Representantes de la nueva izquierda: Jaume Asens acompañó a Ada Colau al Tribunal Supremo para asistir a una de las sesiones del juicio por el 1-O / EFE

Representantes de la nueva izquierda: Jaume Asens acompañó a Ada Colau al Tribunal Supremo para asistir a una de las sesiones del juicio por el 1-O / EFE

Política

El riesgo de Podem de reproducir el "error histórico" de la izquierda en Cataluña

La nueva izquierda que eclosiona tras la crisis de 2008 está reproduciendo alguno de los esquemas de la "vieja izquierda" que puede penalizarles electoralmente

19 marzo, 2019 00:00

La elección de En Comú Podem de un candidato a las elecciones generales de marcado perfil independentista como es Jaume Asens ha provocado la primera división en el seno de la formación. El senador Óscar Guardingo ha anunciado su decisión de renunciar a estar en la lista por no compartir el carácter independentista de la candidatura.

En la decisión de Guardingo pesa también el hecho de que siendo el ganador de las primarias en Cataluña, la lista electoral definitiva le destierra al puesto número 11, sin posibilidades reales de salir. No obstante, su arrinconamiento responde también a la división identitaria o de clase en el seno de la formación.

Esta nueva izquierda que toma conciencia tras la crisis de 2008 --y con el movimiento de los indignados del 15M-- está reproduciendo alguno de los esquemas de la “vieja izquierda” española. Así lo considera el histórico dirigente del PSC, Julio Villacorta, que ve en la situación actual similitudes con lo que sufrió en su momento el PSC con el catalanismo. Vilacorta fue miembro de UGT y militó en el PSC de 1976 a 2006, cuando dio el paso a UPyD.

Alianza con la burguesía periférica

“Uno de los errores históricos de la izquierda española ha sido creer que el enemigo a batir son las clases dominantes del Estado. Y en esta lucha ha valido todo, como las alianzas con las burguesías periféricas”, explica en conversación con este medio.

La elección de Asens contra las mismas bases del partido y alterando el orden de las primarias ha respondido a los intereses de la cúpula del partido de priorizar el independentismo a la agenda social. Hay que recordar que, como publicó Crónica Global, Asens logró más votos en blanco que a favor para ser el candidato de los comuns al Congreso de los Diputados.

“La élite de Sarrià”

En los primeros años de Podem, el secretario general de la formación morada, Pablo Iglesias, junto a su entonces número dos Íñigo Errejón, trataron de reconfigurar esta alianza histórica y promovieron el discurso de la izquierda patriótica. Pero el experimento duró poco.

“En Madrid, el PSOE, también priorizó la élite de Sarrià dentro del partido”, añade Villacorta. Pero esta élite de Sarrià entiende a los dirigentes del PSC que procedían de las capas altas de la sociedad catalana y más afín al catalanismo conservador que muchos de sus votantes del área metropolitana. Los Maragall, Clos, Lluch, Obiols o Serra se impusieron en el partido y eso dotó a la formación de un perfil más catalanista.

Otros dirigentes del PSC del cinturón metropolitano no afines a las tesis catalanistas no fueron promocionados dentro del partido. En medio de estas dos almas del PSC, hubo algunos como Manuela de Madre, Corbacho, Montilla, Pepe Zaragoza, David Pérez o Santiburcio que sí fueron “cooptados” por la cúpula del partido en la capital aunque en algunos casos --según Villacorta-- no los vieron como los “principales interlocutores”.

La lección no aprendida de Podem

Durante la primera etapa de Podem hubo sectores en Cataluña, liderados por Enric Martínez, que criticaron que la formación abrazara las tesis soberanistas del nacionalismo catalán. Ese grupo, no obstante, acabó saliendo de la formación morada..

Una vez que parte del catalanismo ha dado el paso al independentismo, Podem corre el riesgo de de que su coqueteo con el independentismo le penalice electoralmente.

De momento, las bases ya han mostrado su displicencia con Asens. Está por ver si el viraje es rentable en las urnas o se trata de un error estratégico. Y, de nuevo, un error histórico de la izquierda española.