El independentismo más irredento está asediando a ERC en la Diada de Cataluña. Los republicanos han podido completar las dos tradicionales ofrendas florales en el Fossar de les Moreres y la estatua de Rafael de Casanovas de Barcelona, pero lo han hecho cercados por los extremistas, que los han tratado de "traidores".
Ha pasado la madrugada de hoy en el mausoleo del Born de la Ciudad Condal y en la estatua del dirigente austracista. En el primer enclave, una delegación del partido encabezada por los diputados Marta Vilalta y Jordi Albert congregaron a un centenar de fieles que portaban banderas esteladas.
Los secesionistas ultras les abuchearon a gritos de traidores y botiflers y hubo conatos de agresiones que no llegaron a más.
Pitos en Casanovas
Ya por la mañana, una delegación al más alto nivel de ERC con Vilalta, el expresident Pere Aragonès, la exconsellera de Territori Ester Capella, el diputado Juli Fernández y la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, se ha acercado a la estatua de Rafael de Casanovas a depositar conjuntos florales.
De nuevo, los más radicales los han abucheado e increpado, aunque esta vez desde la distancia. Un cordón de Mossos d'Esquadra y un vallado perimetral han impedido que los ultramontanos se acercaran a la tercera formación en representación en la cámara autonómica.
Intento de expulsión en Manresa
Pero es que hubo más, porque los nacionalistas esencialistas trataron de orillar a Esquerra de una marcha de antorchas en motivo de la Diada en Manresa --donde gobiernan-- ayer.
Lo ha denunciado el exconseller Josep Huguet, que se ha felicitado por la actitud de los organizadores, que amenazaron con abandonar la marcha si se apartaba a los republicanos. Finalmente, la movilización se celebró con normalidad.
Segundo incidente tras la pelea Arran-AC
El cerco ultra a ERC, sin embargo, fue de mucha menor intensidad que la pelea a guantazos que protagonizaron Arran y OJS y Aliança Catalana en el Fossar ayer.
Independentistas de extrema izquierda y extrema derecha se enzarzaron a golpes en el panteón nacionalista del Born, antes de que intercedieran la Brigada Móvil y Arro de los Mossos d'Esquadra y separaran a los dos bandos.