a sus efectos: “En Catalunya había lío, discordia, confrontación. La Catalunya de hoy es mucho mejor”. La Moncloa devolvió al cajón la carpeta catalana el verano pasado pensando en las elecciones municipales y la precipitación de las generales tras el fiasco local y autonómico ha cerrado el cajón con llave. Sánchez sí defiende sin ambages su alianza con Yolanda Díaz, frente a un gobierno PP-Vox, pero elude que para superar esa alianza necesitará de otra “mayoría de investidura” que convertiría a los independentistas catalanes y vascos en decisivos".

Y: "Tampoco el PP hace campaña a costa de Catalunya. Los populares prefieren ahora “derogar el sanchismo” sin hurgar en la herida catalana que el gobierno de Mariano Rajoy agrandó. Calculan que obtendrá en Catalunya entre 6 y 8 escaños --2 en 2019-- y pretende hacerlo bajando el tono pero sin concesiones. “No puede haber sometimiento al independentismo”, zanjan. Feijóo se escuda en la comisión bilateral Estado-Generalitat --con Rajoy (2011-2018) no se reunió nunca-- para justificar cualquier relación con el independentismo gubernamental y “que le llamen como quieran”".

A modo de prueba de la ductilidad del PP, la entrevista del número uno de la formación conservadora por Barcelona en el digital El Nacional. En conversación con Bernat Dedéu, el ex de Ciudadanos se marca unas declaración surrealista: "A veces soy como Dalí: catalanista, españolista, anticatalanista y antiespañolista". Ahí es nada, Dalí. Del texto de Jordi Palmer en el referido medio: "La entrevista al cabeza de lista del Partido Popular, Nacho Martín Blanco, la ha cerrado el escritor y filósofo Bernat Dedéu, un viejo amigo del candidato popular desde que compartieron tertulia política en el programa 'La Rambla' de Betevé, donde concidieron con otros futuros políticos como Andrea Levy, Miriam Nogueras e Inés Arrimadas, entre otros. Con su humor habitual, Dedéu ha pedido a Martín Blanco si, al contrario del que ha defendido a menudo el popular y en vista de la experiencia política reciente, ha sacado provecho de su ideología: "¿Ser españolista en Catalunya tampoco está tan mal, verdad?" En el mismo tono distendido de final de entrevista, Martín Blanco se ha referido a Dedéu como un "cachondo", además de una de "las mentes más lúcidas que yo he conocido en el espacio público catalán". Piropos aparte, Martín Blanco ha reconocido que "siempre ha habido un punto de fricción entre catalanes independentistas y catalanes no independentistas o constitucionalistas o españolistas", pero que, en todo caso "siempre ha habido un elemento de afecto y que al final no podemos vivir los unos sin los otros". "Yo a Bernat le tengo un afecto especial, como le tengo a muchos familiares y amigos que son independentistas y, por lo tanto, yo creo que eso es una evidencia", ha argumentado el candidato del PP".

Y: ""No sé si es rentable ser españolista en Catalunya", ha continuado Martín Blanco, para asegurar que "españolista en la medida de afecto a las cosas de España, me considero", pero ha querido rematar el argumento recordando una cita del genio del surrealismo: "Decía Salvador Dalí que él era catalanista, españolista, anticatalanista y antiespañolista, y creo que esto muchos catalanes lo sentimos así". "Hay momentos que te sientes catalanista por el afecto a las cosas de Catalunya, españolista por el afecto a las cosas del conjunto de España y muchas veces estás hasta la coronilla de todo y eres anticatalanista y antiespañolista", ha continuado el candidato del PP".

Como diría Mariano, un lío. 

La de Martín Blanco no es la única entrevista del día. Por ejemplo, Gabriel Rufián comparece en Nació Digital, donde dice todo ufano que no pedirá perdón por hacer política. Al candidato de Rufián le persiguen aquellas declaraciones en las que dijo que sólo pasaría dieciocho meses en el Congreso, el tiempo justo para que en Cataluña se proclamase la independencia. También le persigue la sospecha de que vive de lujo gracias a la política. La entrevista corre a cargo de Bernat Surroca y estas son algunas de las preguntas y respuestas más interesantes: 

Pregunta: El context és d'auge de l'extrema dreta, de crides al vot útil i de certa desmobilització independentista. El 23-J és complicat per a ERC?

