Jordi Pujol, en el Cercle d'Economia

Jordi Pujol, en el Cercle d'Economia Gala Espín

Política

La Audiencia Nacional evaluará el estado de salud de Pujol antes del juicio

La fiscalía pide una condena de nueve años de cárcel para el nonagenario expresidente de la Generalitat

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El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha pedido a la Audiencia Nacional que valore su estado de salud para decidir si debe someterse a juicio, que está programado para empezar el próximo 24 de noviembre. Tras la solicitud, el tribunal ha ordenado a la Clínica Médico Forense que practique un reconocimiento al investigado con la finalidad de determinar si está en condiciones de asistir a la vista.

El tribunal juzgará al exdirigente de Convergència y a sus siete hijos entre el próximo día 10 y el 23 de abril de 2026 por la fortuna presuntamente ilícita que acumularon y mantuvieron oculta durante décadas, diez años después de que se abriera la causa.

La fiscalía pide una condena de nueve años de cárcel para el expresidente catalán, mientras que para sus siete hijos solicita penas que oscilan entre los ocho y los 29 años de cárcel que reclama a su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, así como multas millonarias.

El clan está acusado de delitos de asociación ilícita, blanqueo de capitales, falsedad en documento mercantil, delitos contra la Hacienda Pública y frustración de la ejecución.

Capacidad de defensa

En concreto, el equipo legal de Jordi Pujol ha solicitado a la Audiencia Nacional que valore su capacidad para ser juzgado y defenderse, es decir, de afrontar el rol dialéctico de la defensa, o bien que no tenga que asistir al juicio, es decir, que lo puede seguir e intervenir de manera telemática.

Para ello, según el citado medio, la defensa del expresidente catalán, de 95 años de edad, ha entregado al tribunal la documentación sobre su estado de salud, consistente en tres informes médicos.

Organización criminal

Según la instrucción, la familia Pujol reúne todos los requisitos de una organización criminal: con diversos niveles jerárquicos, una estructura planificada, y permanencia en el tiempo, desde que se abrieron las primeras cuentas corrientes en Andorra en 1992 hasta que la familia cerró sus últimas fundaciones en 2014.

El liderazgo de la organización, según la investigación, estaba encarnado en Jordi Pujol y Marta Ferrusola, quien, de hecho, se autodenominaba la "madre superiora de la congregación" (Ferrusola quedó fuera de la causa al acreditar que padecía demencia y poco después falleció).

Por debajo se encontraría Jordi Pujol Ferrusola, denominado "el capellán de la parroquia", cuyas instrucciones seguían a su vez el resto de los hermanos