Pedro Sánchez ha cerrado el año con los deberes hechos. El presidente en funciones está a un paso de convertirse en presidente sin matices. Camino despejado salvo cataclismo. Sin embargo, en el juego de la oca hay una casilla muy cerca del final que le podría mandar al principio. No se trata del consell nacional de ERC, que se reúne el 2 para dar el visto bueno definitivo a la investidura, sino de la reunión de la Junta Electoral Central (JEC) del día 3 que debe tratar en principio sobre la inhabilitación de Quim Torra y la inmunidad de Oriol Junqueras.
Entre tanto, todo está listo para la unción sanchista. Los republicanos necesitan tiempo para digerir la abstención, pero nada apunta a que el consell nacional vaya a salir por peteneras. Para los socialistas, ERC es un partido fiable y la secretaria general adjunta, Marta Vilalta, ya dijo ayer que hay un acuerdo sobre la constitución de una mesa bilateral de negociación. También dijo que ellos no se fían de los socialistas, pero que es el momento de comprobar si van en serio.
Sánchez lo tiene todo atado, salvo ese consell y la reunión de la JEC, imponderables que añaden la dosis de incertidumbre que requiere todo encaje de bolillos político. En cuanto a las portadas, se dividen entre las que pronostican un cataclismo y las que certifican la proximidad de la investidura. Que Sánchez se ha vendido España es la tesis de La Razón (España por una invesidura), El Mundo (El Gobierno del insomnio) y el ABC (Sánchez claudica. Acepta todas las exigencias de independentistas y populistas para forzar su investidura). En El País acentúan el acuerdo entre socialistas y podemitas (PSOE y UP subirán el IRPF a las rentas altas y derogarán la reforma laboral); en La Vanguardia apuntan que "Sánchez exhibe su pacto con Iglesias y allana la investidura" y en El Periódico abundan en la misma idea con el titular "Investidura despejada".
En la prensa en catalán, El Punt Avui certifica que "L'advocacia fa el 'gest' i apropa l'acord PSOE-ERC" y el Ara introduce la clave de una votación futura: "Taula de diàleg i consulta sobre els acords".
Nadie duda, pues, de que la investidura es cosa hecha, salvo en el PSOE, donde recelan del retraso de ERC. Los socialistas presionaron ayer con fuerza a los republicanos catalanes con el concurso de los nacionalistas vascos, según la crónica de Claudi Pérez y Anabel Díaz en El País: "El PSOE y el PNV presentaron un acuerdo que permite el desarrollo estatutario en el País Vasco e incluso ofrece transferencias a Navarra: mensaje telegrafiado a Esquerra. Incluso Bildu se desmarcó de los republicanos y anunció que defenderá ante las bases que conviene abstenerse: nuevo gancho al mentón de Esquerra. Pero fueron el propio PSOE y Unidas Podemos (UP) quienes más apretaron el pedal del acelerador con el acuerdo de coalición progresista, medio centenar de páginas que marcarán el devenir de la legislatura. Ese programa incluye subidas de impuestos a las rentas altas y derogar buena parte de la reforma laboral —una música de marcado acento social que funciona también como reclamo para ERC—, y abre la puerta a la bilateralidad en Cataluña. El texto hace posible una mesa de diálogo fundamental para el sí de los republicanos".
Sigue la nota: "Pero al mosaico de la investidura, con los votos del PSOE, Podemos y varios partidos nacionalistas y regionalistas asegurados, le sigue faltando una tesela. Ese crescendo en los acontecimientos alcanzó su punto álgido a media tarde, con la reunión de la ejecutiva de ERC. Sin teléfonos móviles y con un cerrojazo informativo digno de un cónclave papal, los dirigentes tardaron más de tres horas en anunciar una nueva patada hacia delante: Esquerra convocó al consell nacional, que tomará la decisión final sobre la abstención el próximo jueves, 2 de enero. “Lo lógico, lo normal, lo esperable es que se abstengan”, aseguraba una alta fuente de La Moncloa tentándose los ropajes".
