La vacuna del general JEMAD y Madrid endurece las restricciones
Bronca en el Ministerio de Defensa: La cúpula castrense se salta el turno del vacunación. Madrid prohíbe las visitas a domicilio, adelanta el toque de queda y limita las reuniones a cuatro personas
23 enero, 2021 08:49Primer aniversario del confinamiento de Wuhan, ciudad china de once millones de habitantes. Por aquellas calendas del año nuevo chino, el resto del mundo contemplaba admirado el espectáculo de la disciplina oriental. Los ciudadanos de aquella remota localidad se encerraban en sus casas sin rechistar al tiempo que cuadrillas de trabajadores estajanovistas levantaban un hospital en un tiempo récord. Eso sería imposible en Occidente, se decía. Imagínate tú en España o en Italia, je je. Los análisis de urgencia se sustentaban en que aquello sólo era posible por el sustrato de obediencia maoísta y el peso del marxismo sobre el capitalismo en la por otro lado ancestral sociedad china. Paparruchas.
Más de mes y medio tardarían en reaccionar los países occidentales, convencidos sus dirigentes de que algo así no podía pasar por ejemplo en Suiza, Nueva Zelanda o Canadá. Se obviaron por completo las leyes de la globalización y el comercio, vigentes desde los tiempos de la peste negra. Una gripe fuerte, dijeron algunos. Exageraciones, clamaban otros.
En El Periódico han mandado a Adrián Foncillas a Wuhan para el clásico reportaje del taxista, encomienda que supera con nota y de la que destacan los párrafos finales: "Los wuhaineses no son los más queridos en China. El cliché los presenta como rudos y asilvestrados. Desde aquí se justifica en el dialecto local, sin la musicalidad del mandarín, seco y áspero, que lleva a pensar que discuten cuando no lo hacen. Una economía centenaria apoyada en el tráfico marítimo y el comercio al aire libre necesita de más decibelios que poesía para hacerse entender".
Sigue el texto: "La pandemia podría haber empujado a los wuhaineses hacia la esquizofrenia. Para el mundo, son los padres del coronavirus. Para China, son los salvadores por blindar al resto con su sacrificado confinamiento de 76 días. “No somos ni héroes ni villanos. Sólo cumplimos unas reglas que parecían razonables y esperamos”, señala Di, una joven estudiante. Pero duele que Wuhan quede en la memoria global grapada a un virus cuando aquí, por ejemplo, se incubó la revuelta que destronó a la dinastía Qing. A esta vibrante ciudad de 11 millones de habitantes, potencia manufacturera, nudo de comunicaciones, hub tecnológico y con casi el doble de camas de hospital por habitante que Cataluña, aludía el mundo cuando hablaba de una ignota ciudad rural que había sido tumbada por una simple gripe".
Los medios propenden a retratar Wuhan como la ciudad de las discotecas y el desenfreno nocturno sin mascarillas ni distancia social. Esas son las fotos que ilustran el primer aniversario del confinamiento. El mercado donde se cree que surgió el virus está aislado por una valla de tres metros de altura y es inaccesible para propios y visitantes. La actividad comercial se ha trasladado a otro mercado en el que ya no se exponen a la venta animales vivos, ni salvajes ni domésticos, según El Periódico.
Mientras tanto y en España prosigue el lamentable espectáculo de la picaresca de peor estofa con las vacunas, el temita de los jetas que no respetan los turnos, aquellos que en un naufragio pisotearían las cabezas de los niños y las mujeres, esos capitanes que abandonarían el barco los primeros, gente sin decoro, los típicos mamones que se cuelan en las colas, que entran en las tiendas sin mirar ni reparar en la gente estoica que espera fuera su turno. En fin, tantos y tantos queridos conciudadanos.
Los últimos en asomar la gaita en ese ránking han sido el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) y sus más directos y estrechos colaboradores. El mosqueo en el ministerio de Defensa es fenomenal entre otras razones porque no hay vacunas para gran parte del personal de primera línea. De la pieza de Antonio Rodríguez en Vozpópuli: "El Estado Mayor de la Defensa (EMAD), dirigido por el general Miguel Ángel Villarroya, aceleró la aplicación del protocolo de vacunación fijado por el Ministerio de Defensa en sus instalaciones sin esperar al ritmo --más lento-- del Ejército de Tierra, la Armada o el Ejército del Aire. El resultado, según relatan fuentes militares a Vozpópuli, es que los viales aún no han llegado a la Unidad Militar de Emergencias (UME) ni a todos los sanitarios del hospital 'Gómez Ulla' en la capital, mientras el Jemad y su cúpula ya se han inoculado la primera de las dosis".
