Rodalies: caos, aglomeraciones en estaciones y trenes fantasma a un día del abono gratuito de Renfe
Las tormentas históricas en Cataluña han interrumpido la circulación de la línea al aeropuerto de El Prat, lo que ha provocado demoras de casi dos horas
31 agosto, 2022 23:17Estación de Paseo de Gràcia, Barcelona. 21.23 horas. El primer tren de Rodalies para en una estación atestada de viajeros. El andén está a punto de colapsar ante el gentío que espera a que pase un convoy de la R2. Esta parada de la capital catalana es, además, la principal para todas las líneas que conectan con el sur de la costa barcelonesa y el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. Muchos llevan ya más de dos horas de espera ante unas pantallas que han quedado paralizadas en las 19.54 horas con el aviso de demoras.
“Menos mal que mañana es gratis”, ironiza Carmen, una de las pasajeras que vuelve de trabajar de Barcelona y lleva desde las siete y media de la tarde sentada en el andén. La medida del Ministerio de Transportes que dirige Raquel Sánchez (PSC) ha beneficiado a muchos usuarios frecuentes del Rodalies, que se han acogido al descuento. Aunque las incidencias son recurrentes, especialmente en la R2 Sud.
En esta ocasión, el temporal ha interrumpido la circulación entre la grandiosa estación de El Prat de Llobregat --que el exalcalde Lluís Tejedor se encabezonó en que el Ministerio la proyectase para que parara un AVE inexistente-- y la Terminal 2 del aeropuerto. Esto ha provocado retrasos reales de más de dos horas, aunque las afectaciones oficiales de Adif en la línea hayan sido de tan solo 60 minutos.
Problema estructural y solución “corta”
La mayoría de las incidencias de Renfe, operador de Rodalies de Catalunya, se deben al estado de la infraestructura, que compete a Adif. Las lluvias --en este caso el fenómeno ha sido externo y extremo-- han anegado la vía única por la que discurre el convoy hacia las pistas pratenses, lo que ha hecho colapsar la línea R2 Sud y ha creado el caos en las estaciones.
Aunque es de esperar que en una planicie tan pronunciada como es el delta del Llobregat se acumule agua --más con la prevención del plan Inuncat presente-- muchos viajeros han quedado perplejos ante la llegada del tren con dirección a Sant Vicenç de Calders, con parada en todas las estaciones, cuando ha irrumpido en el andén de Paseo de Gràcia.
“Encima es un tren corto”, gritaban algunos de los allí presentes, mientras corrían andén abajo para poder entrar por fin al convoy. La serie 450 de Renfe, de dos pisos y tan solo tres vagones, tardó unos minutos en quedar con el aforo prácticamente completo. Pero aún faltaba llegar a Sants, estación central de la Ciudad Condal.
Media hora en Sants
El Cercanías hacía entrada en los singulares andenes blancos de Sants. La gente estaba más tranquila y la agonía y desesperación por estar a más de 30º en el andén iban en descenso. Una muchedumbre similar a la de Paseo de Gràcia abría las puertas y entraba como podía en un vagón atestado. Se agolpaban y las puertas no cerraban. Los operarios de Renfe evaluaban con walkie talkies todo el perímetro del andén. Miraban entre los cristales para ver si había hueco en el interior. No había suficiente espacio.
Muchos decidieron bajarse en Sants, mientras otros intentaban abrir desesperados las diminutas ventanas, que por seguridad permanecen cerradas. A las 21.46 horas, el tren arrancó. “Ahora a ver cómo salgo cuando llegue a mi parada…”, se preguntaba uno de los jóvenes que estaba sentado en la planta inferior del convoy fabricado entre Alstom y CAF.
La ruta fue menos tortuosa en las siguientes estaciones y la serie 450 de Renfe avanzaba. Si bien muchos entendían la excepcionalidad de las lluvias e ironizaban con el abono gratuito del Gobierno que entra en vigor este 1 de septiembre, el caos se adueñó del Rodalies a tan solo unas horas de su día grande.