ERC todavía no se ha recuperado del trompazo de las elecciones municipales. De entrada, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, anunció la creación de un "frente democrático" nada más trascender que Pedro Sánchez anticipaba las generales. El endeble y efímero frente quedó en agua de borraja a las pocas horas. Ahora, el dirigente republicano ha ejecutado una crisis en el Govern que revela las flaquezas y dudas de la formación, que deambula estos días por la política catalana y por la nacional como el pollo sin cabeza Mike, simpática ave que sobrevivió durante meses a una chapucera decapitación.
Aragonès hace grandes esfuerzos por aparentar que dirige un ejecutivo cohesionado y coherente, pero no puede ocultar que con 33 diputados no va a ninguna parte. Se trata de resistir y punto porque no hay ningún proyecto que vaya más allá de gestionar el día a día bajo la máxima de que qui dia passa, any empeny. Total, que se ha quitado de encima a Gonzàlez-Cambray, el sujeto más impopular de cuantos hayan pasado por la Generalitat en calidad de consejero, y a Juli Fernàndez, que ha durado tan solo ocho meses.
La apertura de Crónica Global apunta más derivadas, todas ellas de gran interés. "Aragonès expulsa del Govern a los consejeros impuestos por Junqueras", se titula la pieza, que viene además con este sumario: "Fernández, Cambray y Jordà están identificados con el líder del partido frente a un núcleo duro del presidente catalán muy crítico con las polémicas territoriales que han azuzado los consellers salientes". El texto es de María Jesús Cañizares y comienza así: "Los tres consejeros catalanes cesados por Pere Aragonès forman parte del sector de ERC alineado con Oriol Junqueras y Marta Rovira. Pero es que, además, la gestión de Juli Fernández, Josep González-Cambray y Teresa Jordà ha avivado conflictos en el ámbito educativo, de las infraestructuras y de las energías renovables, lo que ha torpedeado la capacidad de expansión territorial de ERC desde el Govern. El efecto más visible ha sido la debacle en las elecciones municipales del 28M, aunque también se ha agudizado la pugna entre el núcleo duro de Aragonès, que pide paso, y los fieles a Junqueras. El caso más llamativo de esa purga encubierta es Juli Fernández, exalcalde de Sabadell, quien cesa como titular de Territorio, el departamento que tiene las competencias en infraestructuras. Solo ha estado ocho meses en esta consejería, a la que se incorporó para ocupar una de las vacantes que dejó la salida de Junts per Catalunya (JxCat) del Govern".
Sigue la nota: "Este farmacéutico, identificado con miembros del sector que apoya a Junqueras, fue muy beligerante en su rechazo a la construcción de la B-40 (Cuarto Cinturón), que debe conectar Sabadell, Terrassa y Castellar. Hasta que fue nombrado consejero. A partir de entonces tuvo que hacer equilibrios entre formar parte de un Govern que aceptó impulsar la infraestructura a cambio de que el PSC apoyara los presupuestos de la Generalitat de 2023 y secundar las históricas reivindicaciones de sus compañeros del Vallès en contra. El cabeza de lista de ERC en las elecciones municipales, Gabriel Fernández, difundió el pasado mes de enero un vídeo en el que expresaba su oposición a la B-40. Con este trasfondo de división interna organizaron los republicanos la campaña de las municipales en el Vallès, con la llamativa ausencia del presidente Pere Aragonès en actos centrales --Juli Fernández tuvo un papel discreto--, mientras que Junqueras asumía un protagonismo que no se traducía en una mejora de las expectativas electorales. En efecto, los resultados de ERC en el Vallès Occidental han sido nefastos. En Sabadell, los republicanos han pasado de siete a tres concejales y en Terrassa, perdieron los cinco ediles que tenían. En Castellar perdieron un concejal".
La crisis del Govern apunta también a un problema de cantera en ERC, que ha tenido que recurrir a viejas glorias como Anna Simó o Ester Capella, quienes repiten como consejeras. Y con eso Aragonès pretende remar hasta el final de la legislatura y convocar elecciones para febrero de 2025.
Más política. Se ha activado la cuenta atrás en las negociaciones sobre la alcaldía de Barcelona. El PP está en el centro de todas las miradas. Hay quien da ya por cerrada la historia con el grupo de Sirera facilitando la investidura de Xavier Trias. Si tal cosa pasa, la campaña en las generales de Feijóo quedará seriamente comprometida.
