El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, durante el XXI Congreso Nacional del Partido Popular

El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, durante el XXI Congreso Nacional del Partido Popular Eduardo Parra / Europa Press

Política

Albiol, el último verso libre del PP catalán en 'quitarse el calzón'

El alcalde matizó su apoyo al Pacte per la Llengua tras el 'cabreo' tanto de Génova como de Alejandro Fernández pero apuesta por una transversalidad que le permita mantener su hegemonía en Badalona, donde Vox no es una amenaza en contra de lo que sucede en el resto de plazas

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"Queremos pensar que fue una metedura de pata", advierte una importante figura del PP catalán. El propio Xavier García Albiol se vio obligado a rectificar –aunque de forma "tímida y poco aclaratoria" para la cúpula de Alejandro Fernández– tras el revuelo que causó el apoyo del Ayuntamiento de Badalona al Pacte per la Llengua, muy criticado por buena parte del constitucionalismo.

En un vídeo en catalán, el pasado miércoles, el alcalde de la tercera ciudad de Cataluña reivindicaba la postura del consistorio, siempre "compatible con el respeto al castellano", en una moción en la que el municipio se sumaba, a instancias de la Generalitat, a apoyar el acuerdo suscrito el pasado 20 de mayo entre el Govern, partidos como Comuns y ERC y entidades como Òmnium o Plataforma per la Llengua, que ya entonces rechazaron rotundamente los populares.

En otro clip, apenas 24 horas después y esta vez en castellano, Albiol matizaba que se había tratado de un "pequeño error". Concretamente, en el primer punto del texto, que debió incorporar que este apoyo únicamente afectaba a "algunas propuestas" del Pacte Nacional y no a su totalidad, en una recogida de cable que no palió el malestar generado en Génova y tampoco satisfizo al resto de barones territoriales del PP catalán, que lamentan la falta de unidad en un asunto "tan delicado".

Del comunicado al 'eterno debate' de los populares

Alejandro Fernández y su equipo no tardaron en publicar un comunicado ante la polémica, muy comentada en redes sociales. Un texto, en el que Albiol fue invitado a participar, desmarcándose por completo de la política lingüística que impulsa el ejecutivo de Salvador Illa, quien asimismo llamó al alcalde de Badalona para, según apuntan algunas fuentes, "agradecerle su valentía".

El caso es que, enterrado el procés y la radicalización que el mismo comportó en buena parte de la sociedad catalana, el eterno debate sobre si cabe o no algún ápice de catalanismo en el PP vuelve a escena. Y Albiol es de los que, en contra de lo que opina Fernández y jugando a su favor que Vox no amenaza su hegemonía municipal y que unos cuantos independentistas le votan, propone una visión más transversal en todos los sentidos. "Puede ser que algunos no estén preparados", explica.

Pactos con Junts y versos libres

Si bien la negativa de Alejandro es estrictamente ideológica –pues, en la línea de lo que manifiestan las asociaciones defensoras del bilingüismo, considera al Pacte Nacional prácticamente un ataque a los castellanohablantes–, lo de Génova es táctico. Alberto Núñez Feijóo mira de reojo a Vox en cada decisión que toma desde 2023, librando la batalla exclusivamente a su derecha y guardando los comodines lingüísticos, especialmente el de la oficialidad en la UE, por si hay que pactar con Junts.

Lo de salirse del guión, por otra parte, no es nada que pille de nuevas al presidente del PP catalán, pues lidera una organización donde los versos libres son la norma y no la excepción y él es el primero que se enorgullece de quitarse el calzón cuando le viene en gana, normalmente frente a una cúpula nacional del partido con la que su relación no ha mejorado más allá de que su estilo haya acabado por seducir a figuras como Miguel Tellado, uno de sus valedores en la capital.

Dejarlo correr

La idea es cerrar los ojos y esperar que no salpique, dejando el asunto sobre si el catalán será o no residual en dos o tres generaciones, que tanto preocupa a Albiol, para más adelante. Hay otros melones importantes como consolidar los nuevos liderazgos en Tarragona y Girona, la eterna pugna entre Dani Sirera y Manu Reyes en la dirección provincial o la designación de Juan Milián como senador, que se hará oficial en los próximos días si nada se tuerce.

En Madrid, asimismo, el otoño ha empezado tanto o más crispado de lo que terminó la pasada temporada. No se avecina un adelanto electoral inminente pero Génova quiere a todo el mundo a punto. Albiol, por lo pronto, tendrá que eixamplar la base en su feudo con mayor discreción