Em mural propalestino pintado sobre una fachada de la avenida de Vallcarca de Barcelona

Em mural propalestino pintado sobre una fachada de la avenida de Vallcarca de Barcelona X

Política

"Odio más a Netanyahu que ellos": la vecina israelí que denuncia ser blanco de odio en Vallcarca

Una joven española-israelí, residente en un edificio que comparte fachada con el Ateneu de Vallcarca, relata a Crónica Global el conflicto vecinal desatado por un mural propalestino 

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En pleno auge de las protestas por Palestina en Barcelona, el barrio de Vallcarca se convirtió en el escenario de una disputa vecinal con ecos internacionales. La fachada de un edificio en la avenida de Vallcarca ha dado pie a una disputa que enfrenta al Ateneu Popular, fuertemente propalestino, con una de sus vecinas, una joven española-israelí que denuncia haber sido "señalada" y "amenazada" tras la pintura de un mural. 

La tensión escaló rápidamente a principios de octubre, con enfrentamientos directos entre activistas y vecinas, la intervención de los Mossos d'Esquadra y una denuncia por delito de odio.

Mural en la fachada que comparten el Ateneu de Vallcarca y otra vivienda donde residen dos mujeres israelíes, en Barcelona

Mural en la fachada que comparten el Ateneu de Vallcarca y otra vivienda donde residen dos mujeres israelíes, en Barcelona X (@arletvallcarca)

La vecina relata a Crónica Global el origen de un conflicto que, para ella, "es más que una simple pelea ideológica", pues considera que toca la fibra de su seguridad personal y su identidad.

Una fachada, dos versiones

La joven, que reside en Barcelona con su pareja desde hace siete años, subraya la paradoja inicial del enfrentamiento con sus vecinos. "Son vecinos que nos conocen desde hace años. Nunca tuvimos ningún conflicto con ellos. Hasta les eché una mano para que echaran a una persona que les había ocupado el local. ¡Qué tonta soy! Yo pensé: 'ha entrado alguien que lo está convirtiendo en narcopiso, el sentido común me dice que les ayude'". 

Sin embargo, ese buen entendimiento vecinal se volatilizó cuando el Ateneu decidió pintar un mural propalestino que se extendía a la puerta vecina, que da acceso a un bloque de tres pisos donde, en el primero, viven las mujeres israelíes. "Esta fachada es privada. Da igual lo que han pintado, si son mariposas o cualquier cosa, esto es ilegal", sentencia la joven.

"Del río hasta el mar"

El detonante que convirtió el acto en una amenaza personal, dice, fue el eslogan utilizado: "Desde el río hasta el mar". Si bien es empleado por muchos activistas palestinos como un llamamiento a la liberación, desde la perspectiva israelí se percibe como una declaración de guerra, dando a entender que el objetivo es la toma del territorio completo —desde el Jordán hasta el mar—, lo que supondría la erradicación del Estado de Israel.

La vecina israelí-española desestima el argumento del Ateneu de que su mensaje solo es contra el "genocidio" y no contra las personas. Según ella, la intencionalidad era clara: "Me conocen, saben que soy judía e israelí. Querían provocar".

Una protestante propalestina en la manifestación del 6 de octubre en Barcelona

Una protestante propalestina en la manifestación del 6 de octubre en Barcelona Luis Miguel Añón

"Poner 'Del río hasta el mar' es llamar a muerte a los judíos. Yo vi cómo pintaron la fachada. Luego me amenazaron con que me van a matar y a quemarme el piso. ¿Cómo se puede sentir uno? Mal".

La joven denuncia que la ignorancia y el odio se disfrazan de antisionismo: "Dicen que no odian judíos, que no odian a los israelís, que odian sionismos. Ahora, el sionismo es lo mismo. Si uno no ha estado ahí [en Israel] y no conoce el lugar, no puede opinar. Perdón, pero no". 

La tensión estalla en la calle

El enfrentamiento, grabado en un vídeo que circuló ampliamente en redes, se centró en la identidad de la pareja. La entrevistada reconoce que su nerviosismo la llevó a grabar a ella también, y que el punto de inflexión fue la referencia a su pareja.

"A mi novia la provocaron porque dijo que estaba en el Ejército y que está orgullosa de ello. El Ejército en Israel es obligatorio. Es como la universidad. ¿Qué ha hecho mi novia en el Ejército? Nada, ejerció como de secretaria. Pero a ellos qué les importa, dicen que somos asesinos de bebés. ¡Por favor! Eso ya es el colmo".