P: Comparar eleccions és difícil, però a les municipals ERC va perdre uns 300.000 vots. L'independentisme no ha entès l'estratègia del diàleg o vostès no l'han explicada bé?
R: Em nego a comprar el marc que diu que la política, involucrar-te o gestionar resta. El més fàcil és comentar-ho des de la tribuna o des del sofà. Jo he estat en una legislatura de majoria absoluta del PP i en una de construcció. Era molt més senzill dir a Rajoy, Zoido, Aznar, Sáenz de Santamaría o Cospedal tot el que els dèiem, ho sap fer tothom. El que és difícil és negociar una llei d'infància, de ciència, de l'audiovisual, el salari mínim, les pensions, els indults o un codi penal. Això és difícil. Em nego a que resti. Passi el que passi el dia 23, mai demanaré perdó per fer política. No és un eslògan. No ho faré. ERC ve d'uns cicles guanyadors indiscutibles durant una dècada. A les municipals, molta gent progressista, republicana, independentista i antifeixista es va quedar a casa, necessitava una il·lusió que no tenia. Les esquerres, més enllà de l'independentisme, hem d'entendre que votar no és com anar a Disney World. A vegades toca anar-hi per contrarestar segons què. La dreta sempre vota.
P: Quin balanç fa de la taula de diàleg?
R: La taula de negociació és el sit and talk que va generar manifestacions multitudinàries. Molta gent en contra de la taula de diàleg es manifestava amb cartells de sit and talk. És un miracle que el govern espanyol, gràcies a la força d'ERC, reconegués que hi havia un conflicte polític i s'assegués a la taula. Hem de continuar. No és cert que hi hagi dues estratègies independentistes. N'hi ha una, la d'ERC, que pot agradar més o menys. I n'hi ha una altra que ningú sap ben bé què és, però que ve a dir que, el que sigui, no ho lideri ERC. Mala cosa.
P: Es refereix a Junts?
R: Jo no parlo de Junts.
Respuesta. Hemos estado al pie del cañón, nadie nos puede decir que no hemos hecho nada. Pero hemos logrado accesorios y precisamente por eso queremos la independencia, porque estamos hartos de conseguir migajas.
P. ¿No le genera una contradicción querer un escaño en el Congreso de los Diputados mientras proclama que Cataluña tiene que romper los vínculos con España?
R. No. Tenemos que estar en aquellos lugares donde se toman decisiones políticas que nos afectan. España, Europa y el mundo. Ojalá estuviéramos en más espacios de poder. De hecho, yo creo que podemos estar en más lugares de los que estamos ahora. Si fuéramos un Estado propio podríamos asomar la cabeza en muchas más instituciones europeas.
P. Para Cataluña, es lo mismo un gobierno PSOE-Sumar que uno donde esté PP y Vox?
R. Yo eso nunca lo he dicho. Pero los datos cantan y el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos no ha pagado lo que le toca a Cataluña, lo mismo que incumplió el gobierno del PP. Ni se ha resuelto el conflicto político ni ha habido reencuentro. Seguramente, en sus programas políticos hay diferencias, pero cuando se trata de Cataluña los números nos dicen que las dos opciones son nocivas para los catalanes, ningún gobierno español ha sido capaz de servir a Cataluña. Y, en la relación de Cataluña con España, da lo mismo quien gobierne, porque el independentismo catalán es una cuestión de Estado.
P. ¿Qué podría ofrecerle el Estado para que se replanteara su independentismo?
R. Nada de lo que me ofrezca España me hará replantear la independencia de Cataluña.

17 de julio, santoral: Alejo mendigo, Colmano de Irlanda, Eduvigis de Polonia, Ennodio, Fredegando, Jacinto de Mastris, Kenelmo, León IV papa, Marcelina de Milán, Pedro Liu Ziyu y Teodosio de Auxerre.