Los abogados Benet Salellas (i), Marina Roig (c) y Álex Solá (d) en el Tribunal Supremo / EFE

Los abogados Benet Salellas (i), Marina Roig (c) y Álex Solá (d) en el Tribunal Supremo / EFE

Política

La defensa de Jordi Cuixart 'boicotea' el Supremo con la vista puesta en Estrasburgo

Es un hecho insólito en los tres meses que han transcurrido de juicio que los siete magistrados opinen de la estrategia de defensa que ejercen Benet Salellas, Marina Roig y Álex Solá

15 mayo, 2019 00:00

El tribunal del procés, y en especial su presidente, el juez Manuel Marchena, ha perdido este martes la paciencia con diversos testigos propuestos por los abogados de Jordi Cuixart. Tras varios rifirrafes y discusiones con comparecientes y letrados, fuentes del tribunal han expresado su “profundo malestar” con el equipo que conforma la defensa del líder de Òmnium Cultural.

Es un hecho insólito en los tres meses que van de juicio que los siete magistrados opinen de la estrategia de defensa que ejercen Benet Salellas, Marina Roig y Álex Solá y señalen, además, la actitud de los comparecientes. Algunos de estos testigos propuestos por la defensa de Cuixart son también abogados que prestaron asesoramiento durante el referéndum ilegal del 1-O, se mostraron muy críticos con la intervención de la Guardia Civil y la Policía Nacional, y ante la sala segunda del Supremo han mantenido una posición que, a juicio del tribunal, "raya con el código deontológico de la abogacía".

Defensa política

Desde el inicio de la vista oral se han distinguido entre los letrados dos líneas divergentes de defensa. Por un lado, la representada principalmente por Jordi Pina (Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sánchez) y Andreu Van den Eynde (Oriol Junqueras y Raül Romeva) y, por otra, diametralmente opuesta, la ejercida por Xavier Melero (Joaquim Forn) y Judith Gené (Meritxell Borràs).

Sin embargo, ninguna de estas dos estrategias han suscitado el nivel de críticas que provoca la que proponen Salellas, Roig y Solà, que roza el boicot al Tribunal Supremo. Muy en línea con los sectores más antisistema del nacionalismo, consideran que es un juicio político y han recurrido más a menudo que el sector que representan Melero y Gené a los medios de comunicación para denunciar todos aquellos criterios del tribunal que no compartían.

Con los últimos comparecientes, esta presión que inicialmente se ejercía fuera de la sala segunda se ha trasladado dentro con un bronco debate y múltiples interrupciones.

Escrito de protesta de Marina Roig

Marina Roig fue quien en su momento lideró un escrito de indefensión y aunque intentó que el resto de letrados se sumaran, lo cierto es que, como avanzó Crónica Global, el equipo de Melero renunció a adherirse. En esa ocasión, Roig ya dejó entrever su estrategia: Estrasburgo. En una entrevista en Rac1 llegó a decir: “Todo lo que cause indefensión es sustancial para Estrasburgo, por eso es importante que conste y por eso también es importante que presentemos un escrito protestando”.

En la misma línea, Salellas, exdiputado de la CUP, afirmó en el programa de Preguntes freqüents de TV3 que el tribunal “vulneraba el derecho a la defensa” al no dejar presentar pruebas documentales hasta la finalización de la fase testifical. Aunque Salellas optó por no calificar de “prevaricación” el comportamiento de Marchena, afirmó que era “un juicio de Estado” y que con un tribunal de Cataluña el “resultado” sería otro.

Marchena también mira a Europa

Expertos en Derecho Penal consultados por este medio tildan la estrategia adoptada por los abogados de Cuixart de "arriesgada”. El “realismo penal” consiste en concentrarse en cada proceso judicial, sin dar ninguna instancia por perdida. También arguyen que la “esperanza depositada” en el futuro fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) puede ser un error puesto que el juez Marchena se ha mostrado muy escrupuloso con los procedimientos para que no pueda haber una sentencia de instancias europeas que desautorice a los jueces del Tribunal Supremo.

Sin ir más lejos, el último auto del Tribunal Supremo autorizando a los dirigentes en prisión preventiva elegidos en las elecciones generales ir a buscar sus actas en el Congreso de los Diputados estaba lleno de referencias a Estrasburgo, como el caso Cordova vs Italia, de 2003, la sentencia del 20 de abril de 2006 en el caso Patrono Cascini y Stefanelli vs Italia o el fallo dictado en el caso Demirtas vs Turquía, entre muchas otras.

El tribunal es consciente de que las defensas intentan acumular argumentos de cara a Estrasburgo y aunque los testigos del martes por la mañana han generado rifirrafes, en la sesión de la tarde Marchena ha optado por un tono mucho más conciliador. En la mente de muchos está la sentencia favorable al líder abertzale Arnaldo Otegi, que consideró que no había tenido un juicio justo por la "falta de imparcialidad" de la juez de la Audiencia Nacional Ángeles Murillo cuando le preguntó si condenaba el terrorismo y tras el silencio del entonces procesado contestó: "Ya sabía yo que no me iba a contestar a esa pregunta".   

Activismo político en el Supremo

Muchos de los testigos presentados por los abogados del líder de Òmnium Cultural han mostrado un perfil activista muy marcado. La declaración del primer compareciente de este martes, el portavoz del sindicato de maestros Ustec-stes (IAC), ya ha estado repleta de interrupciones y aclaraciones del magistrado, sobre todo ante la insistencia del testigo en introducir valoraciones sobre el derecho de autodeterminación. También ha sido tenso el interrogatorio a la profesora de filosofía de la Universidad Oberta de Cataluña Marina Garcés por describir su "estupefacción" y "estado de alucinación" ante las cargas policiales en los colegios, y calificar de "incomprensible y triste" la suspensión de la consulta por el Tribunal Constitucional.

Tras incidir en este tipo de valoraciones, Marchena le ha recordado que no estaba en la sala para hablar de "su estado de alucinación o su estado febril" y le ha afeado que acudiera constantemente a consultar un papel con anotaciones.

La tensión ha continuado durante el interrogatorio del tercer testigo, el abogado Lluís Matamala, quien ha planteado su deseo de testificar en catalán aludiendo a sus conocimientos como jurista. "Le supongo conocedor y en consecuencia le remito a sus conocimientos jurídicos y a todas las explicaciones que ha dado el tribunal sobre ese articulo 231 de la Ley Orgánica del Poder Judicial", le ha respondido Marchena, que ante los intentos del testigo de replicarle ha advertido de que debía contestar en castellano y en el sentido contrario asumiría "consecuencias legales".