El monasterio de Poblet es un destino muy visitado en Cataluña. Este importante templo de la ruta del Císter alberga los restos del rey Jaume I, un monarca muy apreciado por los catalanes, pero cuya historia contiene un sorprendente detalle... ¿Posee dos cabezas?
Una investigación de la momia del rey de Aragón y Cataluña reveló que los restos del conquistador de Valencia y Mallorca tienen dos cráneos. La razón: la desamortización de Mendizábal.
Por qué le llaman el rey de la dos cabezas
Es bien sabido que, durante la Guerra de Independencia Española, en 1809, su sepulcro fue saqueado por las tropas napoleónicas. Los daños fueron tan graves que años después se hallaron restos de su cuerpo dispersos por el monasterio, donde fue enterrado en 1278, dos años después de su muerte.
Anteriormente, el cuerpo permaneció dos años en la catedral de Valencia y, unos años después de la invasión napoleónica, fue trasladado a la catedral de Tarragona. La momia de Jaume I tuvo que esperar hasta que, paradójicamente, Franco cumpliera su voluntad: ser enterrado en el monasterio.
Lo impresionante viene a continuación: cuando se abrió la tumba del Conquistador durante los trabajos de identificación del príncipe de Viana, se descubrió una segunda cabeza en el cuerpo real.
Los investigadores señalaron que los cambios pudieron derivarse de los eventos ocurridos como consecuencia de la desamortización de bienes eclesiásticos de Mendizábal.
Cómo llegó la segunda cabeza al sepulcro de Jaume I
Los informes detallan que en 1837, tras el asalto napoleónico, se produjo en Poblet la profanación de las tumbas y la dispersión de los restos de los monarcas y nobles allí sepultados.
El hecho impresionante es que, al tratar de distinguir la cabeza real de la "intrusa", no hubo manera de hacerlo. Sin embargo, gracias a la actual tecnología y conocimientos de ADN, se busca autentificar los restos.
¿Quién es quién? Las teorías para distinguir a Jaume I de su momia vecina
Una de las momias sobresalía por su tamaño, por lo que el arqueólogo Hernández Sanahuja la identificó como la de Jaime I el Conquistador, ya que, según el cronista Desclot, el rey era un palmo más alto que los más altos de su época.
Por otro lado, el atuendo de la momia era el del Císter, y en el momento de su muerte, el rey era monje profeso de Poblet. Esto llevó a la conclusión de que se trataba de Jaime I, y nadie cuestionó tal atribución.
Aunque la identificación del cuerpo parecía sencilla dadas las características mencionadas, la de la cabeza, cuyo cráneo no estaba junto al cuerpo, era más complicada, ya que había varios cráneos.
Según historiadores y expertos, Hernández Sanahuja se basó en la Crónica del rei En Jaume, que relataba cómo este rey sufrió una herida de flecha en la cabeza, en la sien, durante el asedio de Valencia. La flecha incluso atravesó el casco. Por ello, el arqueólogo atribuyó el cráneo con una gran cicatriz en la frente al verdadero rey y lo colocó junto al cuerpo, dentro de la capucha cisterciense.
Cuando las instituciones patrimoniales y la Comisión de Monumentos supieron que se habían identificado los restos íntegros de tan importante monarca, decidieron darle una tumba digna en Tarragona, hasta que se pudiera trasladar a un lugar adecuado y evitar nuevas profanaciones.
La cicatriz es la clave
Cuando Poblet fue reconstruido y los monjes volvieron a habitarlo, se decidió trasladar de nuevo los restos de los Reyes de la Corona de Aragón. Al examinar nuevamente la momia de Jaume I y la gran cicatriz en la frente del cráneo, entendieron que una herida tan grande no podía ser consecuencia de una flecha que atravesara un yelmo.
Aunque el segundo cráneo parecía ser el verdadero, no se atrevieron a cambiarlo, por lo que colocaron ambos cráneos en el sepulcro. Así han permanecido durante medio siglo. Los estudios con tecnologías modernas, especialmente el ADN, deben determinar cuál es el auténtico. Fue durante el franquismo que los restos pudieron depositarse en Poblet, donde se encuentra actualmente el sepulcro.
Cuándo visitar el monasterio de Poblet
Poblet se encuentra en la comarca de la Conca de Barberà, y en horario de verano se puede visitar de 10 a 12:30h y de 15 a 18:30h, de lunes a sábado. Los domingos se mantiene el horario pero abre a las 10:30h.
Para llegar al monumento, puede hacerse tanto en transporte público como en vehículo privado desde varias ciudades catalanas. Te contamos todos los detalles:
Desde Barcelona:
- Transporte público: Tomar un tren desde la estación de Sants hasta la estación de L'Espluga de Francolí, que se encuentra a unos 6 km del monasterio. Desde allí, se puede tomar un taxi o un autobús local hasta Poblet.
- Vehículo privado: Conducir por la AP-7 y luego tomar la AP-2. Salir en Montblanc y seguir las indicaciones hacia el monasterio de Poblet.
Desde Tarragona:
- Transporte público: Tomar un tren regional hacia L'Espluga de Francolí. Desde allí, se puede tomar un taxi o un autobús local hasta Poblet.
- Vehículo privado: Conducir por la N-240 hacia Montblanc y seguir las indicaciones hacia el monasterio de Poblet.
Desde Girona:
- Transporte público: Tomar un tren AVE o regional hasta Barcelona, luego seguir las indicaciones desde Barcelona.
- Vehículo privado: Conducir por la AP-7 hacia Barcelona y luego seguir la AP-2 hacia Montblanc.
Desde Lleida:
- Transporte público: Tomar un tren hasta Montblanc, y desde allí un taxi o autobús local hasta Poblet.
- Vehículo privado: Conducir por la AP-2 en dirección Tarragona, salir en Montblanc y seguir las indicaciones hacia el monasterio.