Coloquio de los expresidentes Carles Puigdemont, Pere Aragonès, Artur Mas y José Montilla en el Born
'Aquelarre indepe' con Mas, Puigdemont, Aragonès... y Montilla: “Hubiésemos querido tener más fuerza”
Los expresidentes convergentes, el republicano y el socialista miman a las juventudes de Junts en un coloquio con algunos problemas técnicos para el fugado que no han pasado inadvertidos
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Carles Puigdemont (Junts), Artur Mas (Junts), Pere Aragonès (ERC) y José Montilla (PSC) han respondido a la llamada de las juventudes de Junts y han protagonizado el 45º aniversario de la Joventut Nacionalista de Catalunya. Un aquelarre independentista en el Centre Cultural del Born de Barcelona en que se han repasado los principales hitos que marcaron los mandatos de los cuatro expresidentes: desde el Estatut hasta la amnistía, pasando necesariamente por el 9-N y el 1-O.
El coloquio arrancaba con un silencio paciente de los dos centenares de asistentes, la mayoría jóvenes comprometidos con el espacio convergente en su momento más bajo. Y también primeras espadas, como el presidente del Parlament, Josep Rull, el secretario general, Jordi Turull, o los diputados Albert Batet y Mònica Sales, entre muchos otros. Todos ellos han aguardado a que los técnicos lograran que el organizador del referéndum del 1-O apareciera en pantalla.
Los posconvergentes, aclamados
Cuando esto sucedió, la sala estallaba en vítores. Un jolgorio que también había recibido antes Mas, quien ha demostrado mantener la forma. Ese recibimiento se limitó al aplauso –intenso, pero sin filigranas– en el caso de los exdirigentes republicano y socialista. Con todos sobre el escenario –el físico y el virtual–, el conductor Pol Esquefa, secretario de formación y militancia de la JNC, arrancaba la conversación.
En los primeros minutos parecía que Puigdemont no escuchaba; a sus tímidas negativas con la cabeza le sucedió después un mensaje escrito: “Ahora sí”. Éste apareció en la misma pantalla sobre la que se proyectaba su imagen, cuando Montilla ya había acabado su primera intervención, por lo que se perdió cuando este dijo que “Cataluña necesita un catalanismo lo más fuerte posible para conseguir la mayor cuota de autogobierno”.
Una proclama que bien podría escucharse en el seno de un encuentro del socialismo catalán, pero bajo el calor del independentismo más acérrimo y con una estelada independentista detrás, esta se mimetizó con el ambiente.
José Montilla, expresidente socialista de la Generalitat, se ha prestado a participar en el 45º aniversario de las juventudes de Junts
Inmigración
Mas le cogió el testigo para lanzar una reflexión sobre la inmigración y los más de ocho millones de catalanes: “Somos la Cataluña que somos y esto provoca tensiones y situaciones concretas que se deben saber abordar desde el catalanismo con un poder de convicción y de atracción”.
En este sentido, llamó a “trabajar sobre la Cataluña real y no una teórica”, y a discernir “qué grado de soberanía necesitamos para hacer frente a este reto”, junto al de “mantener nuestro Estado del bienestar, que se diferencia del resto del mundo”, entre otros.
Puigdemont llama a romper con España
Al tomar la palabra, Puigdemont repitió su máxima de lograr el “progreso social” rompiendo con España porque, en su opinión, “el Estado no puede garantizar la libertad lingüística”. “La dependencia de España tampoco permite la gestión del reto demográfico, ni tener acceso a una vivienda digna”, añadió, censurando también el “colapso” de la red de Rodalies de Renfe y que “un catalán no pueda matricularse en medicina porque hay un distrito único universitario”, en referencia a una de las últimas reivindicaciones al Gobierno procedentes de Waterloo.
Yendo más allá, defendió incluso “asumir el elevado coste” que se derive de una ruptura, ansiada por todos los presentes –con permiso del federalista Montilla– y que él mismo suspendió tras proclamarla en el Parlament en 2017.
Artur Mas, expresidente de la Generalitat, en un coloquio organizado por la Joventut Nacionalista de Catalunya
Problemas técnicos
Habiendo bajado ya a la arena, el expresidente constató un nuevo problema técnico, que chivó de nuevo una notificación en pantalla. “Cuando hablo, me llega el retorno y me despista”, puso mientras hablaba Aragonès.
Precisamente, el republicano subrayó la “anomalía” de que, ocho años después de su primera fuga, su antecesor aún permanezca en Bruselas; ello, el mismo día en que el abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) amparó con matices la ley de amnistía que se resiste a aplicarle el Tribunal Supremo.
Montilla sacó pecho por el Estatut y calificó de “bofetada” el recorte del Tribunal Constitucional sobre el mismo en 2010. Mas defendió "traducir políticamente" el malestar que ello generó ante un Gobierno en mayoría del PP. Y Aragonès deseó haber tenido “más fuerza y unidad” en su negociación con el Ejecutivo en minoría de Pedro Sánchez.
Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, en el 45º aniversario de la JNC