Primeras planas

El epitafio del pablismo y abusos en Montserrat

La amistad rota de los padres de Podemos. Aznar critica a Vox. Acusación de abusos sexuales en el cenobio catalanista. Mas y Montilla, mano a mano y la espía de Terricabras

20 enero, 2019 12:21

Ruptura Iglesias-Errejón. La amistad en política debe ser como una escena de amor en YouPorn. La crisis de Podemos se parece más a una trama de "Sensación de Vivir" que al típico cisma entre bolcheviques. Se trata de malos rollos entre amigos, de parejas rotas, celos, malentendidos, intrigas y querellas de niñatos, un ridículo espantoso que convirtió anoche la Sexta con Íñigo Errejón en una extensión de Gran Hermano edición parejas. Errejón estuvo de no creer, acorralado por la acusación de haber avisado a su excolega Pablo de que se daba el piro con Manuela Carmena con sólo cinco minutos de antelación. 

El fondo de la cuestión es que el casoplón de Galapagar apesta a epitafio del pablismo y Errejón ha saltado del barco cinco minutos antes de que se hunda. No es cuestión de disensos estratégicos, sino de los errores que atribuyen a Iglesias, al que acusan de dirigir el partido con sus pelotas como fuente de autoridad. El País lleva a portada el obituario de la pandilla en una crónica sin firma: "Pablo e Íñigo no eran solo amigos, como Alfonso Guerra y Felipe González, protagonistas de otro gran drama político en la izquierda española. Eran gemelos. Inseparables desde que se conocieron en la facultad de Políticas de la Complutense. No solo compartían lecturas, viajes y despacho en la universidad cuando fueron profesores. Hasta los fines de semana los pasaban juntos, en Valsaín, en la sierra madrileña. Allí dormían en un piso alquilado que pagaban entre tres parejas: la de Iglesias con Tania Sánchez, la de Errejón con Rita Maestre, y la de Ariel Jerez, profesor de la complutense como ellos, y María Guerra".

Sigue la pieza: "Juan Carlos Monedero también tenía una casa en Valsaín. Hasta Ramón Espinar alquiló durante una temporada otra encima de la de las tres parejas. Estos nombres, entonces los de un anónimo grupo de amigos de izquierdas y activistas, curtidos en batallas casi siempre minoritarias, serían más tarde claves en la historia de la izquierda española y llegarían a condicionar gobiernos".

Los amigos del PP siguen con su convención ideológica. Aznar fue el plato fuerte de la sesión sabatina. En los medios catalanes se destaca que el expresidente aboga por un 155 non stop, pero en eso no hay mayor novedad. Hay matices de su discurso entre crípticos y críticos con Vox. Escribe Juanma Lamet en El Mundo: "En un salto de pértiga de 29 años, el presidente de la Fundación Faes quiso convertir la Convención del «rearme ideológico» del PP en una efeméride histórica del partido, ligando su propia trayectoria a la del actual presidente del PP: «Hace casi 30 años un joven de 37 años, la misma edad que Pablo Casado, llegó a la presidencia del Partido Popular. Pero a diferencia de ese joven de hace 30 años, el joven de hoy, Casado, es mucho más listo y sabe mucho más de política», concedió Aznar. Para confirmar a Casado como el dirigente llamado a refundar el centroderecha, frente a las dudas internas, Aznar lanzó una durísima andanada discursiva contra Vox, un partido con el que no había confrontado tan claramente hasta ahora: «Sabemos lo que es gobernar. Estamos lejos de las modas políticas estridentes, del griterío de los alborotadores y de la arrogancia de los simplistas»".

Dadas las circunstancias, Pedro Sánchez ha decidido recurrir al humorismo como herramienta política, según destaca Rafael Méndez en El Confidencial: "El pasado lunes, Sánchez se reunió con una serie de humoristas que habían colaborado en una campaña contra la violencia machista. En la foto oficial en las escaleras que dan entrada al Palacio de la Moncloa estaban todos: Andreu Buenafuente, Marisol Aznar, Berta Collado, Luis Piedrahita, Juan Luis Cano, Don Mauro, Ernesto Sevilla, Iñaki Urrutia, Esther Gimeno y Joaquín Reyes. Sin embargo, en el vídeo que también difundió Moncloa en redes sociales hay una persona más en el grupo. Se trata de Alfredo Díaz".

Continúa la nota: "Díaz es un asesor de comunicación empleado por Moncloa que tiene un pasado de cómico, un monologuista histórico de Paramount Comedy y que fue guionista de José Mota. Militante socialista, Díaz es una de las figuras en la trastienda del gabinete de Presidencia. Su labor consiste, entre otras cosas, en salsear los discursos de Pedro Sánchez con juegos de palabras y chistes, ideas sencillas y brillantes que copen los titulares. Y lo está consiguiendo. A él se le achaca, por ejemplo, la palabra "voxonaros" con la que Sánchez se refirió a PP y Ciudadanos por pactar con Vox. Así es la nueva política".

Esto tiene cada vez más nivel. El próximo presidente del Gobierno, que sea un monologuista, Leo Harlem, por ejemplo. Alguien que suba al estrado y nos haga reír.

Cataluña. La Vanguardia ha logrado que Artur Mas y José Montilla se sienten a parlamentar sobre la situación política en presencia del director del medio, Màrius Carol. El resultado de tan apasionante experimento psicosociológico entre dos hombres no precisamente dotados de flexibilidad es el siguiente titular en portada: "Mas y Montilla defienden la mayoría de izquierdas". Esto es que Mas se ha convertido en un teórico del mal menor que advierte a su parroquia de que más vale malo conocido porque la alternativa a Sánchez son Casado, Rivera y Abascal cabalgando al galope y segando cabezas a sablazos.

