Pedro Sánchez está solo. Dice que no le temblará el pulso si la escena catalana persiste en la insurgencia institucional. No encuentra ni interlocutores ni complicidades entre los partidos nacionalistas. El procesismo está fuera del control de las formaciones. Depende de individuos extramuros de la política tradicional. Puigdemont, Torra y Artadi no militan. Se manejan al amparo de las fantasmagorías de la Crida y el Consejo por la República, cuyo latido orgánico es nulo. ERC no carbura. Depende de personajes sin relieve, criterio y fuelle, oriolitos a falta de un hervor político. Roger Torrent, Pere Aragonés, Sergi Sabrià y Marta Vilalta están desbordados. Tardà y Rufián son un chiste. Las ocurrencias de Puigdemont y Torra pesan más que los afanes tecnócratas del desnortado Aragonès, que no sabe por dónde le da el aire. Tampoco ayuda la hiperventilada retórica de Sabrià, sus juegos florales en el Parlament. Que se le agota la paciencia, ha proferido. Vale, colega.
La desunión independentista arrastra todo lo que toca. Los republicanos son incapaces de frenar las soflamas de Torra, un boceto de interino, un desolador vacío, la prueba, siendo benévolos, de que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Ni siquiera obtiene un mínimo respeto de los partidarios de la causa. Escribe Tian Riba en El Nacional: "Setmana horribilis que, de passada, complica el desgel amb l’Estat que entre Carmen Calvo i Elsa Artadi estaven teixint. I, sí, amb l’opinió publicada ofesa i la pública desconcertada, Torra va marxar a Montserrat a fer un dejuni, permetent de passada que es caricaturitzi la vaga de fam dels presos. No és senzill aconseguir tant en tan poc temps. Com tampoc va ser un encert, per cert, la Caputxinada del pont. Trobar l’equilibri entre la folklorització i la reivindicació mai havia estat tan difícil. I, sí, ja s’ha dit que Torra no és un polític, que és un activista, però que té assessors, i que la culpa no és seva, que la responsabilitat primera és de qui el nomena... Tot això ja s’ha dit". Propone a Valverde, el entrenador, como presidente. Así están las cosas.
La única señal de vida del Govern es la estupefacción ante el propósito de Sánchez de sentar sus reales por un día en Barcelona. Los nacionalistas creen que en Cataluña rige la ley de los bares, el cartel de "reservado el derecho de admisión" y que el paisito es suyo. Hasta la consejera de empresa se apunta a la tesis. El Consejo de Ministros es una "provocación", sostiene Àngels Chacón. Los empresarios, comerciantes y hosteleros que aguantan el tirón están hasta los dídimos de un Govern atenazado por el discurso insurrecto de quienes deberían proporcionar seguridad, estabilidad y unas mínimas garantías para el intercambio de bienes y productos.
Todo son pegas y palos en las ruedas. Queda en evidencia que la Generalitat es incapaz de controlar el orden público. Hasta los Mossos d'Esquadra, humillados por sus máximos responsables políticos, protestan en las calles. Quieren cobrar lo mismo que los Bomberos, que también se quejan. Son la guardia de lujo de los prebostes autonómicos, pero denuncian que las mangueras tienen agujeros. La administración autonómica hace aguas. Está en manos de unas gentes que no saben lo que se traen entre ellas. Les deben dinero a los empleados públicos y pretenden construir una república. A veces dan lástima. Son la peor generación del nacionalismo.
Cataluña se aboca irremediablemente a un estallido el 21D. Los Mossos ponderan contraer la gripe y todo son pegas. El último reproche es que la Llotja de Mar es como Mogadiscio en la cinta Black Hawk derribado. Escribe Maika Navarro en La Vanguardia: "La confirmación oficial de que la reunión del Consejo de Ministros del 21 de diciembre se celebrará finalmente en la Llotja de Mar llegó mientras los Mossos d’Esquadra elaboraban contra reloj un informe para detallar la complejidad que en materia de seguridad representa precisamente esa ubicación. El documento debía entregarse a la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, pero no hizo falta. La cita ministerial se celebrará en pleno centro de Barcelona, un viernes de arranque de las vacaciones de Navidad, y en un enclave cercano a algunas de las principales vías de comunicación como son la ronda del Litoral o la Via Laietana. Distintos mandos de la policía catalana asumían ayer que el dispositivo de seguridad pondrá a prueba la capacidad de los Mossos de garantizar la seguridad de un acto que decenas de plataformas han anunciado su intención de boicotear, paralizando Cataluña".
