Comienza el curso político con los Presupuestos Generales del Estado sobre la mesa o en el cajón, según se mire y según los medios. Moncloa se debate entre negociar con Ciudadanos o entregarse a la mayoría de la investidura, Podemos y ERC, para arbitrar las cuentas de la pandemia. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, se encuentra más cómodo en el pacto con Inés Arrimadas que en la brega con Pablo Iglesias, pero no se fía de nadie.
En El Independiente se explica que el líder socialista "busca construir la mayoría de la alarma para aprobar los Presupuestos". Esto es que Podemos quedaría relegada a un segundo plano. Nadie se cree la amenaza de los morados de salir del Gobierno y precipitar el fin de la legislatura. El subtítulo de la nota de El Independiente abunda en la idea de la nueva correlación de fuerzas: "Moncloa busca dar portazo definitivo a la mayoría de investidura para consolidar un acuerdo de 177 escaños en el que entre Ciudadanos, a pesar de las advertencias de Unidas Podemos".
El texto de esta pieza es de Ana Belén Ramos, quien escribe: "No va a ser un comienzo de curso fácil para Pedro Sánchez. Y no sólo por el coronavirus y los retos políticos que comporta para un presidente del Gobierno que el país se precipite sin frenos hacia la segunda ola de una pandemia que ha dejado casi 30.000 fallecidos en España, según los registros oficiales. En el horizonte, el líder del Ejecutivo tiene encima de la mesa el debate de una moción de censura; el frente judicial que cerca a Podemos y resquebraja los mimbres de la coalición gubernamental; la presión de un jefe de la oposición que está a la expectativa de rozar el sillón del Palacio de la Moncloa; y el difícil equilibrio en la negociación de unos Presupuestos Generales del Estado claves para afianzar la legislatura, al menos tres años más".
Sigue Ramos: "Un actor inesperado surgió en esta última cuestión. En el Ciudadanos que él presidía, Albert Rivera nunca se hubiera planteado un pacto presupuestario con Pedro Sánchez al frente de un Ejecutivo de «populistas e independentistas», una «banda», como los solía denominar. Pero la enmienda a la totalidad que hizo Inés Arrimadas a la estrategia de su antecesor ha dado un balón de oxígeno al Gobierno, y está dispuesta a prestar sus 10 diputados para que Sánchez logre aprobar sus Presupuestos, aunque con un precio: que la influencia de Podemos en las cuentas sea prácticamente nula. Las continuas advertencias de algunos portavoces de la formación morada --nunca Iglesias directamente-- caen en saco roto en terreno socialista. El PSOE no sólo mira ya a Ciudadanos sin reparos como parte de la ecuación presupuestaria, sino que lo que se busca es dar portazo definitivo a la mayoría de investidura para construir la que en Moncloa ya se denomina como la «mayoría de la alarma», en la que los naranjas tienen un asiento asegurado".
En El Mundo se ahonda en la tesis del desencuentro entre el núcleo duro del Gobierno y Podemos. El desacuerdo, dice el diario de Unedisa, es de tal naturaleza que se "retrasan sine die los Presupuestos". Escribe Marisol Hernández: "El propósito de Unidas Podemos de alcanzar un pacto específico sobre los Presupuestos Generales del Estado de 2021 dentro del Gobierno de coalición, que después sirva de base para negociar con el resto de fuerzas políticas, supondrá una demora en su presentación, cuya fecha en estos momentos ya es muy confusa. El objetivo del Ministerio de Hacienda era aprobarlos y enviarlos al Congreso cuando corresponde, es decir, a finales de septiembre, para que tras los tres meses que requieren de tramitación tengan el visto bueno de las Cortes antes de fin de año".
Continúa la pieza: "Este calendario está en el aire porque el Ejecutivo ni siquiera tiene fecha para remitir a la Cámara Baja el techo de gasto, que es el primer paso para la elaboración de los Presupuestos, previsto inicialmente para después del verano. El Ejecutivo no quiso afinar a la espera del acuerdo europeo sobre los fondos de reconstrucción, destinados a paliar el impacto de la pandemia del coronavirus, que, tras duras negociaciones, salió adelante en julio. Pero aunque finalmente hubo consenso y España recibirá el maná de la UE, Hacienda aún no tiene fecha para aprobar el nuevo techo de gasto".
En El Confidencial aportan una tercera mirada. "El Gobierno prepara un presupuesto alternativo por si falla el plan A" es el titular de la pieza de apertura que firma Carlos Sánchez y dice así: "Habrá Presupuesto. De una forma o de otra, pero habrá Presupuesto. Esta es la directriz que ha transmitido Hacienda a los ministerios, cuyos centros directivos se están reuniendo estos días para elaborar las cuentas públicas, ya sean las ordinarias --las que cada año habría que presentar antes del 30 de septiembre, aunque ya sea frecuente no hacerlo-- o unas extraordinarias, que girarán en torno a los fondos que vayan llegando de la Unión Europea (UE)".
Sigue la nota: "La idea es que esos fondos se gasten haya o no Presupuestos Generales del Estado para 2021, lo que en la práctica supone mantener la dinámica de gasto del sector público, con lo que ello supone en un contexto como el actual. La orden de Hacienda es elaborar unos Presupuestos ordinarios restrictivos, si salen adelante, mientras que la política fiscal expansiva vendrá de la mano del crédito procedente de la UE, ya sea mediante transferencias a fondo perdido o préstamos a devolver hasta 2058. De hecho, como han asegurado a este periódico fuentes autorizadas, la estrategia es incluir gasto ordinario de algunos ministerios en el plan de recuperación, lo que en el fondo supone un simple ajuste contable. En lo que hay más incertidumbre es en la vertiente de los ingresos, toda vez que están totalmente condicionados a la evolución de la economía, y esta a la marcha de la pandemia".
