
Daniel Sirera, líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona Barcelona
Daniel Sirera (PP): "Es necesario bajar impuestos para que más empresas regresen a Cataluña"
El concejal del Ayuntamiento de Barcelona celebra el regreso de algunas compañías, pero lamenta que la normalidad no se ha recuperado a pesar de la llegada de Salvador Illa a la Generalitat
El popular critica la gestión del alcade Jaume Collboni y asegura que sigue las políticas del anterior gobierno de Ada Colau
Otras entrevistas: Elda Mata (Societat Civil): “La deriva autocrática del 'procés' la estamos viendo ahora en toda España”
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Más de seis meses desde la llegada de Salvador Illa a la presidencia de la Generalitat y las relaciones entre Cataluña y España han cambiado. ¿Se respira cierta normalidad?
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No veo que hayan cambiado mucho las cosas. Con Illa pueden haber cambiado las formas, pero el fondo es el mismo. Es cierto que ya no se queman contenedores ni se cortan las vías del AVE. Pero esto no pasa desde que el Gobierno del PP exigió que se aplicase la ley. Con el procés se marcharon 9.000 empresas y sólo han regresado algunas.

Daniel Sirera durante la entrevista con Crónica Global Barcelona
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¿No cree entonces que los regresos de compañías como Banco Sabadell o la Fundació LaCaixa pueden ser brotes verdes de la recuperación de seguridad jurídica y de competitividad?
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Es bueno que las empresas vuelvan. Pero para que eso suceda es necesario bajar los impuestos. Debe haber una fiscalidad y una seguridad jurídica estable. Si no han vuelto la mayoría de ellas es porque no lo hay. En las comunidades gobernadas por el PP están más cómodas porque no se practica el infierno fiscal.
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La plataforma Societat Civil Catalana aseguró en una entrevista a Crónica Global que el procés independentista no se ha acabado, sino que se ha extendido al resto de España. ¿Está de acuerdo?
- Los separatistas tienen ahora un cómplice necesario para salirse con la suya. Pedro Sánchez extirpa de Cataluña las instituciones del Estado. Y lo vemos con la delegación de las competencias o una agencia tributaria propia. Lo que está haciendo Junts no beneficia a Cataluña.
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En los próximos meses alcanzaremos el ecuador de la legislatura municipal. ¿Cuál es su valoración hasta la fecha del mandato del alcalde Jaume Collboni?
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Pensábamos que Barcelona daría un salto sin Colau ni los separatistas, pero me he encontrado a un Collboni entregado a las tesis de los Comuns. Empezó bien. Entendió perfectamente el mensaje que le transmitimos desde el PP; ni populismos, ni separatismos. Pero en estos dos años ha desaprovechado la oportunidad de volver hacer de Barcelona una ciudad que enamora.
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Los votos de su partido, junto con los de los Comuns, fueron clave para que Collboni fuera elegido alcalde...
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En la campaña electoral, Collboni defendía medidas que también llevábamos en nuestro programa. Lo apoyamos con la única condición de que los Comuns se fueran del gobierno.

Daniel Sirera durante la entrevista con Crónica Global Barcelona
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Aunque aún faltan dos años para las próximas elecciones, usted ha mencionado en diversas ocasiones que la política es una campaña preelectoral constante. ¿Cómo encara estos próximos años hasta las municipales de 2027?
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Yo entiendo que la política es estar cerca de la gente, escucharla, conocer sus problemas e intentar resolverlos. Me gusta ser un alcalde cercano. Hay demasiados políticos que creen que los ciudadanos estamos al servicio de los políticos. Y es al revés.
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Por lo que dice, ya se ve como el próximo alcalde de Barcelona.
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Lo voy a intentar. No es algo imposible. Hace dos mandatos Collboni tenía cuatro concejales, los mismos que tenemos nosotros. Ahora tiene 10. El PP llegó a tener en el Ayuntamiento nueve concejales.
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¿Cómo lo hará para conseguirlo? Tiene cuatro concejales, pero se necesitan 21 para gobernar con mayoría.
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Me veo con la capacidad suficiente de mirar de tú a tú al resto de fuerzas políticas. Como mínimo empatar. A partir de allí, que los ciudadanos decidan si quieren tener un alcalde que resuelva sus problemas o prefieren tener otro que se dedique a resolver sus propios problemas o a contentar al Gobierno de España.
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¿En el resto de fuerzas políticas entra Vox?
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Yo no renuncio a ningún voto. Voy a dirigirme a todos los barceloneses que quieran que su ciudad sea mejor; segura, limpia, y sin impunidad para los delincuentes. Yo quiero ser el alcalde de todos y creo que estoy en disposición de conseguirlo.
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¿En qué medida la presencia del partido de extrema derecha influye en la agenda política de su grupo, particularmente en temas como la seguridad y la inmigración?
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A mí lo que diga Vox me importa muy poco. Me preocupa lo que dice. No estoy pendiente de las posiciones de otros partidos, sino que mi enfoque está en escuchar a la ciudadanía y trasladar sus inquietudes y necesidades al Ayuntamiento.
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Aseguran que Barcelona tiene un problema de seguridad grave. La Generalitat ha anunciado la ampliación de la plantilla de los Mossos d’Esquadra hasta alcanzar los 25.000 agentes en 2030. ¿Cree que este aumento tendrá un impacto positivo en la seguridad de la ciudad?
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Lo que en realidad quiere decir el presidente Illa con esto es que va a acometer el traspaso de competencias en puertos y aeropuertos. En Barcelona faltan 3.000 agentes de los Mossos y 1.000 de la Guardia Urbana. Se deben destinar más recursos a la capital catalana. Si luego quieren jugar a que cuando venga la gente de fuera, en lugar de ver a un Guardia Civil o a un Policía Nacional vea a un Mossos, ese es su problema.