Dadas las circunstancias, el Ministerio de Interior prepara un notorio despliegue de guardias y policías. Apunta José María Olmo en El Confidencial: "Las Fuerzas de Seguridad del Estado trabajan con la hipótesis de que los Mossos d'Esquadra no intervengan para disolver las protestas y los cortes de comunicaciones que han anunciado los sectores más radicales del independentismo para impedir que el gabinete de Pedro Sánchez pueda reunirse en la Ciudad Condal. (...) Interior baraja ya el envío a Barcelona de 1.000 efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, en su mayoría pertenecientes a las unidades antidisturbios de ambos cuerpos. Ya se ha comunicado el traslado de grupos de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional con base en Galicia, Valencia, Navarra y Sevilla, y en las próximas horas serán activados agentes de otras demarcaciones. Asimismo, ya se ha efectuado un refuerzo de los servicios de información para tratar de anticipar los movimientos de los radicales y testar el apoyo con el que cuentan".
Torra no colabora. Se niega a llamar a la calma. Al presidente del Gobierno los dedos se le hacen huéspedes. Los barones y alcaldes socialistas le piden mano dura. Asegura que la vicepresidenta Carmen Calvo no se entera. De la crónica de Ainhoa Martínez en La Razón: "Sin citarlo (el 155), Sánchez sí recurrió a la advertencia tradicional de que se responderá de forma «firme, serena, proporcional y contundente» en caso de que se produzca el quebranto de la legalidad por parte del independentismo. Nada más, excepto palabras gruesas. De hecho en Moncloa existe satisfacción por lo que consideran una «rectificación» de la Generalitat, al responder a las misivas remitidas por el Gobierno apuntando que garantizarán la seguridad. No obstante, mientras Sánchez advertía en el hemiciclo de que de no hacerlo, el Ejecutivo desplazaría a Cataluña «un número suficiente» de efectivos de Guardia Civil y Policía Nacional, la vicepresidenta asumía que el Govern ya ha garantizado «como corresponde» la futura actuación de los Mossos".
Continúa el texto: "No se muestran tan convencidos los barones territoriales del partido, que buscan de manera incansable marcar distancias con el discurso gubernamental de cara a sus citas con las urnas en mayo, rebelándose contra la estrategia impuesta por Moncloa. En esta tarea se afanó ayer el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, cuando –en una entrevista en Onda Cero– dejó abierta la puerta a la ilegalización de los partidos soberanistas. (...) Page considera que hoy por hoy no se dan las condiciones de «ruptura constitucional» para aplicar el artículo 155, pero otros dirigentes, como el presidente de Aragón, Javier Lambán, sí demandan una intervención activa del Gobierno en Cataluña sí vuelven a producirse incidentes como los ocurridos durante el fin de semana a manos de los CDR".
Borrell asoma en la portada del ABC. El ibuprofeno ha fracasado en Cataluña. Escribe Enrique Delgado Sanz en el diario conservador: "«Al Gobierno se le acusa de condescendencia con quien se llama “sus socios”». «Pongamos las cosas en su sitio», comenzó su alegato Borrell, que continuó: «Este es un Gobierno que ha llegado por una vía constitucional que no es la clásica, la moción de censura. Los que votaron la moción votaron contra el Gobierno, no a favor del entrante. Eso hay que tenerlo claro». El ministro, en esta línea, ha insistido en que el Gobierno «no tiene hipotecas» con los soberanistas por facilitar el cambio en La Moncloa. Y justo ahí, en el tejado del hogar del presidente Sánchez, está la pelota del problema secesionista: tolerar más desafíos de la Generalitat o seguir aplicando «ibuprofeno». De momento, el dolor de cabeza y la fiebre no bajan. Al contrario".
Internacional. La prensa reporta que Theresa May ha sobrevivido a la moción de confianza instada por una parte de su grupo. Dicen que tiene "cojones de acero". Sigue en paradero desconocido el terrorista de Estrasburgo.
13 de diciembre, santoral: Auberto, Eustracio, Lucía de Siracusa y Otilia.