La nueva ‘consellera’ de Educación sigue el ejemplo de Cambray: mantiene el calendario escolar

Comienza con mal pie. La nueva consellera de Educación, Anna Simó, ha asegurado que seguirá la estrategia de su antecesor, Josep Gonzàlez-Cambray, y no cambiará el calendario escolar. "El inicio de curso fijado es correcto", ha expresado en una entrevista en No ho sé de Rac1. 

Así, la nueva titular del Departamento no se plantea retrasar el inicio de curso, pese a que este fue el pistoletazo de salida de un pulso entre sindicatos y Cambray que duró meses y que provocó varias huelgas educativas.

El diálogo con los sindicatos

De esta forma, el próximo curso arrancará como estaba previsto el 6 de septiembre --en caso de infantil, primaria y secundaria-- y el 12 para los alumnos de bachillerato y Formación Profesional. "Ya se está preparando todo para que así sea. Trabajaremos con las direcciones de los centros para que el primer día de septiembre ya esté todo el mundo en los centros y comenzar como está previsto", ha manifestado. 

Además, la nueva consellera ha defendido que el diálogo siempre estuvo presente entre Cambray y los sindicatos. Algo que rechazan desde la parte social, que han criticado su talante poco dialogante, sus imposiciones, la falta de previsión y su capacidad poco negociadora. Y es que, si por algo pasará a la historia Cambray, es por poner de acuerdo a todos los miembros de la comunidad educativa --familias, profesores y direcciones-- y a los partidos de la oposición, que han pedido su dimisión por activa y por pasiva. 

"Trabajar para la transformación educativa"

Pese a que tendrá una estrategia continuista, también ha defendido que hablará con todo el colectivo. Asimismo, ha dicho que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, le ha pedido lo mismo que le pidió a Cambray cuando lo nombró, que es "trabajar duramente para una transformación educativa y para la mejora de la educación en Cataluña".

Sea como sea, la expresidenta del Consejo Escolar de Cataluña y exportavoz de la cartera de educación de los republicanos en el Parlament tiene el reto de volver a tejer consensos con unos profesores que se han sentido "menospreciados" durante mucho tiempo.