Santiago Abascal, el líder de Vox que abrirá una sede en Tarragona, en una imagen de archivo / CG

Santiago Abascal, el líder de Vox que abrirá una sede en Tarragona, en una imagen de archivo / CG

Política

Fiscalía cree que algunos mensajes de Vox podrían alentar el discurso de odio

Precisa que los mensajes de Abascal no son, en sí mismos, delictivos, pero sí provocarían que otros ciudadanos sí infrinjan el Código Penal

19 enero, 2019 13:05

El fiscal delegado para los delitos de odio, Alfonso Aya, ha alertado de que algunos mensajes lanzados por Vox en temas como la inmigración podrían servir de aliento al discurso del odio al abrir la puerta a que se lancen consignas que representen un ataque contra colectivos minoritarios.

Precisa el representante del ministerio público que los propios mensajes del partido de Santiago Abascal no son constitutivos de un delito de incitación al odio, sino que estos pueden dar pie a pensar que estamos "en un campo abierto" donde todo vale.

Colectivos a proteger

Aunque algunos ciudadanos reaccionan en contra de los mismos, otros sin embargo actúan "dando consignas que sí que pueden suponer un ataque a los colectivos que se trata de proteger", explica Aya a la agencia EFE. Un escenario donde se abren "las puertas hacia un terreno desconocido" en el que pueden proliferar mensajes amenazantes contra grupos vulnerables que representen un verdadero riesgo para su integridad.

El fiscal apela a la responsabilidad de unos políticos que, por otra parte, utilizan de forma "espuria" y "partidista" la figura de los delitos de odio como arma arrojadiza contra sus rivales. Y no solo por parte de los partidos, sino también por asociaciones, algunas de ellas religiosas, que interponen una denuncia ante "cualquier manifestación antirreligiosa", con la que consiguen que "el denunciado sea llamado a declarar" y que luego todo quede en agua de borrajas.

Una excesiva judicialización de todo

Para el fiscal, el problema está en que hay "una excesiva judicialización de todo" y aunque a veces los propios políticos se quejan de la misma, luego son ellos quienes involucran a la Justicia y a la Fiscalía en la resolución de problemas cuya respuesta debería ser otra. "De alguna manera la sociedad debería responder con respuestas no penales" a determinados asuntos que no revisten tanta gravedad, como por ejemplo, con infracciones administrativas.

Lo que realmente preocupa al responsable de la Fiscalía en la lucha contra los delitos de odio son las manifestaciones de los responsables políticos contra determinados tipos de campañas. "¿Es legítimo que un partido diga que los inmigrantes nos están quitando trabajo o están colapsando los servicios sociales? Oye, pues esto será cierto o no pero no puede considerarse delictivo". Pero "como lo que se haga es atacar, decir que son los responsables de la delictividad" o lanzar una campaña en la que se "fomente el odio respecto de ellos, esto sí que puede ser constitutivo de delito".