Sigue la nota líneas después: "El general Villarroya se encuentra en una posición muy delicada pues ni Margarita Robles ni ningún alto cargo del Ministerio de Defensa se ha vacunado. Se da la circunstancia de que Robles tiene 64 años, uno más que el Jemad, por lo que Robles entraría por derecho propio en el cálculo que hizo el Estado Mayor --de mayor a menor edad-- para vacunar a su personal, tanto civil como militar. "No parece lógico que se vacune el Jemad y la ministra no lo haga", subraya un general en activo a este diario. Además, la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, ha dado positivo en covid-19 hace unos días y se encuentra en su domicilio recuperándose de la enfermedad. Si se hubiera administrado la dosis hace unas semanas, quizás no se hubiera contagiado. Pero prefirió no saltarse la cola. Y hay otro caso muy llamativo. La subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, que dirige los Cuerpos Comunes y por tanto es la máxima autoridad de la Sanidad Militar y la encargada de coordinar la lucha contra la pandemia dentro de las Fuerzas Armadas, rechazó un ofrecimiento del 'Gómez Ulla' para administrarse una dosis con el fin de evitar críticas".
Ha quedado Villarroya como Cagancho en Almagro, menudo papelón el del general de aviación. Podemos pide su destitución. Los partidos de derechas guardan un respetuoso silencio. La ministra ha pedido un informe para estirar la goma y ver si algún otro escándalo tapa lo de Villarroya. Y en El Mundo hacen sangre con el siguiente titular: "Cien sanitarios del hospital militar se quedan sin vacuna contra la Covid-19 mientras se la pone la cúpula castrense". Escribe Pablo Herraiz: "La polémica vacunación del Jefe del Estado Mayor de la Defensa y otros altos mandos militares contra el coronavirus contrasta con otra realidad: más de 100 sanitarios del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid se han quedado sin vacunar. Según ha podido confirmar este periódico por fuentes sindicales, de Defensa y del propio hospital madrileño, al menos un centenar de profesionales sanitarios del Gómez Ulla que deberían haberse vacunado ya contra la Covid-19 se han quedado sin su dosis. Se trata además de personal que está en primera línea de la lucha contra el coronavirus, pues entre ellos hay celadores y personal sanitario de Urgencias, la uci y las plantas Covid que ha destinado el centro médico a estos pacientes".
La pandemia avanza y Madrid prepara una suerte de confinamiento "de facto" según El País. A partir del lunes quedarán prohibidas las visitas a domicilio, por ejemplo. El texto es de Emilio de Benito e Isabel Valdés: "La Comunidad de Madrid, la que más se resiste a las restricciones frente al virus, se sumó ayer a las medidas que avanzan en la dirección de un confinamiento de facto. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso adelanta una hora tanto el cierre del comercio y la hostelería (a las 21.00) como el toque de queda (a las 22.00). Además, prohíbe las visitas en casa, limita a cuatro personas las mesas en restaurantes, reduce aforos y recomienda a los mayores no salir de casa y a las empresas el teletrabajo. El objetivo: bajar la incidencia (casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días), que en Madrid supera los 900. La tercera ola bate récords de contagios y se disparan las hospitalizaciones, los enfermos en uci y las muertes. Mientras, crece el temor a la cepa británica, más mortífera que la original, según apuntó el primer ministro, Boris Johnson".
Continúa la pieza: "El ritmo que ha cogido la curva de nuevos contagios --que alcanza los 904 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días--, pero sobre todo la de ingresos hospitalarios y ocupación de sus uci, ya al 130% de su capacidad estructural con 612 críticos ha podido con la resistencia del Gobierno madrileño a adoptar restricciones al nivel de las que llevan semanas implantando las demás comunidades. Las tomó ayer por la tarde y entrarán en vigor el lunes. La comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso (PP) no es ya la única con un inicio de toque de queda más retrasado que lo que permite el estado de alarma. Como en el resto de España, empezará a las 22.00 (hasta ahora era a las 23.00). Ello implica cerrar la hostelería y el resto de establecimientos no esenciales a las 21.00, reduciendo una hora. Si la presidenta había avisado el miércoles de que con ella no contaran para hundir la hostelería, su defensa del sector se queda ahora en dejarle abrir hasta las 21.00, con grupos de cuatro personas como mucho en las mesas tanto en el interior como en el exterior, sean o no convivientes. Paradójicamente, en las casas se podrán reunir el mismo número de personas pero solo si son convivientes. No se podrán recibir visitas".
