Varias personas durante una concentración contra el “asesinato sistemático” de periodistas en Gaza, en la plaza Sant Jaume Europa Press Europa Press
Gaza engulle los restos del ‘procés’ y opaca la Diada independentista
El conflicto entre Israel y Palestina fractura el soberanismo y relega las reivindicaciones secesionistas del 11 de septiembre a un segundo plano
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Este 11 de septiembre, el foco del independentismo se sitúa lejos de Cataluña, en Oriente Medio. En la comunidad catalana, aparentemente más apaciguada, tras dejar atrás el procés, el debate por el conflicto entre Israel y Palestina incendia los actos, las conversaciones y las redes sociales del mundo independentista.
Esto relega la "agenda nacional" a un segundo plano, después de que el pasado año presentara los datos más bajos de movilización de la última década y ya se produjeran acusaciones cruzadas, agresiones y falta de unidad.
Críticas a Israel
Este año, la Diada llega poco tiempo después del encuentro del president Salvador Illa y Carles Puigdemont, y poco antes de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, un escenario que mantiene la tensión en el seno independentista.
En este contexto, parte del soberanismo, en particular la izquierda, como ERC y la CUP, critica a Israel y apoya a Palestina, buscando reivindicar esta causa en la manifestación del 11 de septiembre por su visibilidad internacional.
La diputada de la CUP, Laia Estrada (c), interviene en el Parlament junto a una bandera de Palestina
El presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Lluís Llach, compuso en su día una canción llamada Palestina, defendiendo la causa. La formación independentista también mostró su apoyo a la flotilla que zarpó desde Barcelona para llevar suministros humanitarios,
De igual forma, Arran apoya a la Flotilla de la Libertad, empujando a llevar esteladas y enseñas palestinas a la manifestación para mostrar solidaridad con el pueblo palestino.
'Universo Junts'
En el otro lado, se sitúa Junts per Catalunya. Aunque su dirección ha condenado "el genocidio" en Gaza, el universo posconvergente se decanta por Israel, viendo en su modelo de Estado una inspiración. Este prosionismo históricamente ha sido defendido por voces del nacionalismo catalán más conservador, como Pilar Rahola, David Madí o Vicenç Villatoro.
De hecho, Rahola ha escrito en su red social X: "Greta Thunberg, Jaume Asens y Ada Colau navegando con terroristas. Hay izquierdas que, en vuestro odio, llegáis al delirio". La Aliança Catalana de Sílvia Orriols está en la misma línea.
El expresidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, y la periodista Pilar Rahola, durante el homenaje a las víctimas israelíes del ataque de Hamás, en la sinagoga Maimónides, a 10 de octubre de 2023, en Barcelona
Baños aviva la pelea
El exdiputado de la CUP Antonio Baños ha echado más gasolina al fuego. Una de sus polémicas saltó tras responder que estaba “totalmente de acuerdo” a un tuit que, dedicado a Rahola, llamaba a "perseguir a todo sionista que esté en tierras catalanas", "hacer listas" y "que tengan miedo de salir a la calle".
Publicación que la propia tertuliana del star system de Junts asegura que ha denunciado ante la policía.
Incomodidad
La asistencia de Aliança Catalana a la Diada es otro tema candente en Cataluña. El partido de extrema derecha busca reivindicar su papel dentro del movimiento independentista catalán y se ha posicionado abiertamente a favor de Israel. En una entrevista de este medio, Orriols expresó su "admiración" por el presidente Benjamin Netanyahu.
A vueltas con la alcaldesa de Ripoll --cuya figura siempre incomoda-- Lluís Llach ha aclarado el titular de una entrevista en el diario Ara en la que destacaba que “Aliança Catalana y Vox no representan los derechos humanos”.
La alcaldesa de Ripoll y diputada de Junts, Sílvia Orriols, en el Fossar de les Moreres este miércoles
Ahora, el cantautor ha indicado que “la ANC no excluye de la Diada a nadie. [...] La ANC no excluye a ningún independentista. No es que no se invite a AC. Sencillamente, no se invita a ningún partido”.
Ante estas trifulcas, hay voces independentistas en las redes sociales sumándose a un bando o a otro; o por contra, tratando de apaciguar la situación.
Algunos indican que no irán a la manifestación por la polarización en torno a la cuestión de Israel. No ha favorecido en el choque el posicionamiento de Pedro Sánchez y su Gobierno, con medidas para detener los ataques de Israel a Gaza, lo cual ha ahondado en las diferencias entre facciones.
Unión ante el catalán
En este escenario controvertido, durante la última jornada, el independentismo ha firmado una tregua para compartir una misma opinión acerca de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Este ha anulado varios artículos del decreto que blinda el catalán como única lengua vehicular en las aulas, lo cual consideran "un ataque al modelo de escuela catalana".
La secretaria general de ERC, Elisenda Alamany, ha reclamado al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, que el Govern presente un recurso de casación ante la sentencia, "que es una amenaza hacia nuestro país". Algo que precisamente hará, ha anunciado el dirigente socialista, para mantener la "convivencia" y evitar el "uso político de la lengua".
Manifestación independentista por la Diada (imagen de archivo) EUROPA PRESS
En el mismo sentido, la portavoz de Junts en el Parlament, Mònica Sales, ha reclamado que el Ejecutivo responda ante este "nuevo ataque frontal". Òmnium Cultural, asimismo, ha acusado al TSJC de "volver a hacer política contra Cataluña" y su modelo de escuela el día antes de la Diada.
Menos movilización
Por lo que se refiere a las movilizaciones, este año hay convocadas manifestaciones secesionistas solo en Barcelona, Girona y Tortosa (Tarragona), dos plazas menos que en la pasada edición, en las que también figuraban Lleida y Tarragona.
La razón para prescindir de estas dos últimas, aunque no es oficial, es la escasa movilización que lograron en ellas en 2024: apenas 6.000 manifestantes entre ambas.
Tampoco fue mucho mejor la movilización en el conjunto de las cinco sedes: 74.000 independentistas salieron a la calle, una cantidad que ni siquiera llega al 5% de los asistentes de los momentos álgidos del procés. Las peleas entre Junts y ERC y el acercamiento de los últimos Governs secesionistas al Gobierno explican la desmovilización.
