La izquierda no suma y la próxima crisis
En cinco años habrá otra recesión, opina la mayoría. El precio del ladrillo en Madrid y Barcelona vuelve al nivel de 2007. Pisos para desahuciados y amargo sondeo para Sánchez
11 noviembre, 2018 12:11Pesimismo y desconfianza. "No future". "El 82% de los españoles prevé otra crisis económica antes de cinco años" titula El País en portada para dar los buenos días al radiante domingo del veranillo de San Martín. Nadie espera nada de la política. Más bien lo contrario. Según el sondeo del diario de Prisa, el pueblo acusa a la clase política, a la banca y a los gobiernos de ser los causantes de todos los males pasados, presentes y futuros, que no serán pocos. También sale mal parada la Unión Europea. A la gente no le gusta el término "austeridad".
Del texto del referido diario: "La Gran Recesión que estalló hace una década es la crisis de las mil caras y puede que aún tenga una vida extra: la gran mayoría de los españoles temen la llegada de una nueva crisis en el medio plazo. El 81,7% de los encuestados están convencidos de que España sufrirá una tercera recesión (tras las de los años 2008-2010 y 2013); casi una cuarta parte lo da por seguro (23,2%). Los votantes del PSOE, sin embargo, son algo más optimistas y ese porcentaje se queda en el 15%".
Como no hay más que imaginarse una catástrofe para que tal cosa suceda o vuelva a suceder, el mercado inmobiliario comienza a emitir señales inquietantes, según la crónica de apertura de El Confidencial: "La recuperación (inmobiliaria) ya es todo un calentón. El precio de la vivienda en Madrid está a las puertas de los máximos de 2007. Lo que parecía imposible, es una realidad... Así lo recoge un informe de Anticipa Real Estate, que prevé incrementos de la vivienda en la capital de dos dígitos este año y el que viene. En concreto, asegura que la vivienda se encarecerá un 10,2% en 2018 y un 11,5% en 2019, subidas que duplican los porcentajes que los expertos consideran sostenibles. (...) En Cataluña, otro de los puntos calientes del mercado español, se observan aumentos de en torno al 9% durante el próximo año y eso pese a la delicada situación política catalana, que ha tenido un impacto negativo directo en un mercado inmobiliario -el de Barcelona- que, hasta hace un año, iba viento en popa en cuanto a transacciones y precios".
España es un inmenso tablero de "Monopoly". Tener un piso en propiedad es el sueño de millones de personas, una especie de carta de ciudadanía de obra vista y primeros acabados. Ni el mercado de alquiler ni la política en torno a la vivienda contribuyen a frenar la recurrente fiebre del ladrillo. Es todo lo contrario porque la cuota hipotecaria media es más baja que el precio medio de los alquileres, entre otras razones de toda índole.
Como en materia de Educación, todos los Gobiernos aspiran a imprimir su sello en la tragedia de los pisos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saborea las mieles del éxito de su reacción hipotecaria. Ayer presidió su primer Comité Federal como inquilino de la Moncloa, dedicado a sacar pecho. Del texto de Manuel Sánchez en Público: "Pedro Sánchez indicó que hay un gobierno "preparado, paritario, competente y europeísta" y puso en valor muchas de las reformas que ha impulsado en estos meses, aunque no olvidó su último Real Decreto sobre el impuesto de las hipotecas: "La sociedad española fue solidaria con la banca, y la solidaridad es recíproca", dijo".
O sea que el impuesto de actos jurídicos documentados de 1995 es ahora el trampolín de una nueva era en materia hipotecaria para compensar que a la sociedad española no le quedó más remedio que "solidarizarse" con el despelote inmobiliario, la bancarrota de las cajas de ahorro y el desplome de los bancos.
Pero Sánchez no se va a quedar en endosar el dicho tributo (del que están exentos el Estado, la Iglesia los partidos y entidades de todo tipo, incluida la ANC) a los bancos, sino que alentado por su socio Pablo Iglesias tiene un plan para redimir a los desahuciados del futuro, según explica Carlos Cuesta en Ok Diario: "El Gobierno quiere reconocer el derecho a vivienda social de los desahuciados por impago. Tras haber desautorizado al Tribunal Supremo por dar la razón a los bancos en el pago del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, ahora el Ejecutivo quiere sacar adelante junto con Podemos una ampliación del derecho de vivienda para todos los desahuciados que sean expulsados del piso".
