Imagen de archivo de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno

Imagen de archivo de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno Europa Press

Política

Zapatero reconoce que mantiene "una relación de confianza" con Puigdemont

El expresidente del Gobierno ha hecho un llamamiento a que "no se menosprecie" al líder de Junts "en el plano intelectual"

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José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocido que mantiene “una relación de confianza” con Carles Puigdemont. En este sentido, el expresidente del Gobierno ha admitido su papel de mediador con Junts y ha considerado que es "momento de abordar los temas de fondo" de Cataluña, principalmente en torno al reconocimiento de la identidad nacional catalana.

"Sí, a estas alturas creo que ya lo puedo admitir", afirma Zapatero. El expresidente ha explicado que mantiene un "diálogo de fondo" con el entorno de Puigdemont, un intercambio que, según sus palabras, va más allá del día de las votaciones en el Congreso, y que se centra en encontrar una solución profunda al conflicto catalán.

"Tenemos que dar un paso más. Este es el momento de tratar los asuntos esenciales", ha subrayado Zapatero en una entrevista en La Vanguardia, destacando además que considera muy favorable la posible presidencia de Salvador Illa en la Generalitat.

Sin dejar relación con Carles Puigdemont, el dirigente socialista ha hecho un llamamiento a no subestimar al líder de Junts, “ni en el plano político ni en el intelectual”.

El desarrollo del autogobierno

Finalmente, Zapatero ha abogado por "explorar al máximo el desarrollo del autogobierno catalán como vía para superar lo ocurrido", y animó a dejar atrás los prejuicios generados tras los acontecimientos del procés.

Las palabras de Zapatero llegan pocas horas después de que el exconseller de Cultura de la Generalitat Santi Vila asegurase textualmente que prefiere la Cataluña del president Salvador Illa a la de su antecesor Carles Puigdemont, sobre la que ha dicho que, "objetivamente hablando, fue un desastre".

"Se le escaparon muchas cosas de las manos, la Generalitat estaba muy apretada por el Estado y se vio desbordada, se perdió el control y se perjudicó mucho a Cataluña, a las empresas, a las instituciones y a la reputación de todos", apunta Vila