El cierre de campaña evidencia la falta de unidad para frenar al independentismo
Manuel Valls y Jaume Collboni protagonizan la pugna por el voto constitucionalista y no se mueven ni un ápice de sus consignas electoralistas antes de dar paso al pragmatismo
25 mayo, 2019 00:04En la recta final de campaña el independentismo decidió enseñar sus cartas y Ernest Maragall admitió que su socio preferente sería el JxCat de Elsa Artadi si dan los números para formar gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona. Mientras, los constitucionalistas Jaume Collboni y Manuel Valls siguen en caminos paralelos mostrando la falta de unidad para frenar a los que esperan hacer de Barcelona la capital de una república ficticia.
Habrá que esperar hasta el próximo lunes para que el idealismo dé paso al pragmatismo. Hasta entonces apuraron el cierre de campaña con el objetivo de dar un acelerón final y postularse respectivamente como los garantes de que Barcelona recupere la seguridad jurídica y no caiga en manos del nacionalismo.
El candidato socialista no se cierra a pactar con la actual alcaldesa, Ada Colau, y centró sus críticas a los que solo piensan en que “la ciudad despierte pintada de amarillo” y “en qué dicen en Waterloo” (en referencia a Puigdemont). Por su parte, Valls trató de erigirse como la pieza clave para que la Ciudad Condal tampoco se decante por el “populismo” de Colau: "Somos el único voto del cambio, el que va a echar a Colau y el que va a impedir a Ernest Maragall. Sin ambigüedades, somos el voto útil".
Las "elecciones más importantes" desde 1979
Si el líder del PSC en Barcelona no consideró a Valls el principal adversario --apenas hizo mención al candidato al que Cs da cobertura--, el exprimer ministro francés insistió en que Jaume Collboni apoyará a Colau para que revalide su alcaldía.
En el acto en el Pasaje de los Campos Eliseos lo acompañaba un socialista histórico, como es el exministro Celestino Corbacho. Y es que Valls aspira encontrar entre los “barceloneses” desencantados con el PSC uno de sus prinicipales graneros de votantes. Por esta razón, sacó a relucir su perfil más socialista, invocando al primer alcalde de Barcelona desde la restauración de la democracia, Narcís Serra, y afirmó que eran “las elecciones más importantes desde 1979”.
Jaume Collboni, candidato del PSC
Valls contra Collboni
A cuatro kilómetros de distancia, en el pabellón municipal del Carmel, Collboni abogaba por una democracia fuerte en la que "se respetan las leyes y lo que dicen los tribunales", algo que ve compatible con el diálogo y la mano tendida para solventar el desafío al Estado de Derecho.
Si el socialismo catalán no se ha movido de esta posición que remarcaba este viernes Collboni, Valls lleva desde que se oficializó su candidatura haciendo equilibros entre las distintas sensibilidades que habitan en su lista. Siempre se ha proyectado como el candidato de la concordia y en su cierre de campaña reiteró que “no hay ni buenos ni malos catalanes”. Sin embargo, hizo un último esfuerzo para capitalizar el voto del espíritu de las manifestaciones constitucionalistas de octubre de 2017 cuando reprochó a Collboni no haber asistido a esas concentraciones. "Queremos esta Barcelona catalana, española, europea y abierta”, añadió.
Esta pugna por ocupar la centralidad del voto constitucionalista tenía a Valls y Collboni como protagonistas.
A mucha distancia, el candidato del PP, Josep Bou, advertía sobre otro nacionalismo: “De ninguna forma se puede votar a Vox”, decía en su acto celebrado en el Hotel Gallery de Barcelona.