Induce el siguiente diálogo Carol: 

"El pragmatismo no debería ser visto como una traición

A.M.: No, pero tampoco debería ser una obligación a cualquier precio. Todos deben moverse, no sólo los independentistas, también el Gobierno español. Y es cierto que Sánchez ha hecho gestos, pero también que hoy no hay una solución sobre el conflicto catalán sobre la mesa, y tampoco sabemos qué pasará después del juicio. No es lo mismo mantener gente en la cárcel por unos delitos que yo sostengo que son inventados que tenerlos fuera. No es lo mismo tener una solución política que pase por un referéndum en Catalunya.

J.M.: Pero que haya gente en la cárcel no depende del Gobierno.

A.M.: Ya lo sé, pero después del juicio dependerá del Gobierno.

J.M.: Dependerá de la sentencia.

A.M.: Y de la política. Cuando haya sentencia, no es lo mismo tener gente en la cárcel o no. Quizá me he explicado mal. Tiene sentido estabilizar la mayoría de socialistas y Podemos si eso lleva a una posible salida en dos sentidos: que dejen de estar en la cárcel; y dos, que haya una propuesta política que canalice un cierto entendimiento entre el soberanismo y las fuerzas representativas del Estado español.

Historias de espías. Si a Eduard Pujol le seguía, o le sigue, un hombre en patinete, a Josep Maria Terricabras, a la sazón eurodiputado de ERC, le controlaba los pasos una funcionaria con libreta. De la entrevista que le practica Andreu Barnils en Vilaweb

—"D’amics, n’heu fet?

—Bones relacions. Perquè sóc una persona a qui li costa de fer amics en el sentit profund de la paraula. Potser perquè, encara que sembli mentida, tinc un punt de retret, i m’agrada d’estar sol a estones. I, per tant, els amics que han de durar tota la vida són els qui ja tenia, o difícilment. Hi ha hagut gent amb qui he tingut molt bona relació, i gent amb qui no.

—Gent amb qui no?

—Gent amb qui no. Perquè hem passat una època duríssima, sobretot la banda independentista, aquí dalt. D’ençà del primer d’octubre de 2017 ha estat espantós. Literalment espantós. Gent del PP que ni ens mirava a la cara a mig passadís. Em van posar una persona que em vigilava. Una noia a qui vaig anar a trobar, evidentment.

—A la persona que us seguia, vau anar a saludar?

—I tant. ‘Sé que preneu nota de tot allò que jo faig.’ I vaig dir-li que l’encàrrec era absolutament idiota, perquè tot era públic. Les meves xerrades, conferències, actes. Tot.

—Una guàrdia civil, era?

—No, pobreta. Una funcionària. I li vaig dir, ‘passeu-me còpia dels vostres apunts. Jo en prenc molt malament.’ Es va posar vermella. L’anècdota divertida és que al cap de pocs dies me la trobo. Era cap a les onze de la nit, que feia una xerrada molt tard. ‘Surt a menjar una mica’, penso, ‘que si no t’adormiràs.’ I me la trobo, asseguda en una terrassa amb una amiga. I li dic, ‘ui ara. Ara la faré grossa, eh. Molt fort serà això d’avui. Ja pots prendre’n nota.’ I em diu, ‘i a quina hora serà?’ I dic, ‘a les onze’. I em respon, ‘ah no, jo només en horari laboral’.

—Ha ha!

—Molt funcionària. Em diuen que ja no hi és. Ja no la veig. L’han portada a no sé on. Potser a seguir-ne un altre. Això ara ens ho prenem així, oi, però és dur".

Terrible. Una represión durísima.

Pederestia en la Iglesia. Las acusaciones llegan al cenobio de Montserrat, cuna espiritual del catalanismo. La curia local guarda absoluto silencio, como si la "glasnost" vaticana no fuera con ellas. Portada de El Periódico: "Montserrat tapó durante años abusos sexuales". Firma el texto Guillem Sánchez: "El Monasterio de Montserrat ocultó los abusos sexuales que cometió el monje Andreu Soler a finales de los 90, según ha relatado a El Periódico su víctima, Miguel Hurtado. Soler es el fundador del movimiento escolta de la abadía, Els nois de servei, y fue su responsable durante 40 años. El monasterio, que llegó a pagar 7.200 euros de terapia psicológica para esta víctima, nunca denunció los hechos. Soler falleció en el 2008 y, un año antes, la abadía le rindió homenaje con la publicación de un libro con sus memorias, Escoltisme i Montserrat (L'Abadia de Montserrat, 2007)".

Continúa la pieza: "El portavoz de Montserrat, Bernat Juliol, admite los hechos con matices. Asegura que Soler "jamás confesó los abusos" y que no aparecieron "otras víctimas" que permitieran confirmar su relato. Niega asimismo que se actuara de este modo para disuadir a Hurtado de que denunciara el delito y mantiene que en todo momento trató de "ayudarle". En el 2016, Montserrat comunicó al Vaticano que existía esta denuncia y la Doctrina de la Fe respondió, según la abadía, que había obrado “bien”. El Vaticano, no obstante, no se puso en contacto con Hurtado para averiguar su versión de lo sucedido".