El presidente de Junts, Carles Puigdemont, junto al líder del partido en el Parlament, Albert Batet.

El presidente de Junts, Carles Puigdemont, junto al líder del partido en el Parlament, Albert Batet.

Política

Alejar a Illa de los Comuns, el nuevo plan de Junts para sortear su irrelevancia en el Parlament

La falta de entendimiento entre el Govern y sus socios por los presupuestos motiva a los de Puigdemont a ofrecerse a negociarlos, con el objetivo de que el 'president' se reafirme en su mayoría progresista y seguir alimentando el victimismo

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Tras el fracaso del Debate de Política General, donde Junts trató sin éxito de involucrar al Govern de Salvador Illa en sus acuerdos con el PSOE, el partido de Carles Puigdemont estrenará este miércoles una nueva estrategia en el Parlament. Su intención es sortear la irrelevancia en la que ha caído Junts en los últimos tiempos, salvo por sus siete escaños decisivos en Madrid.

La demora de los presupuestos de la Generalitat, que el Ejecutivo catalán preveía estar negociando ya a estas alturas con sus socios de investidura, "abre una ventana de oportunidad" para los posconvergentes. Y el plan pasa por confrontar con los Comuns, acusarles de imponer sus "políticas comunistas" al Govern y ofrecerse a negociar las cuentas si Illa se compromete a dejar de llegar a acuerdos con ellos. Un anzuelo envenenado que el president tampoco picará pese a la dificultad de su mandato en minoría.

La jugada es clara. A Junts le conviene un Govern incapaz de articular mayorías –al que volverán a llamar "débil"–, pero también que Illa se reafirme en su apuesta por pactar con las izquierdas antes que con el partido de Puigdemont. Una maniobra que podrán luego utilizar para alimentar su característico victimismo y, de paso, seguir chantajeando al Gobierno de Pedro Sánchez, por más que los continuos ultimátums de Waterloo hayan dejado de tener credibilidad.

El caso es hacer algo. Y ya es mucho, tras más de un año de legislatura sin un líder de la oposición reconocible y un Albert Batet que ha dejado muchas dudas en las filas posconvergentes como líder del grupo parlamentario. Algo que no deja de ser el reflejo de un partido desnortado y totalmente dependiente de la vuelta del expresident fugado; el ancla que impide a Junts pasar de las palabras a los hechos pese al descalabro en favor de Aliança Catalana que auguran todas las encuestas.

Sucesiones, donaciones e IRPF

Más allá de un oportunismo contra el Govern por la falta de presupuestos, baza que también jugarán PP y Vox durante la sesión de control –que arranca con las preguntas al president en el hemiciclo a primera hora–, Junts también presentará durante la semana una proposición de ley para suprimir los impuestos de sucesiones y donaciones, que ellos mismos impulsaron durante la presidencia de Quim Torra, y bajar el IRPF

La idea, una vez más, es que el Ejecutivo socialista vote en contra para poner el grito en el cielo con la "asfixia fiscal" que, según advierten los posconvergentes, "sufren" los catalanes. Una propuesta, en este caso, destinada a su electorado liberal, el mismo que aplaude que los alcaldes de Junts hayan ido a Waterloo a pedir más mano dura a la cúpula del partido con la multirreincidencia, el fenómeno que temen que termine de inflar a la ultraderecha de cara a las elecciones municipales de 2027.

Los presupuestos, en el aire

Como cualquier pleno, el de este miércoles volverá a poner a prueba la complicidad de Illa tanto con los Comuns, que alzaron la voz ayer por la "falta de avances en vivienda", como con ERC, que sigue reclamando concreciones respecto a la financiación singular para sentarse e negociar las cuentas. Las relaciones son buenas, pero ambos consideran que el Govern "no ha cumplido todavía".

A estas alturas, el Ejecutivo espera que ambos cedan. Illa ya les pidió "altura de miras" en el pasado Debate de Política General, pero la consellera Sílvia Paneque dejó ayer caer la idea de que los suplementos de crédito, la fórmula por la que optó la Generalitat para inyectar fondos a las cuentas prorrogadas en el pasado curso, no es una alternativa tan negativa si finalmente el tema se enquista. "No hay prisa", dijo. Y la idea del Govern sigue siendo que, antes o después, habrá presupuestos.