La campaña más aburrida y dos mossos en el Tsunami

La Audiencia Nacional ha concluido la instrucción sobre el asunto del Tsunami Democràtic, la simpática organización fantasma que organizó los juegos florales con los que el independentismo celebró la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 1-O. Ya saben, todo aquello de asaltar el aeropuerto, cortar la Jonquera y poner Barcelona patas arriba. Hay titulares para todos los gustos. "La Audiencia Nacional intervino el teléfono a una veintena de activistas y políticos por su vínculo con Tsunami Democràtic", apunta El País. La información en el diario de Prisa es de Jesús García Bueno, quien escribe: "La Audiencia Nacional mantuvo intervenidos, durante meses, los teléfonos de una veintena de personas por su presunta vinculación a Tsunami Democràtic, el movimiento que en 2019 organizó las protestas masivas contra la sentencia del procés. Fuentes judiciales han explicado a El País que el magistrado Manuel García Castellón autorizó, durante la fase en que la causa ha permanecido bajo secreto de sumario, la intervención de las comunicaciones a multitud de políticos y activistas para averiguar quién lideró Tsunami y quién organizó, entre otras movilizaciones, el bloqueo del aeropuerto de El Prat y el corte de la frontera con Francia a la altura de la Jonquera".

Sigue el texto: "La causa contra Tsunami Democràtic comenzó a finales de 2019, cuando García Castellón abrió diligencias por los delitos de terrorismo y conspiración para cometer estragos. El colectivo, según la hipótesis inicial de los investigadores, pretendía subvertir el orden constitucional y contribuir a la independencia efectiva de Cataluña después del fallido referéndum del 1 de octubre de 2017 y del encarcelamiento de sus líderes. La causa, que ya no es secreta desde la semana pasada, se ha nutrido de esas intervenciones telefónicas, pero también del análisis de dispositivos electrónicos que envió a la Audiencia Nacional el juez de Barcelona Joaquín Aguirre, instructor del caso Voloh, que indaga casos de presunta corrupción a la sombra del procés".

En la nota se explica también que Suiza se ha negado a colaborar con el juez porque sus autoridades consideran que se trata de una investigación "política". Del texto de El País: "En marzo de 2020, cuatro meses después de recibir la petición de auxilio, el país helvético dijo que “el carácter político del delito, si lo hubiere, constituye una razón para la inadmisibilidad de la demanda”. Los hechos investigados por el juez español, siempre según la respuesta suiza, son únicamente “contra la organización política y social del Estado”".

En El Independiente se centran en los nombres del Tsunami: "La Guardia Civil acusa al empresario Oriol Soler de ser el responsable de los incidentes en el aeropuerto del Prat". La pieza es de Irene Dorta y Carlos Frías: "«Oriol Soler habría participado activamente en la monitorización de las acciones de Tsunami Democràtic en tiempo real y toma de decisiones, hallándose en conversaciones en este sentido relativas a las acciones del Aeropuerto Josep Tarradellas el Prat». Con estas conclusiones la Guardia Civil sitúa al empresario catalán, fundador del diario Ara, como uno de los cabecillas de la plataforma que estuvo detrás de las protestas independentistas en Cataluña que se dieron tras la sentencia condenatoria del procés en 2019. La investigación que se sigue en la Audiencia Nacional y que llevaba dos años secreta implica a toda una red de colaboradores que incluye a dos Mossos d’Esquadra y un policía municipal de Girona, según los documentos a los que ha tenido acceso El Independiente".

Líneas después apuntan Dorta y Frías que "Tanto en la actividad «directiva y de control» como en la «técnica y logística», Soler era, presuntamente, una de las figuras claves. «Sorprende la capacidad de decisión de Oriol Soler en asuntos de índole logística en la acción del Camp Nou», indica la Jefatura de Información del Instituto Armado. Del análisis de sus conversaciones se desvelan mensajes bajo el pseudónimo en Wire «Joana» en los que se habla de boicotear el partido de fútbol con expresiones como «poner antenas en las terrazas perimetrales del campo». Los agentes dicen que el empresario tenía una «extensa y multidisciplinar red de contactos» con personas en diferentes grados de intensidad y esto fue clave para la puesta en marcha de la plataforma. En el sumario Soler es descrito como una «pieza activa y fundamental» en unos hechos que la Guardia Civil califica como terrorismo".