Sigue la nota: "A todos ellos les quiere garantizar una vivienda social, algo que puede disparar no sólo las necesidades presupuestarias de dotación del parque de viviendas sociales sino que, además, puede disparar las situaciones de impago falsas para acceder de forma prioritaria a una vivienda de estas características. En el PSOE lo denominan “dotar de contenido el derecho a la vivienda mediante la previsión de obligaciones concretas para los poderes públicos, especialmente en casos de desahucio”. Y es que pretenden llevar la reforma hasta la Constitución, algo que haría muy difícil darle marcha atrás en caso de lograrlo".
Viento de cola en las expectativas del presidente. Los políticos tienen la culpa de todo, pero a alguien hay que votar. La Vanguardia presenta una encuesta que predice una amarga victoria de Sánchez, que no lograría formar mayoría con Podemos. Analiza los resultados del sondeo Carles Castro: "El PSOE lidera la intención de voto en unas eventuales elecciones generales con una estimación cercana al 27% de los sufragios (cuatro puntos más que en las elecciones generales), mientras que el PP pierde un tercio de su capital electoral y desciende a poco más del 22%, en un apretado empate con Ciudadanos. Esta es una de las principales conclusiones de un sondeo de GAD3 para La Vanguardia, realizado entre los días 2 y 7 de noviembre. (...) De acuerdo con la encuesta, Ciudadanos habría caído ahora en más de cinco puntos con respecto a sus expectativas de marzo pasado, pero casi duplicaría su estimación de voto con relación a las generales de hace dos años (del 13%, entonces, a casi el 22%, ahora) y de ahí que empate hoy con el PP. Finalmente, Podemos, que en marzo había sufrido un descenso de más de cuatro puntos con respecto al resultado del 2016, parece haber cortado esa sangría desde su papel de principal aliado parlamentario del gobierno y mantiene la misma estimación de hace seis meses pese al simultáneo ascenso de los socialistas. Estos últimos explican su avance básicamente a partir del trasvase de uno de cada cinco antiguos votantes de Iglesias (o del PDECat en Catalunya)".
Cataluña. Va un hombre con una bandera de España en el Metro y le parten la cara. El tipo llevaba una sudadera de un grupo musical neonazi, pero advierte que al portar el abrigo abrochado no se podían apreciar las letras góticas y símbolos cafres de la prenda. O sea, que no le atizaron por facha sino por español, cosa que no es sinónimo de lo primero a pesar de lo que digan Toni Soler y Agustí Colomines. Venía el lesionado de la manifestación de Jusapol, el sindicato policial por la igualdad salarial, que un grupo de CDR intentó boicotear. Cargas de los Mossos, protestas nacionalistas e intervenciones políticas subidas de tono.
El vicepresidente Aragonès, por ejemplo, en plan constructivo, llamando "delincuentes" a los policías anti-referéndum. Texto de La república: "El vicepresident del Govern i conseller d’Economia, Pere Aragonès, s’ha refermat en qualificar com a “delinqüents” els membres dels cossos de seguretat de l’Estat que van actuar l’1-O i ha afegit que “els pitjors delinqüents” són aquells qui van enviar els policies a les escoles, que “encara no han estat jutjats, però que seran jutjats”. Ho ha expressat en un acte de campanya per les municipals d’ERC a la plaça de la Virreina, a Gràcia (Barcelona) aquest dissabte al migdia. (...) “Si no ens van aturar l’1-O amb les seves porres i amb les seves actuacions, es pensen que ens aturaran amb una denúncia i amb amenaces?”, ha preguntat".
La contribución de Torra a la concordia viene en la entrevista que firma Marta Lasalas en El Nacional y en la que el presidente de la Generalitat afirma que "a mí no me destituirá ningún 155" y se pregunta "¿qué hará Sánchez para sacarme?". Todos los puentes con el Gobierno están rotos, pero los fructíferos contactos bilaterales siguen su curso, reconocen todos los actores. Torra aspira a que la reunión en diciembre con Sánchez no sea sólo para tomar café.