La Razón sirve a sus lectores una encuesta electoral que vuelve a dar alas a la izquierda a pesar de los rebrotes del coronavirus. Tras el porcentaje de voto, que aparece entre paréntesis, constan los diputados actuales de cada formación. Estos son los datos: PSOE 113/115 (26,9%) 120; PP, 105/107 (24,7%) 89; Vox, 49/51 (15%) 52; UP, 26/27 (10,7%) 35; ERC, 12/13 (3,5%) 13; Cs, 8/9 (5,7%) 10; JxCat, 8/9 (2,5%) 8; PNV, 6/7 (1.5%) 6; Bildu, 5 (1,3%) 5; Otros, 14/4 (5,7%) 12.
El análisis es Carmen Morodo y viene con el título de que "La moción de Vox da aire a Sánchez" y los siguientes subtítulos: "El PSOE gana medio punto en el último mes, lo mismo que cae el PP. Respecto al 10-N, los de Casado suben hasta 18 escaños y el bloque de la derecha supera al de la izquierda en 23 diputados por la caída de Podemos". El texto comienza así: "El PP es el partido que más retrocede con respecto a la encuesta de julio, 0,5 puntos, mientras que el resto de la derecha rentabiliza escasamente este retroceso del PP. Vox sube 0,1 puntos y Cs, 0,2 puntos. El curso político se cerró el 29 de julio con el anuncio de Vox de que presentará una moción de censura en el mes de septiembre contra el Gobierno por la mala gestión que, a su juicio, ha hecho de la crisis provocada por el coronavirus. En los últimos días Vox ha agitado la moción con el anuncio de que, contra lo dicho inicialmente, la defenderá personalmente Santiago Abascal".
Prosigue Morodo: "En las últimas semanas, en las que se ha confirmado que el verano se ha echado a perder por culpa de los rebrotes y ha vuelto la presión de la pandemia, el beneficiado en el plano demoscópico es, sin embargo, el PSOE, que después de un proceso de hundimiento paralelo a su gestión de la pandemia por el coronavirus, en este sondeo crece 0,5 puntos. Unidas Podemos se mantiene igual en porcentaje y escaños. En su conjunto la izquierda sube 3 o 4 escaños y las derechas pierden dos diputados".
Mar de fondo entre las familias posconvergentes. Puigdemont quiere acabar con el PDECat. Vuelan los cuchillos. La denuncia de Bonvehí por la apropiación de la marca JxCat ha sido respondida por el prófugo con andanadas de abandonos del partido demócrata. En La Vanguardia dan por hecha la escisión y dicen que añade inestabilidad en el Govern, aunque en la crónica de Josep Gisbert no se habla de Palau: "La escisión del PDECat es un hecho. La fractura entre los partidarios de Carles Puigdemont, aglutinados en JxCat, y la dirección del partido que encabeza David Bonvehí es total y no tiene marcha atrás. El goteo de bajas, tanto de cargos públicos como de militantes de base, ha empezado y en las próximas horas amenaza de convertirse en un reguero difícil de contener y que comprometa seriamente del futuro de la formación heredera de CDC".
Sigue la información: "El propio expresidente de la Generalitat, que hasta el día de hoy ha sido asociado del PDECat, está meditando qué hacer, en contacto con los exconsellers presos, Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn. De momento, el exconseller que sí que ha formalizado la baja es Lluís Puig, establecido en Bélgica, “por las decisiones tomadas por la ejecutiva que no se adaptan al mandato de la asamblea nacional ni del consejo nacional de transitar hacia JxCat”, según ha explicado él mismo en su cuenta de Twitter. Los mismos argumentos esgrimidos el sábado para abandonar el partido por los cinco senadores hasta entonces del PDECat, en respuesta a la decisión de la dirección de llevar a los tribunales la apropiación de la marca JxCat por parte del entorno de Puigdemont, que según cuál sea la resolución que se adopte en el juicio que tiene que celebrarse esta semana incluso podría dejar en suspenso la nueva formación creada".
Coronavirus. "Más de medio millón de parados esperan la ayuda para los desempleados que han agotado su prestación en la pandemia: "No podemos más" titula El Diario. El Gobierno se está dejando atrás pese a la propaganda oficial. Escribe Laura Olías: "Estoy sobreviviendo gracias a Cáritas, lo que me van dando", dice Jorge Becerra, de 49 años y en desempleo desde marzo. De profesión mecánico montador industrial y residente en Algeciras, es una de las personas que esperan con ansia que el Ejecutivo apruebe la ayuda para parados que han agotado su prestación durante la pandemia, como es su caso. "No tengo ningún ingreso", asegura. Antes del parón de agosto parecía que esta nueva ayuda estaba muy cerca, pero el Gobierno aún no ha enviado su última propuesta escrita a los sindicatos, que se están impacientando por el retraso. "El 1 de septiembre se suponía que tenía que estar aprobada y nosotros queríamos ver a partir de entonces cómo se podía ampliar la revisión en conjunto de la protección por desempleo, pero llega septiembre y aún no hay nada", critica Mari Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT".
31 de agosto, santoral: Aidano de Lindisfarne, Arístides de Atenas, Paulino de Tréveris y Ramón Nonato.