En El Confidencial entrevistan al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almedia, a quien la borrasca Filemona se le ha llevado gran parte de su prestigio. Como escribían los clásicos, todo Madrid se cuestiona la actuación del munícipe durante la nevada, la helada y el deshielo. Lo más sustantivo de la pieza, excusas al margen, es la descripción de Paloma Esteban y Ángel Villarino a modo de entradilla: "Son las nueve de la mañana pero el reloj de la fachada del ayuntamiento marca las seis y veinte. Se paró en algún momento de esta semana, una de las más duras que ha vivido Madrid en años: azotada por Filomena, por la tercera ola del coronavirus, por la explosión de gas de la Calle Toledo y por un viento huracanado que ha tirado decenas de árboles. La entrevista con José Luis Martínez-Almeida arranca frente al reloj parado, en la plaza de Cibeles, donde un tronco de considerable tamaño acaba de sucumbir al temporal, venciendo la verja que rodea el cuartel general del Ejército de Tierra. Con la sensación de estar viviendo en un estado de excepción constante y con unas ojeras considerables, Almeida habla con los equipos de emergencias y repasa la situación de la ciudad".
Al alcalde se le escapa también una crítica a la Agencia Meteorológica Estatal, la Aemet, que no es precisamente la estructura de Estado más lustrosa de España. "Los partes oficiales de Aemet --y digo los partes oficiales, no los titulares de que venía la nevada del siglo-- hablaban de una nevada de 20 centímetros. Y los recibimos el mismo día, cuando ya estaba nevando. Nos teníamos que guiar con ese documento, no por lo que pensáramos o creyéramos. Más de 20 centímetros de nieve en una ciudad como Madrid era muy difícil de gestionar. Sabíamos que la situación iba a ser complicadísima, pero es que se duplicó e incluso triplicó en algunos puntos", alega Almeida.
Política catalana. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña tuvo a bien ayer ampliar la escueta explicación sobre el mantenimiento de las elecciones autonómicas para el 14 de febrero. Los magistrados alegan que es por razones de interés público, para poner fin a la precariedad institucional y que si Sanidad endurece las medidas contra el coronavirus, la Generalitat podrá aplazar los comicios. Y se remiten sus señorías al día 8 de febrero para emitir el fallo.
Al hilo, La Razón titula que "Moncloa valora que Illa siga en Sanidad hasta que el TSJC decida el 8-F". El texto viene con la firma de Ainhoa Martínez: "La doble condición de candidato del PSC y ministro de Sanidad que Salvador Illa ostenta desde que a finales de diciembre se anunciara su carrera a la Generalitat supone un elemento de distorsión añadido a la situación de inestabilidad que vive el país. Inestabilidad sanitaria, en el marco de una explosión de contagios en la que las comunidades autónomas demandan más medios y el Gobierno se los deniega, e inestabilidad política en Cataluña, donde las elecciones siguen en el limbo. Primero se suspendieron por la Generalitat, pero ahora han vuelto a fijarse en su fecha inicial, el 14 de febrero, de manera cautelar por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que, no obstante, se da de plazo hasta el próximo 8 de febrero para tomar una decisión definitiva sobre este asunto".
Y: "Esta anomalía, que implicaría que la celebración de los comicios esté en duda una vez iniciada la campaña electoral, hace que Moncloa esté recalculando sus opciones. El Gobierno ha ido modulando su estrategia electoral a golpe de resolución judicial por parte del TSJC. Si en un principio y una vez suspendidas las elecciones, Salvador Illa se mostró dispuesto a ampliar el toque de queda como le pedían las autonomías, su criterio cambió radicalmente hacia el rechazo a esta modificación del real decreto del estado de alarma cuando el Tribunal Superior de Justicia volvió a establecer los comicios el 14-F de manera provisional. En Moncloa temen el desgaste que esta medida pueda llevar aparejada para su candidato y ese cálculo electoral ha llevado a poner en cuestión ahora el propio calendario que se manejaba para la salida de Illa de Sanidad".
El Govern empieza a digerir que las elecciones serán, salvo contratiempo pandémico, el 14 de febrero y hoy ha citado a los partidos para una de esas reuniones de ordeno y mando.
23 de enero, santoral: Agatángelo, Amasio, Andrés Chong Hwagyong, Aquila, Clemente, obispo y mártir, Emerenciana, Ildefonso de Toledo, Juan el Limosnero, Mainbodo y Severiano.