Sanidad avala la tesis catalana y estudia retirar las mascarillas en el transporte público

Transporte público sin restricciones. La mascarilla dejaría de ser obligatoria en trenes, metro, autobuses o tranvías si el Ministerio de Sanidad finalmente avala su retirada, como ha sucedido en otros países europeos.

Sanidad avala así la tesis catalana anunciada hace tan solo unas semanas por el consejero de Salut, Josep Maria Argimon. “Sería bueno recomendar la mascarilla en el transporte público. Es probable que en otoño la necesitemos, creo que es mejor irlo modulando”, manifestó el dirigente propuesto por JxCat durante la presentación de la sede del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) en L’Hospitalet de Llobregat.

Josep Maria Argimon, consejero catalán de Salud, en la UCE / Cedida

Petición de varias autonomías

El Ministerio, según ha avanzado La Vanguardia, decidirá esta semana si cambiar la obligatoriedad del tapabocas en el transporte público por una recomendación. Esta medida, que acerca a España a países como Reino Unido que eliminó restricciones el 18 de marzo, se debatirá durante la reunión del Consejo Interterritorial de Salud, mañana, y el jueves, en la Comisión de Salud Pública.

Sin embargo, y pese a que Cataluña fue una de las primeras en solicitarlo abiertamente, no fue la única. Lo han pedido otras autonomías, como Madrid o Castilla y León, así como expertos en salud pública que consideran la situación epidemiológica actual estable, con escasa incidencia en hospitales y unidades de cuidados intensivos (uci).

Varios pasajeros en el transporte público con mascarilla / EFE

Mascarillas en hospitales y residencias

Los tapabocas, no obstante, no dejarían de ser obligatorios en algunos casos y situaciones. La recomendación que pretende acometer Sanidad para el transporte público llega después de meses en los que se ha visto un cumplimiento cada vez menor en trenes de Cercanías y metro por parte de los usuarios, pero en lugares donde la propagación del Covid-19 supone un riesgo se deberá seguir utilizando.

En los centros de salud, hospitales y residencias se mantendría la mascarilla. Lo que no está claro es si seguiría siendo de uso obligatorio en farmacias, pese a que forman parte del colectivo sanitario pero funcionan, en muchos casos, como un comercio más al uso. Todo ello dependerá del desarrollo epidemiológico en los próximos meses y la aparición o no de nuevas variantes, así como la efectividad de todas las vacunas inoculadas.