En política, muy pocas cuestiones son fruto de la casualidad. Todo está estudiado al detalle: desde las palabras hasta la gestualidad, pasando por la ropa y el simbolismo de los lugares escogidos para ciertos actos. En este entorno, la elección del Monasterio de Poblet (Tarragona) como punto de partida del nuevo Govern de Salvador Illa está rodeada de significados.

Será en septiembre –con fecha por determinar– cuando Illa reúna a su Govern en el monumento del siglo XII, un lugar cargado de historia y repleto de historias que servirán de hilo conductor del Ejecutivo del PSC. Allí, los 16 consellers tienen el encargo de poner en común un plan estratégico marcado por el president para fijar las prioridades y las líneas a trabajar en esta legislatura, su hoja de ruta.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa (c), posa junto al nuevo Govern tras el primer Consell Executiu LORENA SOPENA EUROPA PRESS

Lugar de culto e influencia 

El monasterio cisterciense, fundado en 1150, es hoy el conjunto monástico habitado más grande del continente europeo. Lugar de espiritualidad, paz y sabiduría, su historia está vinculada con la del resto de Cataluña, dada la magnitud que alcanzó, en especial en los siglos XIV a XVI. De hecho, Poblet llegó a tener cierta influencia y peso político en la Corona de Aragón. No en vano, allí también reposan los restos de reyes de la antigua Corona, como Jaime I, Pedro el Ceremonioso, Martín el Humano y Alfonso el Magnánimo.

Poblet pasó otros momentos más delicados en el siglo XIX, con especial mención a los saqueos que sufrió durante la guerra de sucesión, el trienio liberal y la primera guerra carlista. Hasta que, en 1921, el Rey Alfonso XIII se comprometió a promover su restauración –una restauración que, años después, el franquismo utilizó como propaganda, como tantas otras obras– y lo reconoció como monumento nacional. A partir de ese momento, empezó a recuperar el esplendor perdido y la comunidad cisterciense volvió a instalarse en 1940 después de 105 años.

El Real Monasterio de Santa María de Poblet Fem Turisme

Tarradellas, símbolo de unidad y crítico con el nacionalismo

Hoy, Poblet recoge un vasto fondo documental que incluye el Archivo Montserrat Tarradellas i Macià, donado por el expresidente Josep Tarradellas en 1981. Está compuesto por documentos relacionados con la Guerra Civil, su exilio y la restauración de la Generalitat de Cataluña. Un archivo, el de todo el monasterio, en el que trabajó el líder de ERC, Oriol Junqueras, en alguno de sus permisos penitenciarios en 2020, meses antes de que el Gobierno de Pedro Sánchez lo indultara de la condena del procés.

El expresidente catalán Josep Tarradellas ARCHIVO MONSERRAT TARRADELLAS

La figura de Tarradellas es especialmente significativa en esta historia de simbolismos, pues él fue el presidente del primer gobierno de unidad de la Generalitat, recuperada en 1977, y fue muy crítico con la gestión de su sucesor, Jordi Pujol. E Illa, antes de la reunión del Consell Executiu de este martes, la primera de la legislatura, entregó a cada conseller una carta que incluía su discurso de investidura y el que pronunció el expresidente en su toma de posesión, “un momento de recuperación de las instituciones de Cataluña y también como símbolo que anticipaba el inicio de la etapa democrática”, en palabras de la consellera y portavoz del Ejecutivo, Sílvia Paneque.

Fidelidad real

Aun así, la elección de Poblet tiene otros nombres propios. En verano del 2020, en plena pandemia, los Reyes, Felipe y Letizia, realizaron una gira autonómica en la que visitaron el monasterio. Fue su única parada en Cataluña, dada la excepcionalidad sanitaria, y nadie del Govern de Quim Torra acudió a su encuentro. Quien sí les acompañó en su visita fue el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa. Un Rey al que el hoy president prometió “fidelidad” en la toma de posesión del pasado sábado.

Acompañados de Salvador Illa (1i), del abad Octavi Vilà (2i), del prior Rafael Barrué (2d) y de la exdelegada del Gobierno en Cataluña Teresa Cunillera, los Reyes Felipe VI (3i) y Letizia (4i) visitan el Monasterio de Santa María de Poblet en 2022 DAVID ZORRAKINO EUROPA PRESS

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