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Las oficinas de los expresidentes de la Generalitat suponen un coste millonario para los contribuyentes de Cataluña. Un dispedio que, este año, volverá a incrementarse, puesto que con la salida de ERC del Govern, se le añadirá otra más: la de Pere Aragonès en el palacio de Pedralbes de Barcelona.

El Ejecutivo catalán cuenta, a día de hoy, con siete expresidentes vivos -cuatro de ellos, en la última década-, con retribuciones que rondan los 100.000 euros anuales.

Torra, el mejor pagado

El mejor remunerado es Quim Torra, que tras haber dejado el Govern en septiembre de 2020, disfruta de una oficina de expresidente en Girona y el año pasado se embolsó una asignación de 122.588 euros, correspondientes al 80% del salario que cobraba cuando estaba en el cargo.

En este sentido, cabe recordar que los presidentes de la Generalitat de Cataluña son los mejores pagados de toda España, pues su sueldo supera no sólo a los del resto de sus correligionarios autonómicos, sino también al del jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Aragonès será, a partir de ahora, el segundo expresidente mejor pagado, con un sueldo de 108.941 euros al año.

Esta cantidad, como en el caso de Torra, corresponde a la asignación que perciben los expresidents en los años inmediatamente posteriores a su mandato, equivalente a la mitad del tiempo que estuvieron en el cargo, y la tienen garantizada durante un mínimo de cuatro años.

Casi 92.000 euros de pensión para Artur Mas

Además de esto, la Generalitat también da derecho a sus expresidentes a cobrar, a partir de los 65 años, una pensión vitalicia muy elevada, equivalente al 60% de su sueldo cuando gobernaban.

De este modo, Artur Mas -presidente desde 2010 a 2016- ingresó 91.941 euros en 2023, a pesar de sus problemas y condenas judiciales por el procés. La misma cantidad que su predecesor, Pasqual Maragall (2003 a 2006).

Los únicos que no perciben esta pensión de jubilación son José Montilla, al ser incompatible con tener actividades profesionales - primero fue senador y en la actualidad, consejero de Enagás-; ni el fugado Carles Puigdemont, al haber seguido siendo diputado en la Eurocámara y, ahora, del Parlament. Tampoco la cobra ya Jordi Pujol, al haber renunciado a ese privilegio en 2014 después de haber confesado un presunto caso de fraude fiscal por tener dinero en Andorra.

Gastos de las oficinas

Pero a ese total de 306.470 euros en sueldos a expresidentes de 2023 -a los que, a partir de 2024, se le añadirá también el de Aragonès-, se le tienen que sumar otras cantidades. Entre ellas, los gastos de sus respectivas oficinas.

Y es que la ley catalana establece que estos exmandatarios tienen derecho a recibir "los medios necesarios" para disfrutar de ellas.

En la actualidad, hay cinco abiertas: las de Aragonès, Torra, Puigdemont, Mas y Montilla. Y todas están en edificios de la Generalitat, excepto la de la Montilla, cuyo alquiler anual asciende a 117.053 euros, más otros 8.019 euros de gastos comunitarios, según reflejan los Presupuestos de 2024 -pendientes de aprobarse.

Personal a su servicio

La relación de gastos recogidos en las memorias de actividades de cada uno de ellos muestra que, en 2023, el que mas gastó fue Artur Mas: 44.873 euros; seguido por Pasqual Maragall (42.350), José Montilla (34.537), Quim Torra (21.028) y Carles Puigdemont (18.665).

Ahí no acaba todo, pues a esas cantidades se le añaden otras, no menores: el coste del personal de cada una de esas oficinas. Cada expresidente de la Generalitat dispone de tres personas a su servicio. Y el sueldo de los jefes de oficina asciende a 116.506 euros al año.

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