Daniel Sirera Barcelona
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Una de las históricas reivindicaciones de la Guardia Urbana es que necesitan más recursos.
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Hace falta una mayor dotación de agentes porque están saturados. Hay distritos con pocas patrullas. El material también se debe mejorar. Ahora el Ayuntamiento ha cedido a tener unas 20 pistolas táser. Aunque tendremos que esperar un año y sólo las tendran los mandos, no los agentes a pie de calle.
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Otro de los grandes desafíos de Barcelona es la vivienda. El precio del alquiler ha bajado un 6,4% en la capital catalana y un 3,7% desde la entrada en vigor hace ahora un año de la Ley de Vivienda.
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Si lo analizas desde el punto de vista de la gráfica puede quedar bien, pero no se está haciendo una política social efectiva ni real. Hay 680 personas apuntadas en la lista de vulnerabilidad, cumpliendo los requisitos para poder acceder a una vivienda social. Mientras, Collboni compra la Casa Orsola para que las personas que viven allí puedan seguir haciéndolo. Personas que no son vulnerables. Y lo hace porque el Sindicat de Llogateres monta altercados en las calles. ¿Qué mensaje estamos lanzando? Someter a Barcelona al chantaje de los delincuentes y los okupas.
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¿Cerrar los pisos turísticos es una solución?
- Acabar con ellos no va a resolver el problema de la vivienda e incluso va a ser peor. Hay una moratoria hotelera y hace 10 años que no se otorgan licencias de pisos turísticos. Pero en Barcelona seguirán llegando turistas, que no tendrán dónde alojarse. Por lo tanto, dormirán en ciudades del entorno metropolitano, donde pagarán impuestos. Así, Barcelona se quedará sin recaudación, pero mantendrá la presión turística.
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Reconoce que hay presión turística. ¿Se debe gestionar el turismo?
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Barcelona es una ciudad turística. No tenemos industria. Éste sector representa el 15% del PIB de la capital catalana. Un hotel cuesta mucho dinero en la ciudad y la vida no es barata. Tener cruceristas nos viene bien, nos da de comer, ayuda al comercio y a la restauración. Criminalizar al turismo es algo infantil y no podemos matar a la gallina de los huevos de oro.
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Collboni defiende un modelo de turismo de calidad frente a uno de cantidad. También ha apostado por la organización de eventos internacionales que generen valor para la ciudad.
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Hemos pedido que Bareclona se postule para albergar unos Juegos Olímpicos, pero Collboni lo ha rechazado porque no es el modelo de la ciudad. Es contradictorio. Por un lado, queremos atraer turismo de calidad y, por otro, imponen una tasa turística de ocho euros.
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El Puerto de Barcelona reconoció que la Copa América dejó un agujero de 3,5 millones de euros. ¿Cree que se debería analizar con mayor detenimiento los eventos antes de apostar por ellos?
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La Copa América nos situó en el mundo. Nos fue bien. Conseguimos acabar la transformación del Port Olímpic. Se han hecho infraestructuras. Es un buen negocio para una ciudad y los resultados han sido buenos. Oponerse a que Barcelona sea otra vez sede del evento deportivo no responde más que a la prepotencia del gobierno municipal.

Daniel Sirera, líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona Barcelona
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Ha expresado su desacuerdo con la subida de la tasa turística...
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Porque perjudica a un sector que es básico. Queremos atraer a un turismo de calidad y de congresos, pero deberá pagar ocho euros por persona y noche. Barcelona será una ciudad cara para alojarse y los visitantes lo harán en otras ciudades, como en Sant Adrià, que coge carrerilla con la construcción de hoteles. No podemos pensar que Barcelona es una isla.
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Hace unos días el Tribunal de Justicia de Catalunya confirmó la sentencia contra el eje verde de la calle Consell de Cent. ¿Es una victoria?
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Más que una victoria, es sentido común. Las ‘alcaldadas’ son propias de regímenes no democráticos. El gobierno de Colau actuó en contra de la ley y no hizo caso al Plan General Metropolitano. Es lógico que la justicia le haya dicho que ha hecho mal las cosas.
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¿La calle Valencia está pagando esta chapuza urbanística?
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No solo eso. En Consell de Cent no hay zonas de carga y descarga, no hay espacio para las terrazas…se planteó mal. Collboni tendrá que acatar la sentencia y modificar la calle para que sea amable con los vecinos, pero también con los comercios.
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¿Y los carriles bici?
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Se utilizan para quitar carriles de circulación y expulsar al vehículo privado. Moverte en bici por Barcelona es peligroso. No puede ser que haya carriles bici entre un contenedor de basura y la acera. O lo mismo con las paradas de bus. Otra cuestión es que también deberían ir siempre en la misma dirección que la circulación del tráfico.
- El más polémico, el de Vía Augusta.
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Si soy alcalde lo quitaré. Se construyó única y exclusivamente para molestar a la gente que entra o sale por Vía Augusta y para intentar que se movieran en transporte público. Pero la realidad es que han conseguido más atascos, más contaminación y que los autobuses vayan más lentos.