Carles Puigdemont entre el presidente Pedro Sánchez, Quim Torra y Pere Aragonès / CG

Carles Puigdemont entre el presidente Pedro Sánchez, Quim Torra y Pere Aragonès / CG

Política

Puigdemont toma el mando de la mesa del diálogo para cargársela

La imagen dialogante de Sánchez desmonta el discurso antiespañol de Waterloo, mientras que sectores del PP admiten que el socialista “es más listo que Zapatero, promete poco y defraudará menos"

8 febrero, 2020 00:00

Un error táctico que ahora intenta corregir con un memorial de agravios. Empeñado en cargarse a ERC, Carles Puigdemont llamó a rebato a los dirigentes de Junts per Catalunya en Bruselas con la finalidad de preparar la reunión entre Quim Torra y Pedro Sánchez. No calibró que el presidente español acudiría con un discurso muy bien preparado, tanto en el contenido --44 propuestas que en su día rechazó el Gobierno del PP-- como en la forma --su actitud dialogante desmontó la imagen de una España franquista y demófoba--.

Conscientes de que el líder socialista, sin hacer concesiones a las reivindicaciones independentistas, ganó la batalla de la imagen, los duros de Puigdemont han dado orden de pasar al contraataque con un acto de reafirmación neoconvergente que se celebrará hoy en el Born Centre Cultural --el propio Puigdemont intervendrá-- y los preparativos de la comisión bilateral centrada en incumplimientos, agravios y déficit históricos hacia Cataluña.

"Más hábil que Zapatero"

Incluso sectores del PP que, junto a Ciudadanos, pretendían utilizar la cumbre de ambos presidentes para arremeter contra la supuesta sumisión de Sánchez al independentismo, reconocen que Sánchez “es más hábil que Zapatero. El presidente actual promete poco. Por tanto, tiene más capacidad para no defraudar”.

El independentismo más intransigente se encuentra en plena resaca tras la reunión mantenida el jueves entre ambos presidentes, sin incidentes en las calles, a pesar de que Tsunami Democràtic y los CDR habían amagado con boicotear la visita del mandatario español. De esta cita salió el compromiso de celebrar una comisión bilateral Estado-Generalitat y la mesa de diálogo este mismo mes de febrero.

Erosión de JxCat a ERC

Junts y ERC se disputan el liderazgo de esa mesa, en la que se deben abordar las vías de solución del “conflicto político” que el Gobierno, a instancias de los republicanos, reconoce que hay en Cataluña.

Así, mientras Torra y Puigdemont intentan relegar a los republicanos en ese foro de presidentes, el ejecutivo español se encomienda a la sentencia firme de la sala penal del Tribunal Supremo contra Torra para dejar en suspenso, cuando menos, las consiguientes reuniones de trabajo que sucedan a la primera. Reuniones condenadas al fracaso, como JxCat subrayará a modo de erosión preelectoral de sus todavía socios de ERC en el Govern.

Acto de reafirmación neoconvergente

Dicho de otra manera, los neoconvergentes intensificarán en los próximos días su acoso y derribo a “un diálogo vacío”, pilotado por Puigdemont, quien hoy mismo escenificará ese liderazgo en un acto político denominado A Punt organizado por JxCAT y que se celebrará en el Born Centre de Cultura i Memoria de Barcelona. Asistirán cargos electos y miembros del Govern, el presidente Torra y el propio Puigdemont, que intervendrá mediante videoconferencia.

Torra ya intentó ayer recuperar el terreno perdido en la reunión del jueves encargando al consejero de Acción Exterior, Transparencia y Relaciones Institucionales, Alfred Bosch, que convoque la comisión bilateral Generalitat-Estado lo más pronto posible. Pero las directrices dadas por el president evidencian la voluntad de seguir la senda de la confrontación, pues quiere tratar “los incumplimientos, agravios y déficit históricos hacia Cataluña”.

Memorial de agravios

Queda claro, por tanto, que ante la incapacidad de reaccionar ante los 44 propuestas de Sánchez, los duros de Puigdemont arremeten con un memorial de agravios con el que dinamitar esa reunión sectorial, mientras que en la mesa de diálogo, los neoconvergentes insisten en plantear el derecho a la autodeterminación, la amnistía de los presos y la necesidad de un mediador.

Todo ello fue rechazado por el presidente socialista en su periplo catalán que, según admiten fuentes soberanistas, desmontó la idea de que el Gobierno “es un muro con el que no se puede hablar. ¿Quién puede asegurar, tras ver a Sánchez, que España es una dictadura, que mantiene actitudes franquistas?” Si el món ens mira, como dicen los independentistas, también lo hace para analizar el comportamiento de Sánchez.

"Sánchez llegó con los deberes hechos"

¿Radicalidad independentista frente a un presidente dialogante? Las mismas fuentes reconocen que, cuando menos, “el líder del PSOE llegó al Palau con los deberes hechos, no así Torra”. Es precisamente esa imagen, la de un ejecutivo renovado y más razonable que sus predecesores del PP, es la que intentaba evitar Puigdemont, pues dinamitaba su propaganda contra el “Estado opresor”. Desde su fuga y posterior debut como europarlamentario, Puigdemont se ha dedicado a divulgar la imagen de una España demófoba que no se corresponde con lo ocurrido el jueves.

De cómo se debía afrontar la reunión entre Sánchez y Torra versó el encuentro que el grupo parlamentario mantuvo en Bruselas con el de Girona el pasado lunes. La consigna principal, según fuentes conocedoras de la reunión fue evitar que ERC se lleve los réditos de esa mesa de diálogo. Pero no profundizaron en cómo anticiparse a la oferta del socialista, lo que se ha revelado como un enorme error táctico. Una oferta de 44 puntos que, efectivamente, se ciñó a los canales estrictamente autonómicos.