"El PP pide a Collboni incentivos si no quiere que sus concejales se voten a sí mismos", apunta El Periódico. La pieza es de Pilar Santos, quien escribe: "El puzle de la alcaldía de Barcelona es uno de los más interesantes que han dejado estas elecciones municipales. Xavier Trias (Junts) ganó las elecciones con 11 concejales y pisándole los talones llegó Jaume Collboni (PSC), con 10. La alcaldesa en funciones, Ada Colau (Barcelona en Comú) consiguió nueve; ERC, 5; Vox, 2, y Dani Sirera (PP), 4, aunque el papel de los ediles populares puede ser relevante. Salvo si Vox recurre el escrutinio electoral por vía judicial --tras intentarlo en vano dos veces ante la Junta Electoral de Zona y la Junta Electoral Central--- por desacuerdo con los 6.400 votos nulos, este próximo sábado se celebrará el pleno de investidura. Si hubiera contencioso administrativo del partido ultraderechista, la investidura saltaría al 7 de julio. Si no se logra ningún acuerdo paralelo, Trias puede ser elegido alcalde de manera automática porque fue el más votado y porque no parece que ni Barcelona en Comú ni Vox quieran regalarle la alcaldía a Collboni gratis".
Y: "Sirera sí ha sugerido la posibilidad de conceder la vara de mando al PSC solo si le garantizan que ningún miembro de Barcelona en Comú estará en el gobierno municipal. No solo veta a Colau, también a cualquier persona de su equipo. El portavoz del PP nacional, Borja Sémper, dijo este lunes que Collboni tiene hasta el sábado para dar "incentivos" a Sirera. "Ahora, ¿qué tenemos en Barcelona? Tenemos Colau-Collboni. Lo que se nos ofrece es Collboni-Colau. Hombre, muchos incentivos no parece que nos estén ofreciendo", bromeó Sémper en rueda de prensa en la sede de Génova".
En El Mundo, Arcadi Espada opina que lo de Trias con Sirera ya está hecho. Y Víctor Mondelo recuerda en una pieza todos los gestos y políticas independentistas que practicó Trias en su anterior etapa como alcalde. De su crónica: "Xavier Trias se convirtió en alcalde de Barcelona en los prolegómenos del procés. Corría 2011 cuando el candidato de CiU fue investido con los votos de sus propios ediles y el apoyo de dos concejales de ERC, entre los que figuraba el hoy presidente del FC Barcelona, Joan Laporta. No alcanzó el nacionalista los 21 concejales en los que se sitúa la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Barcelona, pero fue ungido porque tampoco se constituyó una mayoría alternativa para impedírselo a pesar de que aritméticamente era posible. Si el PP, con sus nueve concejales, hubiera respaldado al socialista Jordi Hereu, que tenía 11 y también habría contado con los cinco de ICV, el aspirante del PSC podría haberse mantenido en el cargo. Pero por aquel entonces la prioridad de los populares era acabar con 32 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas --que también habían cobijado a ERC-- y Trias era considerado un mal menor: el estallido separatista todavía no se había producido.
En 2012, Mas inició el asalto al orden constitucional que culminó Carles Puigdemont en 2017 y Trias puso el Consistorio y sus arcas a disposición de la causa secesionista."
La nota continúa con los "logros" indepes de Trias: "Si una obsesión centró la obra de gobierno de Trias, ésa fue la conversión del Centro Cultural del Born en punto de peregrinación separatista. El Ayuntamiento dedicó 74 millones de euros a levantar y reorientar políticamente un complejo ideado por los socialistas que se erigía sobre las ruinas de la Barcelona caída en la Guerra de Sucesión. El alcalde de Barcelona ordenó variar el proyecto del PSC para instalar una gigantesca senyera en el acceso al recinto que se alzaba exactamente a 17,14 metros de altura, evocando la fecha fundacional del secesionismo catalán. El coste de la insignia fue de 74.000 euros y los gastos de mantenimiento del complejo durante sus dos primeros años de vida fueron de más de 400.000 euros. Trias reservó otros 2,5 millones para celebrar con boato el tercer centenario de 1714".
La nota continúa con los "logros" indepes de Trias: "Si una obsesión centró la obra de gobierno de Trias, ésa fue la conversión del Centro Cultural del Born en punto de peregrinación separatista. El Ayuntamiento dedicó 74 millones de euros a levantar y reorientar políticamente un complejo ideado por los socialistas que se erigía sobre las ruinas de la Barcelona caída en la Guerra de Sucesión. El alcalde de Barcelona ordenó variar el proyecto del PSC para instalar una gigantesca senyera en el acceso al recinto que se alzaba exactamente a 17,14 metros de altura, evocando la fecha fundacional del secesionismo catalán. El coste de la insignia fue de 74.000 euros y los gastos de mantenimiento del complejo durante sus dos primeros años de vida fueron de más de 400.000 euros. Trias reservó otros 2,5 millones para celebrar con boato el tercer centenario de 1714".
Y: "En 2013, Trias firmó un convenio con Diplocat, el cuerpo diplomático creado por la Generalitat para internacionalizar el procés. El Consistorio empezaría enseguida a financiarlo, tras una inyección inicial de 64.000 euros. En 2014, el ente dependiente de la Generalitat duplicó su presupuesto hasta alcanzar los 2,6 millones. El alcalde de CiU se volcó en la promoción de la consulta del 9-N, la primera votación separatista del procés y la única que se produjo en su mandato, que expiró en 2015, cuando Ada Colau lo relevó".
