El empresariado catalán se independiza por fin del 'procés'
Foment da un paso al frente para reclamar ya un cambio en Cataluña que asuma que la economía debe estar en el centro para garantizar el progreso
19 noviembre, 2019 00:00El empresariado catalán, el que representa Foment del Treball, la patronal de las patronales catalanas, se ha independizado del Govern del presidente Quim Torra. No sólo eso, también se independiza, por fin, del procés independentista, que arrancó con la Diada de 2012.
Sin el líder de la Generalitat en el acto de entrega de premios Ferrer Salat, el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, no quiso jugar más a la ambigüedad, la que ha caracterizado al mundo económico desde que se inició la deriva secesionista. Ya no. Tras reiteradas pullas al presidente Torra y al conjunto del Govern, Sánchez Llibre recordó cuál es su propio papel: “Lamento tener que expresarme en estos términos --no condenar la barbarie y no evitarla es una grave irresponsabilidad del Govern--, porque confío mucho y mucho en mi país y su potencial, y si no fuera así no estaría al frente de Foment”, aseguró desde la gravedad de su rostro.
Lucha contra el deterioro económico
Una y otra vez, el presidente de la patronal se refirió a la necesidad de que los responsables políticos catalanes se centren en lo que interesa: que Cataluña funcione, que no se deteriore la economía, que no se lancen mensajes de inestabilidad a los inversores, que se busquen canales realistas. Para ello, no escondió que se precisen gestos en varias direcciones: “A nuestro parecer, la solución pasa necesariamente por la negociación, por la transacción y por el acuerdo, que es la única vía en democracia para resolver esta situación, para resolver conflictos”.
Pero hay otro mensaje, el dirigido a los empresarios, para que se centren, también, en sus propias responsabilidades, y no otras. “Los empresarios cumpliremos, como no puede ser de otra manera, con nuestra obligación: con inversión, con la generación de riqueza y la creación de puestos de trabajo, luchando cada día para vencer las adversidades de la actual coyuntura económica, construyendo puentes económicos que mejoren las relaciones institucionales entre los diferentes Gobiernos”.
Liderazgo económico
Es lo que intenta el patrono, que ha adoptado un papel de liderazgo en los últimos meses, consciente de que se ha producido un vacío de poder. Sánchez Llibre y la otra pata del mundo económico catalán, aunque con otro papel, el que representa el Círculo de Economía, se han centrado en buscar esos puentes, ajenos ya al proceso independentista.
El Govern, compuesto por dos fuerzas políticas que se odian y que aprovecharán cualquier excusa para acosarse mutuamente --Junts per Catalunya y ERC-- no toma ninguna decisión, con cuatro únicas excepciones que muestran su impotencia: la consejera de Empresa, Àngels Chacón, el consejero de Territori, Damià Calvet, el de Trabajo, Chakir El Homrani, y el vicepresidente de la Generalitat y consejero de Economía, Pere Aragonès, que evidenció también su preocupación por la situación económica, pero principalmente política en su intervención en el acto de Foment.
Optimismo de Calviño
La economía en el centro, y la exigencia de que cada uno asuma sus responsabilidades. Los empresarios, con la necesaria protección de sus negocios y la transferencia a la sociedad de la riqueza; y los dirigentes políticos, con la obligación de no complicar más las cosas justo cuando se inicia una desaceleración que la ministra de Economía, Nadia Calviño no desmintió, aunque ofreció un mensaje de optimismo basado en los datos reales de la economía española. Ese fue el recado claro de Sánchez Llibre. Y respondió a lo que pide el conjunto del empresariado, que ha decidido dar un paso al frente, con el peligro de que las cosas se deterioren a marchas forzadas si continuan la parálisis y las algaradas en las calles.
En los últimos meses, ese ha sido el esfuerzo de Foment, que ha encontrado un campo abierto, consiguiendo que la propia Cámara de Comercio de Barcelona, que lidera el independentista Joan Canadell, haya comenzado a preocuparse por los efectos nocivos para el conjunto de la economía de los cortes de carreteras (aunque los justifica por lo político), de situaciones en las que ha hecho acto de presencia la violencia callejera, y del temor que puede causar todo eso en los inversores.
Collboni y De Meo
Sánchez Llibre se encontró, en el acto de Foment, con algunos compañeros de viaje. El primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quiso poner en primer término el premio concedido a Luca De Meo como un apoyo capital a Seat, y colocó los problemas económicos en el centro, fijando como prioridad el ánimo y la cobertura al tejido económico de la ciudad. La otra pieza con la que contó Sánchez Llibre fue la propia ministra Calviño.
La que está llamada a ser vicepresidenta primera de Economía del próximo Gobierno se empleó en el principal acto de la patronal catalana en tranquilizar al empresariado de todo el país. Prometió que la “estabilidad económica” se incluye dentro del acuerdo de Gobierno firmado entre PSOE y Podemos, y que esto no cambiará.
Colaboración público-privada
Calviño, además, dejó claro que la “colaboración público-privada” es una “obligación para la construcción de sociedades prósperas”. Otro mensaje entre líneas de que los socialistas no tienen la intención de ceder ante los discursos más ideológicos que mantiene la formación liderada por Pablo Iglesias, que cuestiona ese modelo.
A diferencia de su homólogo en Cataluña, Pere Aragonès, Calviño reivindicó las políticas impulsadas durante su mandato. Y dejó claro que España “sigue en una fase expansiva a pesar de la ralentización internacional”. Según la ministra, España seguirá creciendo: “Capeamos este contexto poco favorable de una forma mejor que otras economías”, con una creación de empleo “lejos de burbujas o movimientos inflacionistas” y con, por ejemplo, el control del “endeudamiento exterior”.
Diálogo dentro de la ley
Respecto a la situación catalana, Calviño prometió un nuevo “diálogo dentro de la ley” para “construir proyectos de país” conjuntos. Todo ello, en base a la “estabilidad política” y la “serenidad social”, los dos ejes que aseguró que se seguirán en la próxima legislatura.
Ese fue el clima, el mensaje que Foment quiso que se ofreciera en la entrega de los galardones del año, con Luca de Meo como gran capitán. El presidente de Seat pidió “diálogo, compromiso y acción”, pero no en clave política. Consideró que deben hablar las Administraciones, los fabricantes de automóviles y nuevos actores como los sectores energéticos y de las telecomunicaciones. Y recordó que todos ellos tienen la responsabilidad de hacer frente a los cambios en curso en la automoción.
De Meo, foco en la empresa
Luca de Medo puso el foco en la realidad, la de su propia empresa, Seat, como primer exportador de la industria española, el líder de I+D, el primer fabricante de automóviles y “uno de los principales empleadores”, con más de 100.000 puestos de trabajo que dependen de la marca entre directos e indirectos. Todo ello, en un sector que representa el 10% del PIB nacional y “cerca de dos millones de familias dependen de él”. Más allá de independentismo y con distancia respecto a las declaraciones que él mismo ha hecho durante los últimos días, ha hecho un alegato a favor de la automoción en España.
La economía en el centro, con una oferta de diálogo institucional, pero ya con el empresariado independizado del procés soberanista. Los empresarios zarparon en el acto de Foment hacia esa "centralidad", independientes de la pelea independentista.