Los Mossos d'Esquadra situaron a sólo un agente de información cerca del escenario en el que intervino el prófugo de la justicia Carles Puigdemont en su acto de bienvenida en pleno centro de Barcelona. El policía fue "increpado y rodeado" por medio centenar de personas mientras vigilaba e intentaba seguir al expresidente de la Generalitat fugado en su huida. Una circunstancia que comunicó a sus superiores por emisora y telefónicamente.
Así consta en el atestado que la policía catalana ha presentado ante el juzgado con motivo de la detención de dos Mossos acusados de facilitar la huida de Puigdemont. Un informe, al que ha tenido acceso EFE, que sitúa al secretario general de Junts, el indultado Jordi Turull, junto a Puigdemont en sus movimientos de distracción para burlar a la policía.
Según el atestado, los Mossos habían planificado un dispositivo por manifestaciones antagónicas de "nivel 2 de conflictividad" que podrían coincidir a las puertas del Parlament y derivar en disturbios, por lo que distribuyeron efectivos tanto en el exterior como en el interior del parque de la Ciutadella.
En concreto, se destinaron "siete efectivos policiales del área de información de Barcelona para dar seguridad a ambas movilizaciones", quienes se desplegaron "a lo largo del paseo Lluís Companys, con la supervisión del jefe del dispositivo", un sargento.
Vallas atadas con bridas
En el paseo, la autodenominada Assemblea Nacional Catalana (ANC) había cerrado con vallas "atadas con bridas" el perímetro donde iba a tener lugar el acto de bienvenida a Puigdemont, de forma que nadie podía acceder a la misma sin romperlas.
Junto al escenario donde iba a intervenir el prófugo, se destinó a un solo agente de información, que a las 8:30 h vio llegar la comitiva de 200 personas que acompañaba a Puigdemont, entre ellas autoridades y cargos electos de Junts, de lo que avisó "mediante el canal policial de trabajo habilitado para la ocasión".
El prófugo, escoltado por 200 personas
Puigdemont, detalla la minuta, estuvo "escoltado en todo momento por esas 200 personas", que caminando a un ritmo "acelerado" llegaron a la parte trasera del escenario, que estuvo "protegido en todo momento" por un centenar de personas mientras intervenía el prófugo de la justicia.
Tras su discurso, de pocos minutos, Puigdemont bajó del escenario y se introdujo en una carpa que había montada en el interior del recinto perimetrado, un espacio que estaba totalmente cerrado e impedía la visión desde fuera, aunque el policía de información tuvo "control visual" de la situación gracias a su altura.
Sobreros de paja y la huida
En ese momento, un grupo de unas 50 personas que estaban en el interior de la zona vallada se dispusieron en "tres columnas de filas con los brazos entrelazados", con un sombrero de paja en la cabeza, que también se colocaron otros miembros de la organización.
El agente fue "increpado por su actitud de vigilancia por la gente que controlaba el acto", con expresiones como "quién eres, qué pasa, qué quieres" y, añade el atestado, estuvo "rodeado todo el rato" por ellos, que intentaban que perdiera el control visual de lo que sucedía.
El mosso comunicó "vía emisora policial" todos los movimientos que observaba, según la minuta policial.
Turull y Puigdemont se metieron en el un coche de un Mosso
Hacia las 9:05 h, vio que un grupo de tres personas se acercaba a la valla de seguridad, a la altura del párking, y rompía las bridas de las vallas, momento en el que Turull salió del perímetro seguido de Puigdemont, ambos con una gorra azul en la cabeza.
A la altura del párking, había tres vehículos parados, uno de ellos el Honda propiedad de un Mosso ahora detenido, además de un Volkswagen con matrícula holandesa y una motocicleta.
Puigdemont y Turull se subieron entonces a los asientos traseros del coche blanco, que conducía una mujer y que en el lugar del copiloto llevaba una silla de ruedas plegada y colocada en horizontal, sin que el agente pueda precisar qué personas iban en los otros dos vehículos.
"Por la imposibilidad de hacer las comunicaciones por emisora", el mosso llamó por teléfono al inspector jefe de información para avisarle de la situación.
"Hostilidad" contra el agente
"Ha sido cuando la actitud de las personas que vigilaban y controlaban en todo momento las acciones del agente actuante ha cambiado de manera repentina", según el informe policial, que señala que los congregados empezaron a "increpar y a seguir" al mosso cuando empezó a perseguir a los tres coches, que habían arrancado la marcha en dirección a la estación del Nord.
Hasta que llegó a la calle Nápoles, el policía fue "perseguido e increpado por un grupo de personas", que intentaron "entorpecer las comunicaciones y el recorrido del agente".
Ante la "hostilidad" de los congregados, el mosso no pudo "efectuar ninguna acción directa" respecto a ellos, por lo que se limitó a "realizar las comunicaciones y el seguimiento de los vehículos".
Finalmente, el agente se pudo deshacer de las personas que le perseguían y corrió en paralelo a los vehículos, cuyo recorrido y descripción facilitó, hasta que perdió de vista a la comitiva en el semáforo de la calle Trias Fargas con paseo Circumval·lació.
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