Y eso no es todo.
El partido de Trias es también el partido de Laura Borràs, que ha sido severamente amonestada por ir por ahí diciendo que no hay que aislar a la Aliança Catalana de Sílvia Orriols. "La dirección de Junts corrige a Laura Borràs y valida un veto a la ultraderecha en Ripoll", informa El País. Escribe Marc Rovira: "El partido independentista y de ideología racista Aliança Catalana se aleja del gobierno de Ripoll (Girona). Pese a que ganó las elecciones municipales de manera holgada, dobló en votos a la segunda fuerza, Junts per Catalunya, la formación que lidera la controvertida Sílvia Orriols ve como se le escapa la vara de mando por una insólita alianza entre cuatro partidos: Junts, ERC, PSC y la CUP. “El pacto anticatalán y prosalafista es un hecho”, ha reaccionado Orriols en las redes sociales".
Continúa el texto: "El acuerdo para alejar a la ultraderecha del poder se ha desbloqueado este lunes, cuando la dirección de Junts per Catalunya ha instado a la ejecutiva local del partido en Ripoll a sumarse al pacto a cuatro. La decisión, solo pendiente de ratificación por parte de los integrantes de la lista de Junts en Ripoll, enmienda la postura avanzada este domingo por la presidenta de Junts, Laura Borràs, que se declaró contraria a fijar un cordón sanitario contra la ultraderecha independentista: “Yo no soy partidaria. Pienso que si defiendo que contradecir la voluntad popular cuando nos perjudica no es correcto, hacerlo cuando nos favorece, tampoco”. Más tarde, y ante un alud de críticas, Borràs matizó su postura, asegurando que “siempre” ha combatido a la extrema derecha, pero añadiendo que la estrategia de no dejar gobernar a la lista más votada solo agrava el problema. Este lunes, ha dicho que no aceptaba “lecciones” y ha seguido modulando su posicionamiento inicial. “Lucha antifascista siempre y en cualquier sitio”, ha apuntado".
Bueno, es que es super conocida la trayectoria antifascista de Borràs. Tremenda titán en la lucha contra el mal la presidenta de JxCat. Si no fuera por ella, estaríamos rodeados de fascistas.
Los partidos independentistas han pasado del frente unitario de Aragonès a darse de bofetadas en cuestión de días, tal como prueba este titular de El Confidencial: "ERC acusa a Junts de hacer la pinza con PSC para robarle una docena y media de alcaldías". El texto es de Antonio Fernández: "Los pactos municipales han puesto de los nervios a los partidos independentistas. (...) La dirección de ERC no dejó escapar la ocasión este lunes para reprochar la estrategia de sus colegas independentistas de Junts per Catalunya. La portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, echó en cara a los posconvergentes que hagan pactos en ayuntamientos con el PSC para echar a Esquerra de algunos consistorios. “Junts prefiere entregar la alcaldía al PSC en lugar de sumar con ERC y priorizar acuerdos independentistas”, alertó la dirigente republicana. La tensión es tal que Vilalta no tuvo empacho en acusar a los junteros de que “mientras nosotros hacemos cosas positivas para retomar la confianza, la respuesta de Junts es la lucha por el poder y entregar alcaldías al PSC allí donde ha ganado Esquerra”".
Sigue Fernández: "Según la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial, los republicanos manejan un listado de docena y media de ayuntamientos (día a día se van añadiendo más) donde Junts birló la alcaldía a los republicanos o está a punto de hacerlo, según ese listado. Incluye también la Diputación de Tarragona, donde ERC tiene más representantes, pero donde, según los republicanos, “el PSC regala la presidencia a Junts”. Socialistas y posconvergentes tienen ocho representantes cada uno, frente a nueve de los republicanos y un único diputado de PP y de Vox. La presidencia, pues, depende de un pacto táctico de los tres grandes partidos. Los republicanos consideran que la alianza PSC-Junts es una estrategia anti-ERC, similar al pacto que en la legislatura pasada tuvieron el PSC y Junts en la Diputación de Barcelona, aunque en esa ocasión los socialistas eran el partido que más diputados provinciales tenía con diferencia. Pero en la estrategia que denuncia ERC figuran plazas tan importantes y emblemáticas como Roses, Lloret de Mar, Sitges, Calella o Cervera".
El sábado se constituyen los ayuntamientos. Será una cosa digna de presenciar en decenas, sino cientos, de casos.
13 de junio, santoral: Antonio de Padua, Fandila de Córdoba, Aventino mártir, Ceteo de Amiterno, Eulogio de Alejandría, Trifilio, Aquilina virgen y mártir y Felícula.
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