A la contra y en El Mundo, el titular de la crónica de Marisol Hernández es que "Pedro Sánchez subasta el Estado para lograr la investidura". De la pieza: "El acuerdo con el PNV supone una prueba más del último viraje acometido por el presidente, que en las dos últimas elecciones borró del programa las referencias explícitas a su propuesta de España plurinacional para pescar en el caladero del voto moderado. El fracaso de esta estrategia ha llevado a los socialistas a entregarse sin reservas al Gobierno de coalición con Pablo Iglesias, que arranca notables cesiones en política económica, como una nueva subida del SMI, en contra de las recomendaciones del Banco de España, y la derogación parcial de la reforma laboral, pese a las reticencias de Bruselas. Además, se pondrá en marcha una subida de impuestos, especialmente, sobre las rentas altas. El pacto con los nacionalistas vascos, tanto por el contenido como por el día escogido para su rúbrica, ha sido otro modo de cercar a los independentistas catalanes. De transmitir en público que sólo faltan ellos. (...) La guinda la puso Bildu, que anunció que propondrá a su militancia una abstención que dará a Sánchez los apoyos necesarios".
El acuerdo con el PNV es notablemente sustancioso, un "logro histórico" según la versión que firma José Mari Alonso en El Confidencial: "Son doce puntos recogidos en apenas folio y medio de extensión que ponen la alfombra roja a la agenda soberanista que demanda el PNV, que logra 'meter mano' en Navarra --donde el PSN gobierna con el aval de EH Bildu a la investidura de María Chivite-- para prácticamente vaciar de competencias a la Guardia Civil, consigue que por primera vez un Gobierno de España se preste a la oficialidad de las selecciones vascas y se asegura un viraje de los socialistas en la polémica reforma del Estatuto de Gernika de corte soberanista por el que trabaja en el Parlamento Vasco, con el reconocimiento del derecho a decidir en su articulado".
Sigue la pieza: "En el acuerdo se ratifican compromisos que ya consensuaron el PNV y el PSOE para posibilitar la llegada de Sánchez a La Moncloa tras el imprescindible aval 'jeltzale' a la moción de censura contra Mariano Rajoy en junio del pasado año. La llegada del líder socialista al poder se plasmó en un compromiso económico para acelerar la llegada del tren de alta velocidad al País Vasco, un proyecto que acumula un retraso superior a una década, y, especialmente, en el establecimiento de un calendario para el traspaso de más de una treintena de competencias al País Vasco recogidas en el Estatuto de Gernika, entre ellas la de Prisiones -el Ejecutivo dejó fuera la otra gran demanda nacionalista, el régimen económico de la Seguridad Social-".
Mientras, en ERC se aprestan a rubricar la abstención a la investidura pasadas las uvas. Todos los pronunciamientos de la dirección son favorables, según la información de Sara González en Nació Digital: ""Val la pena intentar-ho". Així beneeix la cúpula d'ERC l'acord amb el PSOE. L'entesa passa per l'abstenció dels 13 diputats republicans per investir Pedro Sánchez i el compromís del govern espanyol d'activar una mesa de negociació per afrontar el conflicte amb Catalunya. Fent oïdes sordes a les pressions que arriben des d'un sector de l'independentisme i del propi president Quim Torra, els d'Oriol Junqueras veuen en el diàleg amb el govern espanyol "l'oportunitat" per consagrar la via "realista i realitzable" cap a la independència que van aprovar fa deu dies en el seu congrés".
Quim Torra quiso descalificar el acuerdo en su discurso institucional de fin de año. Exige el presidente de la Generalitat un referéndum y que en 2020 "nos digamos la verdad". Después de años de proceso y mentiras, el matiz torrista casi pasa desapercibido. También apuntó que no acatará una eventual inhabilitación. Habrá que verlo mientras Jordi Barbeta, en El Nacional, comenta las maniobras de JxCat de cara a la sustitución de Torra: "Es busca conseller en cap i amb una certa urgència perquè la inhabilitació del president Torra pot caure en qualsevol moment i Junts per Catalunya vol mantenir el pacte de govern tal com es va establir amb Esquerra Republicana, és a dir, amb la presidència del Parlament i la segona autoritat del Govern pels republicans però amb la presidència o primera autoritat del Consell Executiu controlada pels postconvergents. Aquesta és si més no la proposta que sorgeix d’un sector de JxCat que vol situar un dels seus referents com a mínim al mateix nivell que el previsible candidat d’ERC a la presidència de la Generalitat, Pere Aragonès, en unes eleccions que inexorablement arribaran en els primers mesos de 2020".
En el plano internacional, Bolivia y España están a la greña con expulsiones mutuas de diplomáticos que quedan opacadas en el solar ibérico por los acuerdos de Sánchez.
31 de diciembre, santoral: Barbarciano, Silvestre y Zótico.