La vecina de Vallcarca defiende su origen, aunque con una mirada crítica hacia el conflicto.  "Claro que estoy orgullosa de Israel, es el sitio en que me criaron. Lo que pasa ahora en Gaza no refleja Israel en su totalidad. Odio a Bibi [Netanyahu] más que ellos, pero yo nunca voy a decir algo malo de mi país", admite. 

Acusaciones cruzadas y la presencia de Mossos

El incidente no se limitó al primer enfrentamiento verbal del domingo 5 de octubre. Tras la finalización del mural, las vecinas bajaron y confrontaron a los activistas, pintando una bandera israelí sobre la cenefa, mientras los miembros del Ateneu las increpaban con acusaciones de "asesinar niños". Este primer careo culminó con la presencia de los Mossos d'Esquadra y la interposición de una denuncia por delito de odio por parte de las vecinas.

La tensión se mantuvo al día siguiente, lunes 6 de octubre, cuando las mujeres israelíes convocaron a un grupo de personas para tapar la parte del mural que afectaba a su fachada. La vecina entrevistada justifica esta acción, señalando la ironía de la situación: "Yo hasta podría intentar echarlos de ahí, porque soy yo quien vive aquí legalmente; ellos no. Y me molestan. Para no provocar, ni pinté la parte de ellos. Solo la parte por la que yo entro. Ya está", en alusión a que el local del Ateneu, a su juicio, es un espacio ocupado y propiedad del Ayuntamiento.

Imagen actual de la fachada del edificio de la avenida de Vallcarca de Barcelona, donde han tapado parcialmente le mural propalestino

Imagen actual de la fachada del edificio de la avenida de Vallcarca de Barcelona, donde han tapado parcialmente le mural propalestino Cedida

Este acto de "sabotaje", según el Ateneu, provocó una contramanifestación del colectivo en la acera de enfrente, desatando nuevos enfrentamientos bajo la presencia visible de los Mossos. Pese a la intervención, el mural quedó parcialmente tapado, aunque aún se aprecian restos de las pintadas iniciales.

El Ateneu denuncia "manipulación y desinformación"

Por su parte, el Ateneu Popular de Vallcarca emitió un comunicado conjunto con otras asociaciones del barrio defendiendo su acción y acusando a medios de extrema derecha de manipular el contexto.

El Ateneu confirma que el mural era un "acto de solidaridad con el pueblo palestino" para denunciar el "genocidio" y acusa a las vecinas de ser las "saboteadoras".

La organización se defiende señalando que el eslogan "Des del riu fins al mar" fue vandalizado por las vecinas. En su comunicado, además, recuerdan que en el contexto actual hay "70.000 palestinos asesinados por el Estado sionista de Israel".

La tesis del "acoso" y el "antisemitismo"

El líder del PP en Barcelona, Daniel Sirera, utilizó las redes sociales para condenar los hechos, asegurando que el mural constituía un señalamiento directo. "Pintar de esta manera la casa de una familia judía en el barrio de Gràcia (Barcelona) no es arte. Es acoso. Es discurso de odio. Es antisemitismo. El ayuntamiento debe perseguir de oficio a quienes lo practican", comunicó en X. 

La denuncia: "Que quede constancia"

A pesar de la escalada y de la denuncia legal interpuesta, la joven mantiene una postura abierta a la desescalada, aunque insiste en su temor.

"Sí tengo miedo de ellos... Si en algún callejón me encuentra alguno en algún momento, yo al final peso 48 kilos, soy una chica joven y no puedo contra ellos. [...] La verdad no quería conseguir ninguna consecuencia con la denuncia. Lo que quería es picar la puerta para que, si me asesinan o pasara algo serio, que quede constancia que yo comuniqué que me amenazaron la vida". 

La vecina afirma haber ofrecido retirar la denuncia si el Ateneu se calmaba y dejaba de interferir en su entrada: "Yo hasta les ofrecí retirar la denuncia. Pido solo una cosa: que estemos en paz y que dejen la fachada. Ni que me pidan perdón. Que no se metan. Que se tranquilicen y ya está. Ellos por su lado y yo por el mío. Al final somos vecinos".

Tanto el Ateneu como las vecinas aseguran que no se cierran a un posible acercamiento, aunque la joven concluye con amargura: "Yo no entiendo por qué al final somos lo mismo. Somos de aquí. Nacidos en la misma tierra. ¿Por qué peleas conmigo? Vete a pelear con alguien que no es tu paisano".