
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa
Illa se va a Japón con los deberes hechos y sólo le quedará "zanjar la financiación singular" para pasar de curso
El presidente de la Generalitat aprobó ayer el tercer suplemento de crédito en un Consell Executiu extraordinario y afronta el viaje institucional con el concierto económico, a negociar con el Gobierno, como única 'preocupación' antes de verano
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El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se marcha el próximo lunes de viaje institucional a Japón con los tres suplementos de crédito aprobados y la sensación de que la relación entre el Govern y los socios que dan estabilidad a la legislatura pasa por su mejor momento.
Así lo insinuó ayer ERC en la presentación del acuerdo por una inyección que ascenderá, en total, a los 4.000 millones de euros; y sólo hizo falta ver la cara de felicidad de Jéssica Albiach cuando le dejaron apuntarse el tanto del cierre de la 'embajada' catalana en Israel el pasado miércoles. La mayoría progresista a pleno rendimiento, y los deberes hechos, aunque sólo por ahora: antes del 30 de junio debe estar lista la financiación singular.
El tercer suplemento de crédito
Las políticas que se sufragarán con el tercer suplemento de crédito del Ejecutivo no varían de las que, consensuadas principalmente con los Comuns, viene impulsando el Govern socialista hasta la fecha. Más vivienda, más lengua y servicios públicos en general. Es la menos cuantiosa de las tres, pero Illa quiso estar presente en el Consell Executiu convocado extraordinariamente para aprobarla.
Sabe que esto, al menos a nivel simbólico, disimula la falta de presupuestos; y constata que su minoría es cada vez menos minoritaria en vistas a unas cuentas para 2026 que obsesionan al president y que se abordarán en septiembre. Republicanos y comunes también saben que sus exigencias tienen límites si no hay partidas que las puedan respaldar —más allá del trío de palancas— y están satisfechos con el grado de cumplimiento del Govern, e incluso sorprendidos.
Las negociaciones por la financiación singular
La clave del acuerdo de investidura entre ERC y PSC fue el despliegue de un nuevo modelo de financiación para Cataluña. No fueron pocas las críticas que recibió Illa, especialmente desde la Meseta e incluso de parte de miembros de su propio partido, pero su compromiso siempre ha sido firme. El de Pedro Sánchez, quien tiene la última palabra, también. Antes de julio estará listo.

La negociación entre la consellera de Economía, Alícia Romero, y su homóloga en el Ejecutivo del Estado, María Jesús Montero, marcha correctamente. Por ahora se sabe que Cataluña recaudará la totalidad del IRPF en el siguiente ejercicio; y la prioridad del Govern hasta la fecha, con muchas más incertidumbres que certezas, ha consistido en ampliar la Agencia Tributaria Catalana. El último suplemento de crédito recoge parte del presupuesto para ir ampliando la plantilla.
El concierto económico y el futuro de la legislatura
Lo que finalmente salga del acuerdo, que vendrá con foto, deberá pasar el escrutinio de ERC, que espera poder vender a los suyos que, efectivamente, la región tiene un concierto económico a la vasca. No será inmediato, pero sí marcará una hoja de ruta definida y acomodará el marco legal estatal como se tenga que acomodar. Esta es la idea del Gobierno.
Cuando se produzca, el Govern habrá cumplido prácticamente la totalidad de sus compromisos para con sus socios, lo que a priori implicará renovar la colaboración. Apostando por la "prosperidad compartida", sin descuidar su apuesta por la "prosperidad" a secas, la legislatura "pinta bien". Mejor, incluso, de lo que las partes esperaban. Illa tendrá margen, incluso, para ampliar el aeropuerto.